Banco de pruebas de la política suiza
Las secciones jóvenes de los partidos suizos se inmiscuyen cada vez más en la política nacional, ya sea contra los salarios de los altos ejecutivos, el precio fijo del libro o para reivindicar una mayor participación en las reformas de las pensiones. ¿Aportan algo más que aire fresco a la política?
Hubieran podido elegir el camino más fácil. Rellenar un impreso de pago, abonar el importe anual y participar en la definición de la línea de su partido.
Pero Lukas ReimannEnlace externo y Cédric Wermuth quieren más. Participación. Y enseguida. “Faltaba algo”, sostiene Reimann, nacido en 1982. A los 15 años, cuando se afilió a la Unión Democrática del Centro (UDC, derecha conservadora) estaba rodeado de personas que tenían “50 años más” que él.
Junto con un par de excompañeros de escuela fundó las Juventudes de la UDC en el cantón de San Gall. Con ello “entró verdaderamente” en la política, dice. “Pasas automáticamente a formar parte de la directiva cantonal, te involucras en todas partes, realizas varias acciones”. Reimann presidió las Juventud de la UDC de San Gall desde el año 2000 hasta el 2008. En las elecciones federales de 2007 fue elegido como el representante más joven del Consejo Nacional (cámara baja).
“Nunca me pareció bien que otros decidan cómo debe ser este país donde yo también tengo que vivir”, explica Cédric WermuthEnlace externo, nacido en 1986, refiriéndose a la motivación que, a semejanza de Reimann, le impulsó a entrar de muy joven en la política.
Recuerda que en 1999 se topó por casualidad con el folleto de un partido joven, cuando en casa de sus padres miraba la documentación electoral. “En ese momento no sabía que había secciones jóvenes en los partidos”. Se unió luego a las Juventudes Socialistas de Suiza (JS), de las que fue presidente entre 2008 y 2011. Y desde las elecciones federales de 2011 es diputado.
Jóvenes afiliados
Las juventudes de la UDC cuentan con unos 6.000 miembros que tienen entre 14 y 35 años.
Las socialistas tienen 3.300 personas. Los jóvenes afiliados del Partido Socialista no son automáticamente miembros de la sección de jóvenes. La edad límite: 35 años.
Los jóvenes liberal radicales suman unos 3.000 miembros. La edad límite: 35 años.
La sección de jóvenes demócrata cristianos tiene 2.000 afiliados. A los 35 años pasa automáticamente al partido de los ‘mayores’.
Las Juventudes de los Verdes tienen 1.515 afiliados. No hay límite de edad, pero a los miembros mayores de 30 años se les invita a integrarse en el partido central (mayor).
(Fuentes: secretarías y presidentes de partidos, mayo 2014)
Papel importante
En ningún otro país tienen un papel tan importante como en Suiza las juventudes de los partidos políticos. Precisamente en los últimos tiempos han llamado la atención con algunas iniciativas o referendos que finalmente llegaron a las urnas. Los jóvenes liberal radicales, por ejemplo, con el referéndum contra el precio fijo del libro la fijación del precio de los libros y los socialistas con la iniciativa ‘1:12’ contra los altos sueldos de los ejecutivos (rechazada en las urnas). Las juventudes de los partidos conservadores intervienen actualmente en el debate sobre la reforma de las pensiones.
“Nosotros no tenemos gobiernos que cambian”, argumenta el politólogo Michael HermannEnlace externo, para quien las juventudes de los partidos pueden asumir un papel más importante en la política nacional. “En los sistemas clásicos de gobierno y oposición es el partido el que tiene mucho que decir sobre quién debe ser jefe de Gobierno o vicecanciller, como vemos en Alemania”.
En Suiza, por el contrario, los partidos están menos jerarquizados y “ofrecen bastante libertad”. A ello se añade que las secciones jóvenes tienen una ventaja estructural, porque “no están tan implicados ni desgastadas como los partidos establecidos. Eso hace que suelan marcar los discursos y lanzar debates”, precisa Hermann.
Un caso único en Europa es que agrupaciones pequeñas como las juventudes de los partidos aprovechen la democracia directa y sus instrumentos políticos para “lanzar proyectos contra el partido veterano o independientemente de él”.
Philipp Müller, presidente del Partido Liberal Radical (PLR) está convencido del papel importante que tienen las juventudes. “Aglutinan un segmento del electorado al que nosotros, como PLR Suiza, no conseguimos llegar o alcanzamos mal”, dice. Y considera que la juventud radical liberal constituye una parte sustancial de toda la organización. “Siempre es bueno que la juventud nos muestre de vez en cuando el camino a seguir”.
Entrada en el siglo XXI
Las juventudes de los partidos políticos eran casi insignificantes hasta los años 1990. Tras el desplome de la Unión Soviética y la caída del Muro de Berlín era apenas concebible contar con debates centrales, señala Hermann. “La contraposición de visiones ideológicas del mundo o de la sociedad parecía caduca”, lo cual restó atractivo a las juventudes.
“Luego, en los años 2000– cuando el colapso del socialismo real ya era un hecho-, la crisis económica y financiera hicieron que una generación joven se implicara en el debate de temas cruciales”. Las juventudes de los partidos correspondían en cierto sentido a un “espíritu de la época”.
Más libertades
Wermuth y Reimann disfrutaron de los espacios de libertad en las secciones jóvenes de sus partidos. “Se tiene sin duda una comprensión política más libre, menos institucionalizada, osada y menos radicalizada, porque uno no se siente reprimido las famosas circunstancias”, dice Wermuth.
Y Reimann vivió en las juventudes de la UDC la dinámica de los jóvenes: “Todos éramos gente joven con un porvenir y el alma para dar por el futuro del país. Y no para recoger mandatos o llenarse los bolsillos”.
Ambos políticos dieron el salto desde las juventudes de un partido hasta la política nacional. Ambos son diputados nacionales de la UDC el PSS. Los dos están convencidos de que la entrada en las secciones jóvenes de sus partidos ha acelerado su carrera.
Resultó elegido a pesar de estar en el último lugar de la lista y siendo a los 21 años presidente de las juventudes cantonales de la UDC, recuerda Reimann. “Ya me conocían gracias a las acciones con la juventud de la UDC. Y eso me ayudó, naturalmente”.
No ingresó en las Juventudes Socialistas para hacer carrera, enfatiza Wermuth. “Pero en mi caso ha sido ciertamente un trampolín. Mediante las JS tuve acceso el partido central y a la opinión pública”.
Fragua de ideas y talentos
Pero no todos los políticos jóvenes logran dar ese salto, señala Hermann. “Hay muchos que desaparecen tras una intensa actividad en las juventudes de sus partidos”. No consiguen la transición porque, “a menudo, hacen falta otras capacidades”.
El rol de las juventudes de los partidos es más bien, a juicio de Hermann, el de una fragua de ideal para el partido central. Wermuth y Reimann creen, al unísono, que es igualmente importante el papel de forjadores de talentos.
Y Müller describe a dos tercios de los jóvenes liberal radicales como “forjadores de las carreras políticas futuras” y al tercio restante como “caudal de ideas nuevas o puntos de vista consecuentes”. Y eso es, dice, “una combinación muy buena para impulsar a largo plazo el desarrollo del partido entero”.
Terreno sin explorar
No hay un estudio minucioso sobre las juventudes de los partidos en Suiza. El tema es sencillamente poco atractivo para los investigadores políticos.
“No hay una cultura sobre el debate científico de las juventudes de los partidos políticos”, señala el politólogo Michael Hermann.
La razón: Los politólogos publican en el plano internacional. Y un tema tan específicamente suizo carece de enganche internacional.
Controversia acerca de la juventud
La votación del pasado 9 de febrero, en la que Suiza aprobó una iniciativa de la UDC para limitar la inmigración, ha desatado la polémica en torno a la indiferencia de los jóvenes en materia política.
Reimann afirma que en sus visitas regulares a escuelas y colegios ve una “juventud interesada en la política”. Y no abordan únicamente los mecanismos políticos, sino también los temas que atañen a los jóvenes, precisa.
Wermuth considera, por su parte, que la política no es vista en la actualidad como una “fuerza social importante”. La política dio prueba de ello en la crisis financiera.
El modesto crecimiento de afiliados en las juventudes de los partidos no es, según Hermann, una réplica del conjunto de la juventud suiza, sino de que los miembros más entregados también constituyen una minoría en el partido central.
Muchos jóvenes ya no ven una razón para su participación, porque les va bien y “tienen confianza en el sistema”. La abstinencia electoral suele ser interpretada como expresión de descontento. “Pero también puede ser lo contrario, de que estando a buen recaudo jamás se hará política”.
Traducción del alemán: Juan Espinoza
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