El destino de las armas se decide en las urnas
El pueblo suizo se pronuncia este domingo sobre una iniciativa que pretende limitar el acceso a las armas. Tras una campaña política apasionada, los adversarios y los partidarios del texto combaten codo con codo. El resultado de la votación se presenta muy abierto.
Suiza cuenta con un gran número de armas en circulación. No existen estadísticas absolutamente fiables sobre esta cuestión, aunque las cifras más comúnmente admitidas hablan de cerca de dos millones de armas en los hogares helvéticos. Y entre ellas, un buen número de fusiles de asalto y pistolas en poder de los soldados o de antiguos militares.
A lo largo de los últimos diez años, varios dramas han aportado el agua de molino de aquellos que apoyan restringir este acceso a las armas: una matanza en el Parlamento del cantón de Zug, una chica joven abatida en una parada de bus por un soldado, la muerte de una antigua campeona de esquí con una pistola, etc.
Por otro lado, las armas plantean también un problema en el caso de los suicidios. Son la causa de unas 300 muertes al año. Los médicos y los criminólogos estiman que una limitación podría evitar 100 suicidios anuales, aunque aquí también las cifras son puestas en entredicho.
Tres medidas
Para evitar estos dramas, una coalición de unas 70 organizaciones (defensa de los derechos humanos, sindicatos, Iglesias, movimientos pacifistas, asociación contra la violencia doméstica, etc.) presentó una iniciativa titulada ‘Protección contra la violencia de las armas’.
Para los autores del texto, este objetivo puede alcanzase por medio de tres medidas. La primera consiste en reforzar el control creando un registro nacional de armas de fuego. Actualmente, la inscripción de las armas solo se efectúa en el ámbito cantonal.
Después, el texto demanda que fuera de los periodos de servicio militar, los soldados no conserven durante más tiempo sus armas en el domicilio y que las depositen en el arsenal. Además, una vez que hayan acabado sus obligaciones militares, los antiguos soldados no tendrían la posibilidad de conservar sus armas, salvo si son tiradores deportivos titulares de una licencia.
En resumen. la iniciativa trata de introducir una cláusula de necesidad. En adelante, cualquiera que desee disponer de un arma debería justificar una necesidad y contar con las capacidades necesarias. La iniciativa sigue siendo algo imprecisa sobre los términos. Los detalles se contemplarían en una ley todavía por elaborar.
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Ejército de milicias
Un debate emocional
En el ámbito político, los partidarios de la iniciativa se benefician del apoyo de la izquierda. Los medios favorables a una disminución del número de armas centran su argumentación, prioritariamente, en la seguridad de los ciudadanos.
El texto es, en cambio, rechazado por el Gobierno y la mayoría de derecha del Parlamento. Los adversarios observan especialmente en la propuesta un ataque contra el Ejército, una desresponsabilización de los ciudadanos, un desarme de los ciudadanos honestos frente a los delincuentes, además de un abandono de las tradiciones y de los valores suizos.
Este enfrentamiento entre, por un lado la seguridad y salvar vidas y, por otro, responsabilidad y defensa de los valores nacionales ha provocado una campaña política particularmente emocional.
Un resultado incierto
Los partidarios de la iniciativa comenzaron la campaña con una buena ventaja. Pero en las últimas semanas, las fuerzas de ambos lados se han equilibrado poco a poco. De acuerdo con el último sondeo sobre intención de voto, el 47% de los encuestados acepta el texto, el 45% lo rechaza y el 8% se muestra indeciso.
Es por tanto muy difícil predecir con certeza el resultado qué saldrá de las urnas el domingo. Por ahora, los partidarios de la iniciativa siguen en cabeza, algo relativamente raro y que muestra el fuerte apoyo con el que cuenta el texto. Por otro lado, la experiencia demuestra que los votantes indecisos, en general, tienden a respaldar la opinión del Gobierno y a unirse al bando de los opositores a una iniciativa.
Ambas partes están ahora tan cerca que los politólogos creen que el voto de determinadas categorías de ciudadanos (mujeres, habitantes de ciudades de tamaño medio) podría inclinar la balanza. Por otra parte, es posible que esta iniciativa, muy respaldada en los centros urbanos, pero en cambio más combatida en las zonas rurales, sea aceptada por el pueblo pero rechazada por una mayoría de los cantones.
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Iniciativa popular
Se entregó en la Cancillería Federal el 22 de febrero de 2009, avalada por 106.037 firmas válidas.
La promueve una coalición que agrupa a 70 organizaciones: defensa de derechos humanos, sindicatos, prevención del suicidio, iglesias, asociaciones de lucha contra la violencia infligida a las mujeres, movimientos pacifistas, etc.
Principales exigencias: Creación de un registro nacional de armas, justificación de necesidad y competencias para la posesión de un arma, almacenamiento de las armas militares en sitios seguros, prohibir la posesión de armas particularmente peligrosas (armas automáticas, fusil de percusión) a título personal.
En el ámbito político cuenta con el respaldo de la izquierda. El Gobierno y la mayoría de la derecha en el Parlamento, en cambio, recomiendan que los ciudadanos la rechacen.
(Traducción: Iván Turmo)
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