Constitución chilena: un rechazo en nombre de la democracia
Más del 60% de los chilenos dijeron "no" el domingo a la propuesta de una nueva constitución redactada por una convención elegida directamente. Tenían buenas y malas razones para hacerlo.
“Esto no fue simplemente una derrota, sino una total destrucción del trabajo de la convención constitucional”, dice David Altman. Para Altman, quien dirige el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad Católica de Santiago, la capital chilena, “la constitución propuesta era un texto muy mal redactado”.
De hecho, después de años de lucha y debate, había pocas dudas de cómo se expresaría la mayoría de los 15 millones de chilenos con derecho a voto en el referéndum realizado el 4 de septiembre. Mientras que los chilenos en el extranjero, a menudo muy comprometidos, optaron por ‘Apruebo’ con más del 60% – en Suiza la tasa de aprobación fue del 69% – los votantes en casa dijeron ‘Rechazo’ (‘rechazar’) en casi un 62%.
Un voto diferente
Tan pronto como se publicó el texto de 388 artículos y 170 páginas en marzo, las encuestas de opinión indicaron que la mayoría de los chilenos rechazaría el documento en la votación popular y obligatoria.
Sin embargo, la tendencia negativa contrastaba con las votaciones anteriores en el proceso constitucional iniciado por grandes protestas callejeras hace tres años. En octubre de 2020, casi el 80% aprobó la propuesta de formar una convención constituyente para redactar un reemplazo de la constitución actual, que data de 1981 y de la dictadura del general Augusto Pinochet. Sin embargo, la participación en ese momento era solo del 51%. Luego, en mayo de 2021, solo el 43% de los chilenos participó en las elecciones para elegir a los integrantes de la convención.
En conjunto, estos dos votos crearon una plataforma bastante sesgada para el proceso de redacción, según un comentarista que prefirió no ser identificado, En su opinión, el documento final, en el que participaron los 155 miembros de la convención “carecía de coherencia y claridad”.
Debates sobre el ‘plurinacionalismo’
Un aspecto del texto propuesto que despertó particular interés a nivel mundial y dentro del país fue la serie de cláusulas que describen a Chile como un país ‘plurinacional’, definición que apuntaba a fortalecer los derechos de los pueblos indígenas. Sin embargo, este término aumentó el ambiente de confrontación, especialmente en el sur del país, étnicamente diverso, donde los grupos radicales llevaron a cabo ataques terroristas durante la campaña, así como el día de la votación.
“Estas acciones fueron muy poco útiles para el campo del ‘sí’”, anota Yanina Welp, investigadora del Centro Albert Hirschman sobre Democracia en Ginebra, quien siguió y asesoró el proceso constitucional chileno desde el principio.
¿Una segunda ocasión?
Sin embargo, a diferencia de Altman, Welp, nacida en Argentina, todavía ve el proyecto de constitución rechazado como un “paso adelante con claras debilidades”. Espera que a muchas de las propuestas del documento se les dé el necesario seguimiento.
Sin embargo, corresponderá al presidente chileno, Gabriel Boric, quien estaba a favor de la constitución propuesta, extender la mano a sus oponentes victoriosos en un gesto que probablemente se basará en dos conclusiones clave: En primer lugar, que el borrador rechazado era políticamente unilateral y sobrecargado. Y segundo, que el resultado del 4 de septiembre no fue un rechazo a la democracia, sino un mandato claro para redactar una mejor y más democrática constitución, que al final pueda ganar el apoyo de una gran mayoría de los chilenos.
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