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Lo que Doris Leuthard quiso decir realmente

Primer plano de la ministra Doris Leuthard
La ministra Doris Leuthard deja el gobierno colegiado suizo a finales de este año. Béatrice Devènes/Lunax

Doris Leuthard ha anunciado que deja el Consejo Federal (Gobierno) a finales de este año. El pasado jueves compareció ante los medios de comunicación y, según los periodistas presentes, lo hizo “emocionada” y “reprimiendo las lágrimas”.

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Esperemos que las lágrimas en los ojos de Helvetia [personificación nacional femenina de Suiza] no empañen la visión que describió en tono de advertencia la más veterana de los siete miembros que integran el Consejo Federal: “Nuestro país es fuerte, pero se ha vuelto más vulnerable”. Doris Leuthard se refería a la interdependencia internacional.

Larissa M. Bieler
Larissa M. Bieler es redactora jefa de swissinfo.ch Nikkol Rot

Los temas se vuelven más complejos

Las fuerzas externas ejercen una gran influencia en la política suiza, añadió Leuthard. «Es una falacia pensar que podemos controlar todo nosotros mismos.» Suiza está expuesta a diversos factores externos. Tanto el Consejo Federal como el Parlamento tienen que familiarizarse más con cuestiones complejas y saber integrar esas influencias externas sobre nuestro país a la hora de buscar soluciones.

Leuthard apela aquí a una nación que supo reconocer muy pronto algo que se ha convertido en una necesidad en el mundo globalizado: el valor de cultivar las relaciones, de mostrar solidaridad y compromiso. Suiza es una nación por voluntad con cuatro regiones lingüísticas y encontrar un equilibrio entre diferentes intereses, aspiraciones y culturas forma parte de su ADN.

Sobre esta base consolidada, Suiza ha creado unas condiciones marco que pueden ampliarse. Y aunque ambivalente, uno de los puntos fuertes de Suiza reside en el intercambio intercultural. Suiza tiene una tradición en lo que el mundo globalizado exige de otros países. En esto ha sido pionera. ¿Tempi passati?

«La singularidad no es un monopolio suizo»

Hace tiempo que Suiza ha elevado este caso especial a la categoría de dogma, lo que refleja sobre todo inseguridad a la hora de hacer frente a los desafíos globales. Recientemente, otra mujer con peso en la escena internacional ha instado a Suiza a mirarse en el espejo: Ursula Plassnik, la embajadora de Austria en Suiza y exministra de Asuntos Exteriores de nuestro país vecino, lo dijo sin equívocos: «A quienes les cuesta reconocer que los vecinos también pueden tener un buen sistema político se sienten menos motivados a involucrarse en la búsqueda de soluciones a los grandes problemas de la Europa del futuro”.

Y añade: «La singularidad no es un monopolio suizo. Cada uno de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas se considera único y con todo derecho. Ya sea Afganistán o Zimbabue». Y esto no es simplemente una indirecta. Debería hacer que la gente aguzara el oído, pues que un embajador critique al país anfitrión en círculos diplomáticos es como romper con un tabú.

Una cosa es cierta: la globalización, la creciente interdependencia internacional, abre nuevas oportunidades y riesgos. A veces a una velocidad vertiginosa. Novartis recortará alrededor de 2 000 puestos de trabajo en Suiza. Aquí no se tienen en cuenta las emociones. Hace tiempo que China ha extendido los brazos para abrazar a Suiza. Y la declaración de Leuthard debe entenderse como una advertencia: A Suiza le va a costar involucrarse, porque, aunque pertenece a los Estados occidentales, no es miembro de la Unión Europea, ni del G20 ni de la OTAN.

En otras palabras, una visión global de Suiza y sus conexiones internacionales deberían ser desde hace mucho tiempo estrategia de supervivencia. La creciente interconexión internacional de los negocios, la política, la ciencia y la cultura determina el futuro de Suiza. ¿Y qué queda?

Lo que queda es educación y poder blando

Lo que queda son recursos como la educación y su aplicación en materia de innovación. Y poder blando. Independencia y credibilidad, seguridad y estabilidad, participación y democracia, Estado de derecho: Estas son las fortalezas que Suiza ha adquirido a lo largo de su historia. Es lo que nos hace únicos, pero la identidad política de Suiza proporciona los requisitos necesarios para que el país pueda desempeñar un papel importante en la comunidad internacional.

Y no se puede sobreestimar el papel de los medios de comunicación libres. Lo que Doris Leuthard realmente quiso decirnos, más que un agradecimiento, fue: Utilicemos nuestra independencia como fuerza y fortaleza. Y hagámoslo ya.

Adaptación del alemán: Belén Couceiro

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