UE critica abusos sauditas, Suiza guarda silencio
En una rara condena internacional a Arabia Saudita, unos 36 países firmaron una declaración en Ginebra criticando la situación de los derechos humanos en ese país. Suiza declinó sumarse a la medida.
Los países, incluidos los 28 Estados miembros de la Unión Europea (UE), así como Australia y Nueva Zelanda, firmaron la declaración el jueves en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Se trata de la primera declaración de este tipo contra el régimen saudita, tradicionalmente aliado de Occidente.
Entre otros, el texto pide la liberación de las activistas por los derechos de las mujeres encarceladas en el reino, así como mayores espacios para la sociedad civil y los grupos de derechos humanos.
Se pronuncia también por que las autoridades sauditas cooperen con una investigación de la ONU en torno al asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudita de Estambul el pasado 2 de octubre.
Los saudíes han reconocido que Khashoggi fue asesinado por un equipo especial enviado desde Riad y abrieron una investigación que incluye a 11 personas. Sin embargo, niegan categóricamente que el príncipe heredero Mohammed bin Salman tuviera conocimiento de la operación.
Mutismo suizo
Aunque los 28 miembros de la UE se unieron con una sola voz para firmar la declaración (un “éxito para Europa”, según un enviado de un Estado miembro de la UE), Suiza se negó a añadir su nombre a la lista.
La portavoz de la delegación helvética ante la ONU en Ginebra dijo a la agencia Keystone-SDA que esa decisión no fue “porque [Suiza] no estuviera de acuerdo con el contenido de la declaración, sino porque ya ha reaccionado”.
Tras el asesinato de Khashoggi el año pasado, el ministro suizo de Exteriores, Ignazio Cassis, dijo al periódico Blick que en Arabia Saudita había “evidencias de violaciones de los derechos humanos y del desprecio por el Estado de derecho”, y que las relaciones con ese Estado serían “reevaluadas”.
La ONG Amnistía Internacional criticó la negativa helvética de unirse a la declaración de la ONU: esta posición es “profundamente decepcionante y, una vez más, causará un gran daño a la reputación del país como defensor de los derechos humanos”, dijo su portavoz, Alain Bovard.
A principios de este año, en enero, el ministro de Finanzas suizo y actual presidente, Ueli Maurer, minimizó las versiones sobre una eventual fisura en las relaciones con Arabia Saudita y dijo que estas se estaban normalizando.
Sin embargo, no estaba claro si Maurer, deseoso de reforzar los lazos financieros con el reino, expresó su opinión sin consultar previamente a sus colegas del Ejecutivo.
Arabia Saudita es un socio claveEnlace externo de Suiza en el mundo árabe y en la región de Oriente Medio, con un volumen comercial de 2 500 millones de francos en 2017, según la Secretaría de Estado para Asuntos Económicos (SECO).
¿Boicot suizo?
El ministro del Interior, Alain Berset, no asistió a una conferencia internacional en Arabia Saudita el pasado fin de semana. La oficina de Berset justificó la ausencia arguyendo motivos de agenda.
En lugar de Berset, el director de la Oficina Federal de Salud, Pascal Strupler, asistió a la Cumbre Ministerial Mundial sobre Seguridad del Paciente en Jeddah.
Para los observadores, la ausencia de Berset fue una declaración política para protestar contra el asesinato del disidente saudita Jamal Khashoggi.
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