Dispensación de heroína, una manzana de la discordia
Suiza ha sido uno de los primeros países en establecer la prescripción médica de heroína a los toxicómanos más dependientes. El próximo domingo los suizos votan si esta práctica debe quedar incluida en la nueva Ley sobre Estupefacientes.
El psiquiatra Christoph Bürki trabaja desde hace 14 años en el Centro de Distribución Controlada de Droga de Berna, del cual es hoy el médico responsable. Entrevista.
swissinfo: ¿Quiénes vienen aquí?
Christoph Bürkli: Los pacientes son toxicómanos con una gran dependencia a la heroína. No se trata de los drogadictos promedio.
La antigua y la nueva Ley sobre Estupefacientes establece que una persona está autorizada a acudir a nuestros servicios si depende de la droga durante más de dos años sin haber obtenido resultados en sus tentativas de desintoxicación.
En realidad, nuestros pacientes dependen de la heroína desde hace unos doce años y ya han pasado, sin éxito, por unas diez terapias en su intento por superar su adicción.
swissinfo: ¿Existen hoy día bases legales para la distribución de la heroína?
C.B.: Esto se aplica desde 1994 en el marco de un programa de investigación. Se requirió un decreto federal especial para aplicar este concepto.
Nuestras investigaciones han sido muy intensas y suscitan envidia en otros países. Recientemente estuve en Canadá: Allá nos envidian por el número de estudios e investigaciones que hemos efectuado durante este periodo.
A finales de la década pasada, observamos que el tratamiento era eficaz y, sobre todo, que permitía disminuir la criminalidad, lo que resulta muy sensato tanto en la política de salud, como en el marco del orden público.
En consecuencia, este método fue establecido de modo temporal en una resolución federal urgente. En las votaciones del 30 de noviembre se busca incluirla de modo definitivo en la legislación para que la medida no deba renovarse cada determinado plazo.
swissinfo. ¿Cómo funciona el tratamiento?
C.B.: Un paciente se anuncia para el tratamiento por teléfono y entonces es enviado a un centro especializado, a un médico o a un hospital.
Semanas después, el paciente recibe una cita para que acuda a una entrevista en el marco del proceso de admisión. Posteriormente se realiza un segundo encuentro.
Los procedimientos de admisión son complejos. El cantón correspondiente y la Oficina Federal de Salud Pública deben dar su aval, lo que dura algunas semanas. Durante ese lapso se verifica si los criterios de admisión cumplen los requerimientos de ley necesarios y si otros tratamientos -incluida una posible terapia de desintoxicación-, no podrían ser más adecuados. Siempre es muy positivo poder motivar al paciente en ese sentido.
Una vez que todos esos pasos se han cumplido, el paciente comienza su tratamiento. Debe venir aquí dos veces al día, incluidos los fines de semana. Ese tratamiento no tiene nada de divertido: hay que venir dos veces al día, hacer cola, y esto durante años.
swissinfo: A mucha gente le cuesta trabajo comprender que el Estado distribuya drogas peligrosas.
C.B.: Hay muchas cifras surgidas de estudios que muestran muy claramente que estos tratamientos de distribución de heroína frenan en gran medida la intensidad del deterioro en la salud de los toxicómanos y sus niveles de mortalidad.
Por otra parte, permite mejorar mucho la salud y la vida social de los implicados. Se trata de un tratamiento global y no simplemente de la distribución de heroína.
swissinfo: Los detractores de este método critican el hecho de que pocos terminan con su dependencia.
C.B.: Nunca existió la pretensión de que la gente que participara en este tratamiento pudiera encaminarse hacia la abstinencia en un corto periodo de tiempo.
La dependencia a la heroína, de un promedio de doce años en nuestros pacientes, es crónica y de larga duración, y sólo en el mejor de los casos desemboca en la abstinencia. Son casos excepcionales.
swissinfo: Uno de los argumentos de este método es la reducción de la criminalidad.
C.B.: Lo ha demostrado de muy buen modo el criminólogo independiente Martin Killias, quien consultó a los toxicómanos, a la policía y acudió a los archivos judiciales sobre delitos en torno a las drogas.
En todos los ámbitos -ya sean robos, delitos graves relacionados con los estupefacientes, encarcelamiento, etc.-, Killias constató una reducción significativa de la delincuencia. Una reducción del orden del 80%.
Esto resulta muy importante para la sociedad, debido a que la delincuencia relacionada con los estupefacientes cuesta muy caro. Matin Killias concluyó que la prescripción de la heroína constituye el método más eficaz en materia de prevención de la criminalidad.
swissinfo: ¿Qué pasaría si el electorado rechaza este 30 de noviembre la nueva Ley sobre Estupefacientes?
C.B: Esto tendría graves consecuencias en dos niveles: Primero, al nivel de los pacientes. Aquí tenemos 210 pacientes que en su gran mayoría se han estabilizado de forma impresionante. Ciertamente, no han resuelto todos sus problemas, pero ponen mucho de su parte para salir adelante. Todo ese esfuerzo se vería amenazado.
El otro nivel se sitúa en el plano político. Hace diez o quince años, nos confrontamos a una situación absolutamente desoladora con las escenas de la droga en lugares públicos en muchas ciudades suizas; una situación totalmente fuera de control.
Mi mayor temor es que esto no vuelva a ocurrir y provoque un gran número de sobredosis y de muertes, lo que sería catastrófico para nuestra sociedad.
Entrevista swissinfo, Christian Raaflaub
(Traducción del alemán: Patricia Islas Züttel)
A finales de julio de 2008, 1.300 toxicómanos seguían un programa de distribución de heroína en 21 centros ambulatorios y en 2 prisiones suizas.
Otras 16.000 personas recibían dosis de metadona. Este producto está disponible en casi todos los cantones y pude ser prescrito por el médico.
El Centro de Distribución Controlada de Droga de Berna (KODA, en sus siglas en alemán) prescribe la heroína desde 1994, fecha de los primeros ensayos con respecto a esta terapia.
Desde el año 2000, KODA se ocupa de un número constante de heroinómanos, es decir, alrededor de 210 pacientes.
La institución cuenta con 35 empleados (médicos, trabajadores sociales, especialistas en cuidados y personas dedicadas a la administración).
Los toxicómanos reciben su dosis de heroína en un expendio y se la inyectan bajo la supervisión de personal especializado. Si no pueden acudir al centro, por ejemplo, a causa del trabajo en caso de vacaciones, reciben metadona, un producto de sustitución que se toma de forma oral.
Fuera de las tareas de entrega de heroína, el centro ofrece cuidados médicos y psicológicos a los toxicómanos y consejos en cuestiones prácticas (administración de sus ingresos, encontrar un apartamento, etc.).
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