Correa: «El orden económico mundial, injusto e inmoral»
Rafael Correa, el presidente que logró hacer del Ecuador una de las democracias más estables de América Latina y que revirtió una situación económica que había obligado al éxodo a millones de ciudadanos, habló en Ginebra del camino recorrido y de sus desafíos, así como de la nueva arquitectura financiera de la región.
Tercer mandato
El Gobierno de Rafael Correa dio inicio en 2007 y fue refrendado en 2009 y en 2013, su mandato concluye en 2017
Los presidentes que lo precedieron no lograron concluir su mandato. En 10 años el país tuvo siete jefes del Ejecutivo.
Ahora, la Revolución Ciudadana, impulsada por Correa, ha ganado diez procesos electorales de manera consecutiva, incluidas dos justas presidenciales desde la primera vuelta
En septiembre de 2010 Correa sufrió un intento de golpe de Estado por parte de sectores de la policía y el Ejército.
“La pobreza en América Latina es fruto de la inequidad y ésta, a su vez, consecuencia de las perversas relaciones de poder, donde unos pocos dominan”, asentó el mandatario, quien dictó sendas conferencias magistrales, el viernes 24.10, en el marco del 50 Aniversario de la UNCTADEnlace externo y en el Instituto de Estudios Superiores Internacionales y del Desarrollo.Enlace externo
“Si algo he aprendido en estos cerca de ocho años como presidente, es que al mundo lo dominan el capital y los intereses de los países hegemónicos, dominados por el capital”.
Advirtió, sin embargo, que uno de los grandes errores de la izquierda tradicional fue negar los mercados, cuando son una realidad económica. “Pero una cosa es tener sociedades con mercado, y otra es tener sociedades de mercado, donde vidas, personas y la propia sociedad son una mercancía más”.
En sus dos intervenciones en la Ciudad de Calvino, el otrora catedrático hizo gala de un talento pedagógico y una bonhomía que le ganaron nutridos aplausos:
“En la academia es un pecado no decir la verdad. En la política parece que es un pecado decirla. Gracias por permitirme regresar a la academia”.
La experiencia de Ecuador
EcuadorEnlace externo, dijo, ha cambiado las relaciones de poder, a través de procesos democráticos, y destrozado la economía ortodoxa . En lugar de reducir salarios y sacrificar derechos laborales con la pretensión de crear empleos, añadió, los ha incrementado.
“El nuestro ha sido un crecimiento pro-pobres pro-equidad y pro-empleo”.
El problema de la economía, insistió, ha sido su desvinculación de su naturaleza original de economía política.
Durante la larga y triste noche neoliberal, la gran sacrificada fue nuestra clase trabajadora.
El presidente Correa se refirió a la “terrible” distribución primaria del ingreso entre trabajo y capital como una de las principales fuentes de desigualdad en América Latina y aludió al dilema de “mal con ellos, por la explotación laboral, pero peor sin ellos, por el desempleo”.
Para resolverlo, narró, su Gobierno introdujo, amén del salario mínimo, “el salario digno”, es decir, el ingreso que permite a una familia salir de la pobreza con su propio ingreso.
Rafael Correa tradujo en cifras los avances de su gestión:
Ecuador sea el país latinoamericano que más reduce la desigualdad; con mayor crecimiento en los últimos siete años (4,3% contra la media regional de 3,4%) y de los tres países y que más ha hecho disminuir la pobreza (de 37.6% en 2006 a 25.6% en 2013) . Un país donde la extrema pobreza, por primera vez en la historia se redujo a un dígito al caer de 16,9% a 8,6%.
Es también una las economías latinoamericanas con más baja tasa de desempleo, 4,15% para finales de 2013 y tiene los salarios más altos de la región andina.
Ha duplicado la cobertura social que pasó de 26 a 43% de la población económicamente activa entre 2007 y 2013.
Adquirió parte de su deuda externa y la redujo del 24% del presupuesto estatal en 2006, al 5,3% en el 2013.
Registra el mayor nivel de inversión pública de América Latina : 15,7% en 2013.
El presupuesto destinado al gasto social pasó del 4,8% del PIB en 2006 al 11,4% en 2013.
Asimismo, y bajo la divisa de que “el trabajo humano tiene supremacía sobre el capital”, ha utilizado instrumentos modernos para eliminar tensiones entre capital y trabajo, y en la explotación de los recursos naturales. A guisa de ejemplo, la introducción de mecanismos para poner coto al enriquecimiento exclusivo de las empresas petroleras.
La integración latinoamericana
Al referirse al proceso de integración que se produce en América Latina, lo calificó como el camino para que los países de la región puedan defenderse del neocolonialismo y del injusto orden económico internacional.
La comunidad de estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) es una gran oportunidad y esperanza para tener nuestros propios espacios de procesamiento de conflictos regionales, dijo. “Los países latinoamericanos en bloque podemos procesar nuestros conflictos con América del Norte. El mundo del futuro será un mundo de bloques”, reiteró.
Aludió igualmente al potencial de la Unión de Naciones Sudamericanas UNASUREnlace externo cuya unidad representaría la cuarta economía más grande del mundo, con el 5,9% del PIB mundial, un tercio de las fuentes de agua dulce del planeta, el primer lugar en producción mundial de alimentos y con reservas de hidrocarburos para los próximos 100 años.
En el marco de ese organismo, que reúne a Argentina, Bolivia, Brasil Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Suriname y Venezuela, la nueva Arquitectura Financiera Regional “es nuestra opción para resolver una de las más grandes paradojas de los países del sur: mientras tenemos depositados más de 760 mil millones de dólares de nuestros recursos en el primer mundo, seguimos dependiendo de préstamos externos y de inversiones extranjeras”.
“La Patria Grande, como llamamos a nuestra América Latina unida, ya no es solo un sueño de nuestros libertadores, sino la mejor, y tal vez única, manera de obtener nuestra segunda y definitiva independencia”, sentenció.
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