En París se decide el destino del planeta
Del 30 de noviembre al 1 de diciembre, las delegaciones de casi 200 países se reúnen en París para discutir un nuevo acuerdo universal sobre el clima. El objetivo es limitar a 2 ºC el calentamiento global. swissinfo.ch ilustra los principales aspectos e interrogantes de la COP21.
COP21, tres letras y dos cifras que engloban el destino de las generaciones futuras. Laurent Fabius, el ministro francés de Asuntos Exteriores y presidente de la 21ª Conferencia de las Partes (Conference of the Parties o COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, no se cansa de repetirlo: la de París es una cita “vital”.
Tras más de 30 años de complejas discusiones sobre el clima y, sobre todo, después del fracaso de la conferencia de Copenhague en 2009, el mundo tiene que actuar. Bruno Oberle, director de la Oficina Federal de Medioambiente (OFAM), se dice optimista. “Por primera vez existe un amplio consenso en torno a la voluntad de cambiar de rumbo. También las grandes potencias, entre ellas China y Estados Unidos, reconocen que es necesario actuar”, afirma.
El miedo del terrorismo planea sobre la COP21
Los atentados de París del 13 de noviembre y la alerta de terrorismo repercuten también en la Conferencia Internacional sobre el Clima (COP21).
En la capital y en las demás ciudades francesas, las autoridades han decidido prohibir la Marcha Global Por el Clima del 29 de noviembre, la gran manifestación ciudadana prevista para el final de la conferencia (12 de diciembre) y, en general, las grandes concentraciones en el espacio público. Por el contrario, se mantienen las manifestaciones organizadas en espacios cerrados, donde es más fácil garantizar la seguridad.
Aunque entienden las razones, las ONG y los militantes ecologistas lamentan esta decisión. Sin una movilización ciudadana, el acuerdo sobre el clima tendrá un impacto menor, sostiene la Coalición Clima 21, que baraja la posibilidad de eventos alternativos.
La tensión será especialmente alta durante la jornada inaugural de la COP21, cuando llegarán a París decenas de jefes de Estado o de Gobierno.
¿Qué se discute en París?
Los temas principales de la COP21Enlace externo son dos: reducir las emisiones de gas de efecto invernadero y respaldar las políticas climáticas en los países en desarrollo. El objetivo es limitar a 2 ºC el calentamiento global respecto al periodo preindustrial. Por encima de este umbral, las consecuencias serán desastrosas, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCCEnlace externo).
Los organizadores de la conferencia confían en que, por primera vez desde la Cumbre de la Tierra de Río en 1992, se pueda alcanzar un acuerdo vinculante e universal. A diferencia del Protocolo de Kioto, el nuevo pacto –vigente a partir de 2020 – debería contar con la adhesión de todos los Estados del planeta. “Cada país tiene que hacer un esfuerzo”, sostiene Franz Perrez, jefe negociador helvético. Su deseo es que el acuerdo incluya una cláusula de revisión para que se controle periódicamente el cumplimiento de los compromisos asumidos. “Idealmente, cada cinco años”, puntualiza.
¿Por qué es importante la conferencia?
La concentración de CO2 en la atmósfera ha superado los 400 ppm (partes por millón), el valor más alto desde que se dispone de mediciones. La primera década de este siglo ha sido la más calurosa de los últimos 10 000 años, y el 2015 marcará previsiblemente un nuevo récord.
Por tanto, es urgente actuar cuanto antes, entre otras cosas, porque el presupuesto global de carbono (o sea la cantidad de CO2 que se puede emitir si queremos alcanzar el objetivo de los 2 grados) se está agotando. “Ya se han utilizado dos tercios. Al ritmo actual, lo habremos agotado dentro de cerca de 25 años”, señala Bruno Oberle. Y cuanto más esperemos, más difícil y, sobre todo, más costoso será reducir las emisiones que generan los combustibles fósiles, subraya la ONU.
¿Quién participa en la COP21?
En París se reúnen todos los miembros de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCCEnlace externo), o sea 195 países más la Unión Europea. Además de los cerca de 4 000 negociadores, la capital francesa se dispone a recibir a un centenar de jefes de Estado o de Gobierno, entre ellos los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y China, Xi Jinping. Suiza estará representada por su presidenta Simonetta Sommaruga y la ministra de Medioambiente, Doris Leuthard.
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El clima está cambiando
Las discusiones se desarrollarán dentro de grupos y subgrupos de negociación cuyos objetivos difieren. Suiza preside el denominado ‘Grupo de Integridad Ambiental’, que incluye a Liechtenstein, México, Mónaco y Corea del Sur. Un grupo reducido, pero heterogéneo, que puede desempeñar un papel importante, según Bruno Oberle. “Es el único en el que figuran países industrializados y países en transición. Si en el seno de este grupo conseguimos un compromiso, hay posibilidades de que esto sirva de punto de partida para un compromiso global”.
¿Sobre qué premisas se abre la conferencia?
Con vistas a la conferencia de París, los Estados miembros de la CMNUCC fueron invitados a presentar sus planes nacionales de protección del clima, conocidos como Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (INDCEnlace externo, por sus siglas en inglés) a partir de 2020. Más de 160 países –que representan más del 90% de las emisiones globales y de la población mundial– han comunicado sus compromisos. En febrero, Suiza fue el primero que anunció sus objetivos: una reducción del 50% de aquí a 2030 (respecto a los niveles de 1990) y del 70-85% hasta el año 2050.
Aun así, con los compromisos puestos sobre la mesa no alcanzará el objetivo de los 2 ºC, afirman los investigadores independientes del Climate Action TrackerEnlace externo, que prevén un aumento de 2,7 ºC. “No es suficiente, pero es mejor que los 4-5 grados estimados en el caso de que no se hiciera nada”, declaró Christina Figueres, secretaria general de la CMNUCC.
¿Cuáles son las cuestiones abiertas?
Las opiniones divergen, sobre todo, en torno a la cuestión de los responsables históricos del calentamiento y de la repartición del esfuerzo. Los países emergentes consideran que esta responsabilidad incumbe, sobre todo, a los países industrializados. Para estos, en cambio, la distinción entre ‘ricos y pobres’ ya no se justifica.
Una posición que defiende también Suiza. En París, la delegación helvética insistirá en que todos los países sometan sus objetivos de reducción a una evaluación periódica según sus posibilidades y capacidad. Para Bruno Oberle, “hay que suprimir la distinción entre países industrializados y en desarrollo, entre los que figuran naciones como China, Corea del Sur o Singapur”. Actualmente, dice, los países emergentes y en desarrollo generan más de la mitad de las emisiones mundiales (61%).
Otro punto sensible son las modalidades de la financiación de las políticas climáticas en los países menos avanzados. En Copenhague, los países industrializados se comprometieron a poner a disposición 100 000 millones de dólares al año de aquí a 2020.
Para el director de la Oficina Federal de Medioambiente, todos los países en condiciones de hacerlo tendrán que ayudar a los que tienen más dificultades. “Es una cuestión de solidaridad”, dice. Bruno Oberle confía en que se amplíe el grupo de donantes (Suiza participa con 100 millones de francos para el periodo 2015-2017). El nuevo acuerdo sobre el clima, subraya, debe garantizar inversiones más ecológicas y en ello los mercados financieros tienen un papel fundamental.
París, ¿un éxito u otro fracaso?
Prever el desenlace de la conferencia de París es mera especulación. Y no solo porque el terrorismo ha relegado a un segundo plano la cuestión climática, que era un tema omnipresente en los medios en los meses previos a la COP21.
En la mesa de negociaciones, cada uno defenderá sus intereses. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha causado perplejidad al anunciar que en París no habrá ningún acuerdo vinculante. La reacción del presidente francés no se hizo esperar. Habrá “un acuerdo vinculante o nada”, dijo François Hollande. En cualquier caso, el planeta no podrá resolver el problema del calentamiento global en dos semanas. París es solo el inicio.
Más de 30 años de discusiones climáticas
1979: Primera Conferencia Mundial sobre el Clima en Ginebra.
1992: Cumbre de la Tierra de Río: se adopta la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), el primer acuerdo internacional sobre el clima
1997: Protocolo de Kioto (Japón) prevé reducir un 5% las emisiones en el periodo 2008-2012 respecto a los valores de 1990. Unos 50 países lo ratifican (no Estados Unidos).
2009: Conferencia sobre el Clima en Copenhague: concluye sin un acuerdo para el periodo posterior a 2020.
2010: Conferencia sobre el Clima en Cancún: se crea un sistema de objetivos voluntarios para el periodo post-2020.
2012: Conferencia sobre el Clima en Doha (Catar): se logra un acuerdo para extender el Protocolo de Kioto de 2013 a 2020.
2014: Conferencia sobre el Clima en Lima: se fijan los objetivos para después de 2020.
2015: Conferencia sobre el Clima en París: ¿Se adoptará un nuevo acuerdo global y vinculante?
Fuente: Oficina Federal de Medioambiente
Traducción del italiano: Belén Couceiro
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