El largo brazo de Pekín llega hasta los pueblos suizos más pequeños
La ayuda de China a Europa en su lucha contra el coronavirus no está exenta de críticas: ¿Está utilizando Pekín la pandemia para aumentar su influencia en Occidente? Hay ahora intervenciones de Pekín mucho más directas que apenas tienen eco. Por ejemplo, lo que ocurrió a principios de marzo en el cantón de Vaud.
El 9 de marzo, diez municipios del cantón de Vaud recibieron un correo del gobierno cantonal. Estos municipios tenían en común que al día siguiente iban a participar en una manifestación con banderas del Tíbet que la Sociedad de Amistad Suizo-TibetanaEnlace externo (GSTF) organiza anualmente para conmemorar el aniversario del levantamiento del pueblo tibetano en 1959 contra el invasor chino.
En el escrito enviado por la cancillería cantonal, del que disponemos en swissinfo.ch, se pide a los municipios, de manera más o menos explícita, que se abstengan de izar la bandera tibetana el 10 de marzo. La cancillería cantonal argumentaba, citando consultas realizadas al Ministerio suizo de Asuntos Exteriores (DFAE, por su sigla en francés), que ese acto iba en contra de la “política de una sola China” que lleva a cabo el Gobierno federal. Y la política exterior es una competencia federal.
Solicitada una nueva negociación
“Es hora de resetear”, asegura Angela Mattli, de la organización no gubernamental, Asociación para los pueblos amenazadosEnlace externo (APA). Esta oenegé lanzó una peticiónEnlace externo la semana pasada en la que solicitaba al Gobierno suizo renegociar el acuerdo de libre comercio con China.
Esa petición se basa en distintas informaciones según las cuales China estaría obligando a los uigures a trasladarse a otras zonas del país para trabajar en fábricas de suministros a empresas internacionales. “Sencillamente, Suiza no puede seguir comerciando con China como si no pasara nada”, señala Mattli.
Tres días antes, el embajador de China se había dirigido por escrito al Consejo de Estado del cantón de Vaud, pidiendo al gobierno cantonal que exigiera a los municipios que se abstuvieran de izar la bandera y de realizar otras acciones de solidaridad.
Para Thomas Büchli, presidente de la GSTF, el hecho de que la embajada china haya intentado estorbar o impedir estas acciones no es ninguna novedad. Sucede con frecuencia que la embajada contacta con una autoridad por escrito o por teléfono. A veces incluso las autoridades reciben visitas personales en sus oficinas. “Sin embargo, sí es nuevo que las autoridades en cuestión reaccionen ante este tipo de injerencias de China con una carta oficial, trasladando la petición”, afirma Büchli.
“Únicamente se ha comunicado a los municipios la posición del DFAE”, responde la cancillería del cantón a la pregunta de swissinfo.ch de por qué el cantón de Vaud había dado curso a la petición del embajador chino. No obstante, nueve municipios izaron la bandera tibetana el 10 de marzo y solo una se abstuvo.
“Pequeños escándalos basados en modelos recurrentes”
Ralph Weber, profesor del Instituto Europeo de la Universidad de BasileaEnlace externo, investiga la política china y documenta este tipo de injerencias. Quiere entender cómo los regímenes autoritarios tratan de influir en los Estados democráticos.
“Este tipo de intervenciones por parte de China ocurren sin cesar y, sobre todo, en Europa”, afirma Weber. Se trata en su mayoría de “pequeños escándalos”, que rara vez llegan a ser de conocimiento público. “Si los juntamos todos, se pueden reconocer ciertos patrones”.
Patrones que remiten a las acciones del llamado Frente Unido. Este Frente Unido es una organización del Partido Comunista de China que ha incrementado significativamente su influencia desde la llegada al poder del presidente Xi Jinping hace ocho años. Una de sus tareas es influir en países extranjeros en defensa de los intereses de China.
Además, el presidente Xi declaró oficialmente en 2013 que las historias sobre China debían ser “bien contadas”. El anuncio de Xi tenía por objeto los países extranjeros. “Bajo el mandato de Xi China ha aumentado considerablemente su influencia frente al exterior. En este caso se trata de soft power (poder blando), pero también de lo que los investigadores llamamos sharp power (poder duro)”.
Las banderas del Tíbet no son material para buenas historias
Desde la perspectiva de Pekín, las banderas del Tíbet en los municipios suizos no son tema para contar una buena historia. Un caso para el Frente Unido, que funciona en el extranjero no solo a través de las embajadas o consulados. China dispone también de “una gran cantidad de asociaciones parecidas a organizaciones no gubernamentales”, asegura Weber. Estas establecen luego contactos con la sociedad civil, en ciudades y pueblos, e intentan captar a empresarios o personas particulares para sus intereses.
“En Suiza se subestima el alcance y calado de las actividades del Frente Unido”, afirma Weber. En otros países, como Australia, Nueva Zelanda o la República Checa, se es bastante más duro y crítico con esta injerencia de China.
Weber no es el único que duda si la Berna federal tiene en cuenta todas estas actividades. El diputado socialista Fabian Molina pidió en una mociónEnlace externo al Consejo Federal (gobierno federal) que “desarrolle una estrategia coherente de política exterior para China”. Solo de esta manera Suiza podrá defender sus intereses y valores frente a Pekín.
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“La palabra clave para una política exterior sólida es coherencia”
La estrategia con China en el segundo semestre de 2020
El Consejo Federal recomendó que se adoptara la moción, el Consejo Nacional (cámara baja) siguió la recomendación, pero el Consejo de los Estados (cámara alta) la rechazó a finales de 2019. Según el Ministerio suizo de Asuntos Exteriores (DFAE), China está siendo actualmente “analizada en profundidad”. Ese es también el objetivo de la nueva Estrategia de Política Exterior para los años 2020-2023Enlace externo. Según indica el DFAE, el análisis estará listo en la segunda mitad de este año.
El propósito de esa estrategia es lograr “una mayor coherencia entre los departamentos [ministerios] federales”. El Consejo Federal quiere “crear mecanismos de decisión claramente establecidos que entren en juego en caso de conflicto entre objetivos”.
Molina afirma estar satisfecho de que “finalmente esté pasando algo”. Sin embargo, en su opinión, el camino elegido no es suficiente, porque solo afecta al nivel federal. “Tendría más sentido involucrar a toda Suiza, es decir, facilitar asistencia y orientación también a los cantones, ciudades y pueblos”, señala el diputado.
El último ejemplo del cantón de Vaud muestra que no es suficiente que los ministerios se coordinen entre sí, afirma Molina. “China aprovechará en su favor la estructura federal de Suiza”.
Ayuda china a los hospitales suizos
A principios de la semana pasada llegó de China un Airbus de la compañía Swiss cargado con material de protección para los hospitales de Zúrich. Según la Dirección de Salud Pública del cantón, se trata de equipos de protección personal “urgentemente necesitados”. Están previstos más vuelos.
Con este material se abasteció a 34 centros sanitarios de los cantones de Zúrich y Schwyz. El suministro se produjo gracias a una iniciativa de los hospitales de Zúrich.
También aterrizó en Ginebra un avión de carga lleno de material médico. La operación estuvo organizada por la Cámara de Comercio China-Suiza y la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Ginebra (CCIG).
(Fuente: Keystone-SDA)
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¿La actitud que mantiene Suiza hacia China es la correcta?
Traducción del alemán: José M. Wolff
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