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“El pacto secreto con la OLP no ató de manos a Suiza”

El secuestro de un avión de Swissair por terroristas palestinos en Zarca, Jordania, concluyó con un pacto secreto entre el ministro suizo de Asuntos Exteriores en la época, Pierre Graber, y representantes de la OLP. Keystone

En septiembre de 1970, el ministro de Asuntos Exteriores, Pierre Graber, firmó un acuerdo secreto con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) para poner a fin a los atentados contra Suiza, según las revelaciones del ‘Neue Zürcher Zeitung’. Una acción que se basa en la realpolitik que practicaron también otros países europeos durante aquellos años de terror.

Septiembre de 1970: varios comandos del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP) secuestran tres aviones en el aeropuerto jordano de Zarca, entre ellos uno de la compañía helvética Swissair. El ministro suizo de Asuntos Exteriores, Pierre Graber, miembro del Partido Socialista, entabla entonces contacto con Faruk Kadumi, cofundador de Al Fatah, el movimiento de Yaser Arafat.

Lo hace sin informar a los demás miembros del Gobierno y menos aún a los representantes de los otros países implicados, que pedían una acción concertada. Es lo que revela Marcel Gyr, periodista del diario ‘Neue Zürcher Zeitung’ (NZZ) en una minuciosa investigación, titulada ‘Les années de terreur en Suisse’ (Los años del terror en Suiza), que acaba de publicar.

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Interrogantes abiertos sobre el accidente de Swissair en 1970

Este contenido fue publicado en El 21 de febrero de 1970, Suiza quedó conmocionada cuando el avión de Swissair 330 con destino a Tel Aviv explotó poco después de despegar del aeropuerto de Zúrich-Kloten. Los 38 pasajeros a bordo y los nueve miembros de la tripulación perdieron la vida. “330 en caída”, comunicó en alemán el copiloto Armand Etienne a…

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Jean Ziegler, a sus entonces 36 años, es un hombre combativo, socialista como Pierre Graber y diputado en Berna, le facilita el contacto. El resultado de las reuniones secretas en Ginebra, en las que participa el fiscal general: un acuerdo, según el cual Suiza ayudará a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) a tener presencia en la sede ginebrina de la ONU, a cambio de la promesa de que no se reproducirán atentados terroristas contra Suiza.

La seguridad nacional en juego

“Se trataba de una cuestión de seguridad nacional. Comprendo que se buscara obtener garantías para la población”, afirma François Nordmann, antiguo secretario diplomático de Pierre Graber (a partir 1975), aunque duda de que el ministro no informara a los demás miembros del Gobierno.

«Habíamos recibido un mensaje de los autores del secuestro del avión de Swissair en Jordania. Pero como nadie en la administración entendía árabe, tuvimos que recurrir a un estudiante tunecino en Ginebra para que lo tradujera» Yves Besson, exdiplomático

En aquella época, Suiza está conmocionada por los ataques terroristas palestinos. El 18 de febrero de 1969, el aeropuerto de Zúrich-Kloten es escenario de un tiroteo contra un avión de la compañía aérea israelí El-Al. El piloto resulta muerto, un terrorista abatido y otros tres son detenidos. Un año después, el 21 de febrero de 1970, una bomba del FPLP explota en un Coronado de Swissair que volaba de Zúrich a Tel Aviv. El avión se estrella en la zona forestal de Würenlingen, en el cantón de Argovia. Mueren las 47 personas a bordo. En septiembre, se produce la toma de rehenes en el aeropuerto de Zarca, cuyo epílogo será afortunadamente menos dramático con la liberación de los 157 pasajeros.

El exdiplomático Yves Besson recuerda perfectamente aquellos “años de terror”. En 1970 emprende prácticas en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Y aunque asegura que no tuvo notificación del acuerdo secreto, recuerda una anécdota que ilustra la falta de preparación de las autoridades helvéticas frente a la emergencia de las acciones terroristas palestinas. “Habíamos recibido un mensaje de los autores del secuestro del avión de Swissair en Jordania. Pero como en la administración no había nadie que entendiera árabe, tuvimos que recurrir a un estudiante tunecino en Ginebra para que lo tradujera”.

Relaciones intactas con Israel

Estos ataques terroristas influyeron en que se reforzara la presencia suiza en Oriente Medio, afirma Yves Besson, uno de los primeros diplomáticos que aprendió árabe y que más tarde fue director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA). “Las acciones de los palestinos tuvieron cierto éxito, porque consiguieron que se reconociera su causa en la administración federal. Así se crearon puestos de embajador en Bagdad, Damasco y Amán, y unos años después, en Arabia Saudí”.

Ninguna repercusión en la política actual

En una breve respuesta por escrito a swissinfo.ch, el Ministerio suizo de Asuntos Exteriores dice tener conocimiento de la investigación histórica que publicó el diario NZZ y asegura que no tiene “influencia alguna sobre la política actual de Suiza en Oriente Próximo”. Según el Ministerio, “corresponde a los historiadores esclarecer estos sucesos”.

Suiza nunca puso en peligro su autonomía ni su neutralidad al concluir un pacto secreto con la OLP, sostiene el antiguo diplomático. Según Yves Besson, fue oportuno que el pacto se mantuviera en secreto. “Todos los pasajeros del vuelo de Swissair retenidos en Jordania fueron liberados sanos y salvos. Esto es lo esencial, incluso si todo el mundo sabía que los palestinos jamás hubieran hecho explotar el aparato repleto de pasajeros”.

Pascal de Crousaz, experto en Oriente Medio, comparte esta opinión: “El acuerdo secreto con la OLP no ató de manos a Suiza. La Confederación tampoco cambió repentinamente de bando. Siguió manteniendo relaciones estrechas con Israel, tanto en el plano diplomático, como militar y civil”. Y es que, como subraya Pascal de Crousaz, “los dos países tenían lazos muy estrechos, ambos se veían como un ‘Sonderfall’ [en alemán: caso especial, caso aparte], rodeados de países hostiles. Por otra parte, en Suiza había una empatía protestante natural hacia la creación de un Estado hebreo que llegaba más allá de las fronteras lingüísticas y políticas”.

«Francia y Alemania practicaban una política activa para alejar el terrorismo de su territorio» Pascal de Crousaz, experto en Oriente Medio

Suiza, además, no fue el único país que negoció con los extremistas palestinos. Otros Estados concluyeron acuerdos similares durante la oleada terrorista de los años 1970. “Francia y Alemania practicaban una política activa para alejar el terrorismo de su territorio, sobre todo, liberando a presos palestinos en nombre de la razón de Estado. Ocurrió especialmente después de la sangrienta toma de rehenes de los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972”, afirma Pascal de Crousaz.

No fue un caballero solitario

Suiza nunca fue un caballero solitario en el reconocimiento de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y su toma de posición sobre Oriente Medio apenas difiere de las de sus vecinos europeos, puntualiza Pascal de Crousaz. Al contrario, fueron los nueve miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE) los que expresaron, por primera vez, en la declaración de Venecia del 13 de junio de 1980, una visión política que reconocía el derecho de los palestinos a la autodeterminación en un Estado separado de Israel.

Pierre Aubert (83 años), el sucesor de Pierre Graber al frente de la cartera de Exteriores en 1978, recuerda perfectamente que heredó, muy a disgusto, la invitación transmitida a Faruk Kadumi para ser recibido en Berna. La opinión pública entonces era muy hostil a la OLP. “Escribí una carta a Jean Nordmann, presidente de la Federación Suiza de Comunidades Israelitas, para explicarle que la iniciativa venía de los palestinos. Ni el Ministerio ni yo habíamos tomado esta iniciativa. Pero difícilmente podíamos eludir esta solicitud”.

El exjefe de la diplomacia helvética, que a principios de los años 1970 dirigió la Asociación Suiza-Israel, agrega: “Tampoco podíamos ignorar el lugar que, con o sin razón, ocupa la OLP en los países árabes. Era nuestro deber mantener abiertos todos los canales de comunicación. También le aseguré a Jean Nordmann que lo esencial de las conversaciones se mantendría a nivel de altos funcionarios que seguiríamos apoyando el derecho de Israel a existir dentro de unas fronteras seguras y reconocidas”.

¿Desvelado el misterio del atentado de Würenlingen?

Tras la tragedia de Würenlingen, el juez de Zúrich que instruyó el caso estableció la culpabilidad de un miembro del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP). Aun así, para gran desesperación de las familias de las víctimas, el fiscal de la Confederación nunca lo inculpó.

Aunque no dispone de pruebas formales, el periodista del NZZ, Marcel Gyr, sostiene que existe un probable vínculo entre la inactividad del fiscal federal y el pacto secreto de septiembre de 1970 para evitar que Suiza fuera blanco de otros ataques terroristas. Hoy, Gyr solicita a los miembros del Gobierno que abran todos los archivos para esclarecer de una vez por todas la tragedia. “Este libro permite que los hijos y nietos de las víctimas de Würenlingen sepan por fin lo que ocurrió”, afirma a su vez Jean Ziegler.

Traducción del francés: Belén Couceiro

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