Buscan desestabilizar a toda Latinoamérica

Miembros del ejército rescatan al presidente Rafael Correa del hospital en el que lo mantenían cercado fuerzas policiales. Keystone

La insurrección de las fuerzas policiales en Ecuador, que amenazó con convertirse en golpe de Estado, generó el repudio al interior del país y en el exterior. Diversos jefes de Estado manifestaron su solidaridad con el presidente Rafael Correa.

Para Karl Heuberger, especialista suizo en América Latina, el intento de desestabilización democrática en Ecuador es una manifestación más de una ofensiva contra los gobiernos progresistas de la región.

“La hipótesis de que lo sucedido en Honduras era sólo una parte de una estrategia desestabilizadora regional se está comprobando”, subrayó el responsable de los programas para América Central de HEKS, ONG de cooperación de las iglesias evangélicas suizas.

La entidad, que mantiene proyectos en Honduras de apoyo a las comunidades rurales, los niños de la calle y la defensa de los derechos humanos, ha manifestado en reiteradas ocasiones su desacuerdo contra la vuelta de hoja que se pretende dar a la situación en ese país centroamericano.

Cabe recordar que el 28 de junio de 2009, el presidente constitucional Manuel Zelaya fue destituido por una asonada militar y conducido por la fuerza al exilio. Meses más tarde los golpistas convocaron a elecciones al margen de toda legalidad.

Para Karl Heuberger, los hechos ocurridos en Honduras el año pasado y los eventos registrados la víspera en Ecuador, no son ajenos. “Es evidente la mano de Estados Unidos en connivencia con la oligarquía”, precisa nuestro interlocutor.

En efecto, luego de sacarlo en pijama de su casa, los soldados que detuvieron a Zelaya lo llevaron en primera instancia a la base militar estadounidense de Palmerola. Actualmente, el derrocado presidente se encuentra exiliado en Santo Domingo.

Conspiración

En Ecuador, este jueves, 30 de septiembre, fuerzas del orden, principalmente policías y algunos soldados, protagonizaron acciones de protesta (incluida la toma durante algunas horas del aeropuerto internacional) en contra de medidas de austeridad decididas por las autoridades de Quito.

Sus acciones, caracterizadas por el Gobierno de Ecuador, como una conspiración, arrojaron un saldo de dos personas muertas y decenas de heridos, amén de que pusieron en alerta a la comunidad internacional.

El ejército leal al mandatario se enfrentó a tiros con los policías que lo mantenían secuestrado en un hospital quiteño donde se había refugiado luego de ser agredido por los contestatarios. Custodiado por los soldados, Correa salió en silla de ruedas y se dirigió al Palacio Presidencial.

Desde el balcón de la casa de gobierno, el mandatario ecuatoriano agradeció el apoyo de los jefes de diferentes Estados, anunció una depuración a fondo de la policía nacional y acusó al ex presidente Lucio Gutiérrez de estar detrás de la intentona golpista.

“No habrá perdón ni olvido”, advirtió Rafael Correa y decretó el estado de excepción durante una semana.

Aspecto positivo

Para el representante de Heks, la parte positiva de este tipo de acciones en contra de los regímenes democráticos es que crean conciencia entre los pueblos. En Honduras la situación ya no es la misma tras el golpe militar, asegura.

Comenta que el jueves por la noche, cuando le llamaron para informarle de los hechos, pensó inmediatamente en la situación del país centroamericano.

“No son situaciones novedosas”, dice, aunque sí preocupantes. Empero, insiste en que con este tipo de acciones, los promotores (muy a su pesar, sin duda) logran despertar la conciencia de los pueblos y alimentar su sensibilidad.

En vista de lo anterior, subrayó: “No me desaniman estos ataques a la democracia, casi me alientan”.

Por otra parte, lamentó que la Unión Europea (que reconoció al actual Gobierno de Honduras) haga una lectura económica de los acontecimientos y termine apoyando el statu quo de la oligarquía en América Latina.

Falta diálogo directo de Suiza

Manifestó igualmente su preocupación por la carencia de un diálogo directo de Suiza con los movimientos sociales y por el hecho de que la Confederación se límite a algunos contactos. Eso, dijo, “es inaceptable. Si queremos resolver la pobreza no lo vamos a lograr desde Nueva York, sino sentándonos a dialogar con la gente de los países afectados”.

Y una entidad que mantiene un diálogo directo con los sectores más desfavorecidos de Ecuador, desde hace más de 30 años, es Swissaid.

Entrevistada este viernes sobre la situación de los proyectos en ese país, Sabine Schmidt indicó que se desarrollan normalmente y que la ONG se mantiene a la expectativa.

“Nuestro personal está fuertemente arraigado con la base y no creemos que la situación pueda afectar nuestros programas”, subrayó la responsable de Swissaid para Ecuador.

Swissaid en Ecuador

Swissaid ha consolidado, en sus áreas de influencia, redes sociales conformadas por familias campesinas, indígenas y afroecuatorianas que con base en sus vivencias y alianzas hacen uso de sus derechos, manejan de manera sustentable los recursos naturales y tienen capacidad de propuestas que inciden políticamente a nivel local, regional y nacional.

Las prioridades del acompañamientoestán determinadas por tres ejes temáticos:
1.- Seguridad Alimentaria:
a) Agricultura agro ecológica
b) Alimentación sana
c) Comercialización alternativa

2.- Gestión Ambiental
a) Manejo sostentible de los recursos naturales
b) Manejo comunitario de los recursos hídricos

3.- Fortalecimiento socio-organizativo
a) Desarrollo de capacidades de los grupos
b) Conformación de redes locales

y dos ejes transversales: 1.-Equidad de género & generacional

2.- Diversidad cultural

Opinión de Venezuela

En un comunicado difundido en Suiza, el embajador de Venezuela, César Méndez, condena:

Con estupor e indignación hemos recibido, quienes abogamos por un mundo de paz y democracia plena, la infausta noticia del intento de golpe de estado en la hermana República del Ecuador, por parte de un atajo de bandidos, mercenarios de la política y cultores de la violencia, contra el Gobierno legítimo y revolucionario del Presidente Rafael Correa Delgado.

Estas acciones funestas, que atentan contra la voluntad mayoritaria de la población, como es el caso del Ecuador, de mantener un Gobierno que interpreta y trabaja por el bienestar colectivo y no que sirva a intereses perversos de una minoría apátrida y egoísta, tienen el más enérgico rechazo de la comunidad internacional y de los hombres y mujeres que apostamos por un mundo mejor.