Jon Pult: “Me gusta la iniciativa de los Alpes porque es pragmática”
Hace 25 años, el 20 de febrero de 1994, el pueblo suizo aprobó la iniciativa de los Alpes, cuyo objetivo era transferir el tráfico de mercancías a través de los Alpes de la carretera al ferrocarril. Su aplicación sin embargo ha sido muy compleja y hoy día no se han conseguido todavía todos los objetivos. No obstante, el presidente de la iniciativa, Jon Pult, sigue siendo optimista.
El resultado de la votación de hace 25 años fue una sorpresa. El 51,9% de los votantes y 19 cantones de 26 se manifestaron a favor de trasladar el tráfico de mercancías a través de los Alpes de la carretera al ferrocarril y de la renuncia a la ampliación de las vías de tránsito.
Esa votación marcó un punto de inflexión en la política de transportes de este país. Un punto de inflexión confirmado por los ciudadanos en los años siguientes, por ejemplo en 1998 con la aprobación de la tarifa de servicio al tráfico pesadoEnlace externo (TSTP) o la negativa de 2004 a la propuesta de duplicación del túnel viario del Gotardo.
Sin embargo, la aplicación de la iniciativa alpina resultó bastante compleja, en particular porque puso en juego las relaciones con Europa.
La solución de compromiso, que forma parte de la Ley federal de transferencia del transporte de mercancíasEnlace externo, establecía un límite máximo anual de 650 000 trayectos de camión a través de los Alpes suizos dos años después de que se abriera el túnel ferroviario de base del Gotardo. Esa apertura tuvo lugar en 2016, pero el número de trayectos a través de los Alpes es todavía superior a los 900 000.
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Demasiados camiones en los Alpes todavía
El presidente de la iniciativa de los Alpes, Jon Pult, prefiere destacar todo lo que se ha logrado hasta ahora y cree que la clave del éxito de la iniciativa alpina ha sido precisamente la capacidad de encontrar soluciones pragmáticas.
Sin embargo, la aplicación de la iniciativa alpina resultó bastante compleja, en particular porque puso en juego las relaciones con Europa.
La solución de compromiso, que forma parte de la Ley federal de transferencia del transporte de mercancíasEnlace externo, establecía un límite máximo anual de 650 000 trayectos de camión a través de los Alpes suizos dos años después de que se abriera el túnel ferroviario de base del Gotardo. Esa apertura tuvo lugar en 2016, pero el número de trayectos a través de los Alpes es todavía superior a los 900 000.
El presidente de la iniciativa de los Alpes, Jon Pult, prefiere destacar todo lo que se ha logrado hasta ahora y cree que la clave del éxito de la iniciativa alpina ha sido precisamente la capacidad de encontrar soluciones pragmáticas.
swissinfo.ch: 25 años después de la aprobación de la iniciativa de los Alpes el número de camiones que circula por las carreteras alpinas es mucho mayor de lo previsto en la ley. Además, en 2016 se decidió finalmente duplicar el túnel viario del Gotardo. ¿Como presidente de la iniciativa alpina, no se siente un poco frustrado?
Jon Pult: Se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. Por supuesto, se puede criticar el hecho de que hasta ahora no hayamos alcanzado los objetivos establecidos. Sin embargo, gracias a la iniciativa alpina la política de transportes suiza ha evolucionado de manera muy diferente a la tendencia internacional. Suiza ha modificado el modelo de su política de transportes gracias a la iniciativa alpina. Antes eran cerca de un millón y medio de camiones los que cruzaban los Alpes y hoy son poco más de 900 000. Esto no quiere decir que no sigamos luchando por lograr nuestros objetivos.
La decisión popular a favor de la duplicación del túnel viario del Gotardo supuso un duro revés. Pero para nosotros no es una batalla perdida. Se construirá el túnel, pero sigue en pie la promesa de no aumentar la capacidad de tráfico del Gotardo. Por supuesto que a mí también me cuesta mucho creer que realmente será así, pero lucharemos por ello. Y tal vez el día que se abra el segundo túnel el desarrollo tecnológico y político en el ámbito de la gestión del tráfico haya llegado a tal punto que no sea necesario utilizar ese segundo túnel de manera excesiva.
swissinfo.ch: Los promotores de la iniciativa esperaban no solo cambiar la política suiza de transportes sino también la europea. ¿Qué ha pasado con esa esperanza?
J. P.: Si en algo me siento un poco frustrado es con la política europea en materia de transporte. La iniciativa alpina apoya la idea de un cupo para el tránsito a través de los Alpes. Es un proyecto que solo se puede llevar a cabo a escala europea, en estrecha colaboración con Austria, Francia, Italia y Alemania, y en eso no hemos sido capaces de encontrar una mayoría política, especialmente a nivel de los gobiernos centrales, demasiado alejados de los Alpes. Tampoco Suiza ha luchado de verdad en apoyo de esta idea.
Por otra parte, en algunos aspectos es cierto que la UE ha tomado medidas en la dirección correcta. Estoy pensando, por ejemplo, en la decisión tomada el año pasado de reducir las emisiones de los camiones que circulan por Europa. O en los debates sobre el Toll+, un aumento de la euroviñeta para la circulación de camiones por las carreteras de tránsito alpino. Pero mi mayor pesar es no haber sido capaces de construir entre las regiones alpinas una alianza que fuese lo suficientemente fuerte para formular sus propios intereses a escala europea.
swissinfo.ch: ¿La tasa al tráfico pesado (TSPT)Enlace externo y la fortaleza del franco no han acabado por alejar el tráfico de tránsito de Suiza a los otros países alpinos?
J. P.: Es difícil decirlo con certeza y seguro que habrá algún camión que no atraviese Suiza por razón del coste. Pero no creo que se trate de una actitud generalizada. Estamos hablando de trayectos muy largos y el cálculo de los costes es muy complejo.
En Suiza hay un traslado de la carretera al ferrocarril, no de la carretera suiza a la carretera austríaca. También hemos dicho siempre que nuestro objetivo es proteger los Alpes, no los Alpes suizos. Y siempre hemos colaborado con las organizaciones de otros países alpinos que apoyan nuestras mismas ideas.
swissinfo.ch: Hoy el discurso ecologista está dominado por la cuestión del cambio climático. ¿De qué manera afecta esta perspectiva a su labor política?
J. P.: Es obvio que el tema del futuro es la catástrofe climática y nos preguntamos cuál puede ser la contribución de una organización que se ocupa de la protección de los Alpes para el problema global que supone el cambio climático. Sea como fuere, tenemos que demostrar que, si no llegamos por lo menos a cumplir los objetivos de París, el riesgo para los Alpes es incluso mayor que para otras regiones. Además, aunque es cierto que los camiones de hoy día son mucho más limpios desde el punto de vista de las emisiones de partículas finas en suspensión que en los años noventa, a nivel de CO2 las cosas no han cambiado mucho. Por lo tanto, el traslado del transporte al ferrocarril sigue siendo un tema importante para la protección del clima.
swissinfo.ch: Pero, ¿cambiaría su discurso si el tráfico por carretera llegara a ser inocuo desde el punto de vista de las emisiones de CO2?
J. P.: Creo que el ferrocarril sigue siendo más eficiente en trayectos largos. Además, hemos gastado miles de millones en las líneas ferroviarias alpinas y sería absurdo no utilizarlas.
«El traslado del transporte al ferrocarril sigue siendo un tema importante para la protección del clima.»
Al mismo tiempo, también nos interesa electrificar el transporte por carretera para reducir las emisiones de CO2. El día que se alcance el objetivo de los 650 000 trayectos anuales de camiones por los Alpes, una revisión de la iniciativa alpina podría consistir en impulsar la electrificación de esos 650 000 camiones.
swissinfo.ch: El número de camiones que circula anualmente por los Alpes supera las 900 000 unidades. ¿Cómo cree usted que se puede remediar la falta de respeto a los objetivos fijados en la ley?
J. P.: La política debe hacer examen y reconocer su propio fracaso. Se dirá seguramente que es necesario esperar la conclusión de las obras de Monte Ceneri y del corredor de 4 metros. Es verdad que se trata de unas condiciones técnicas que seguramente nos ayudarán. Pero es necesario también tomar medidas. Y la más simple a corto plazo es el aumento de la TSTP, naturalmente dentro de los límites de lo permitido por los acuerdos bilaterales [con la Unión Europea]. No veo por qué no hacerlo.
A medio plazo también se puede pensar en una armonización con el sistema europeo, mediante la imposición de un peaje al tráfico alpino, que es lo que Europa está haciendo con el Toll+. Sin embargo, es necesario un análisis preciso sobre las ventajas y desventajas, porque si se impone un peaje al tránsito alpino no se podría aumentar la TSTP. Además, tendríamos que ponernos al mismo nivel que Europa e introducir una tasa sobre las emisiones de CO2 a los camiones.
swissinfo.ch: Los adversarios de la iniciativa alpina advirtieron de la posibilidad de represalias europeas. ¿El devenir de la iniciativa alpina puede servir también de lección para las negociaciones actuales con la UE?
«Si nos hubiésemos concentrado solo en una política de líneas rojas, hoy probablemente tendríamos más camiones circulando por nuestras carreteras.»
J. P.: Sí, absolutamente. Lo pensé muchas veces cuando se hablaba del acuerdo institucional con la UE. Es cierto que los contenidos son muy diferentes, pero la situación es similar. Suiza quería seguir una vía que a primera vista no era compatible con las reglas europeas. Pero con negociaciones eficaces y una cierta capacidad de compromiso se encontró una solución que iba bien para nosotros y era compatible con las normas europeas.
De este modo, hoy tenemos una política más avanzada que la europea en materia de tránsito alpino, una política que es reconocida por nuestros socios europeos. La clave del éxito de la iniciativa de los Alpes ha residido en un firme pragmatismo y un sólido sentido de la responsabilidad por parte de mis predecesores. Si nos hubiésemos concentrado solo en una política de líneas rojas, hoy probablemente tendríamos más camiones circulando por nuestras carreteras.
swissinfo.ch: Hoy se discute a menudo sobre la aplicación de las iniciativas populares. ¿La iniciativa de los Alpes puede considerarse un caso ejemplar del funcionamiento de la democracia directa suiza?
J. P.: Para mí el pragmatismo de la iniciativa alpina tiene un enorme valor democrático. Es cierto que lo que el pueblo decide debe ser implementado, pero en política hay que tener en cuenta muchas circunstancias y se debe estar preparado para el compromiso.
«La democracia directa no puede ser polarizada, porque en ese caso se convertirá en un elemento de división.»
Lo mejor de la iniciativa alpina es que se trata de un auténtico movimiento popular, que se indignaba cuando hacía falta indignarse, pero que también estaba siempre dispuesto a buscar soluciones que pudieran satisfacer a todo el mundo.
La democracia directa no puede ser una política plebiscitaria ni polarizada, porque en ese caso no será ya un mecanismo que una a nuestro país, sino que se convertirá en un elemento de división. Me gusta la iniciativa de los Alpes por su pragmatismo. Es algo que ha nacido de un movimiento popular, no de la estrategia de un partido y por eso ha sido más constructiva.
Traducción del italiano: José M. Wolff
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