El reto de la soberanía alimenticia en Cuba
Termina la visita a Suiza de Humberto Ríos, merecedor del premio Goldman 2010 por su aporte a la transformación agrícola cubana a través del fortalecimiento de redes campesinas. Cuba tiene el reto de incrementar su producción alimenticia, que hoy cubre el 20% de las necesidades de la isla.
Ríos, acompañado de otros especialistas cubanos, visitó ejemplos del modelo descentralizado de producción helvético.
El reto cubano de pasar del monocultivo de caña de azúcar dirigido al otrora bloque socialista a la producción agrícola diversificada ha sido una ardua transición.
Ante la crisis, el gobierno repartió grandes parcelas de tierras cultivables a pequeñas cooperativas agrícolas. Y la urgencia obligó a los agricultores a cultivar de forma semiorgánica.
La innovación era la única salida sin más entradas económicas del bloque comunista, ni pesticidas importados: Las cooperativas agrícolas recurrieron a la rotación de cultivos y al uso de insectos benéficos para obtener buenas cosechas, lo que provocó la regeneración de los suelos. Allí comenzó la labor del científico Humberto Ríos, creando redes para expandir el propio conocimiento de campesino a campesino.
Ríos dirige el Programa de Innovación Agropecuaria Local, cofinanciado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) desde 2000. Entrevista:
swissinfo.ch: Ha recibido el premio Medioambiental Goldman 2010 por este proyecto que inició con 25 campesinos y hoy tiene una red de 50.000. ¿Cuáles son las transformaciones que ha entrañado?
Humberto Ríos: El programa ha producido cambios muy importantes en los conceptos de cómo producir alimentos en Cuba, de formas más horizontales -incluso más democráticas, lo que ha permitido que aumente el rendimiento de manera interesante-, en la diversidad y, sobre todo, en que la gente empiece a tener mucho más apego al mundo rural
swissinfo.ch: Suiza ha impulsado este proyecto, ¿cómo es que un país europeo puede ayudar a una isla como Cuba?
H. R.: COSUDE es una agencia que tiene mucha experiencia acumulada durante muchos años. Ha tenido que trabajar en ambientes muy difíciles y diversos: ha acumulado conocimiento para resolver problemas difíciles.
En el caso de Cuba, teníamos una economía que dependía de los países del Este. Al colapso de este bloque, nos vimos en una situación difícil: la gente empezó a producir sus alimentos y, por fuerza, tuvimos que desarrollar a gran escala un modelo de agricultura orgánica. Eso ha permitido incluso nuevas relaciones entre las instituciones, totalmente nuevas para nosotros.
La COSUDE nos ha acompañado en este proceso y nos ha facilitado sus experiencias y la de otros socios a nivel internacional, lo que finalmente nos ha permitido avanzar más rápido y con pasos más firmes.
swissinfo.ch: ¿Cuál es la petición para la siguiente fase de este respaldo?
H. R.: A mi parece que pudiéramos trabajar juntos con la cooperación suiza en un proceso de aprendizaje a través de lecciones para expandir esta metodología en la que los productores serían los protagonistas de la innovación, pero ya a una escala de política,
Creo que los suizos tienen experiencia en esto, han contribuido en ello ya en otros países. Además la propia cultura suiza que tiene un gran enfoque local, descentralizado, puede darnos algunas ideas de cómo se puede tratar este asunto en Cuba.
swissinfo.ch: Cuba estaba realmente en una crisis alimenticia tras el fin de la exportación de azúcar al bloque soviético, ¿Dónde está hoy a nivel agrícola?
H. R.: Nosotros pasamos momentos de hambre, momentos muy difíciles. La gente tuvo que aprender de manera muy acelerada a producir alimentos sin agroquímicos, estoy hablando del periodo de 1990 a 1997 ó 98, pero a partir de ese momento la gente comienza a producir sin agroquímico.
Yo creo que ahora se ha vuelto un modelo, más que ser una alternativa para escapar de la crisis. Es un modelo que, en mi opinión, tiene que “legitimizarse” para desarrollar la agricultura cubana.
swissinfo.ch: ¿Entonces, diría que Cuba es un ejemplo?
H. R.: Precisamente por eso; porque es insostenible el modelo agrícola que predomina por ejemplo, en los países industrializados.
Se trata de un problema energético, es decir, la cantidad de energía que pones en un sistema, en términos de mecanización, de petróleo, tiene que generar mayores beneficios. El reto está en cómo ese modelo pudiera aportar nuevas formas de gobernabilidad.
swissinfo.ch: Ejemplo: México importa maíz de EE.UU. Muchos países están en dependencia alimenticia…
H. R.: México es un ejemplo como hay cientos en el mundo, porque precisamente todos hablan de libertades y de democracia, pero si tú no tienes soberanía alimentaria, si no tienes capacidad de producir tus productos básicos en torno a tu cultura, jamás vas a ser soberano políticamente. Eso es lo que está pasando.
Esto es producto de ese modelo de agricultura industrial con el que realmente te creas relaciones de dependencia alimentaria, y eso significa que te vas a crear también relaciones de dependencia política.
Esa lección la aprendió Cuba en alguna medida, aunque creo que todavía le queda por aprender, porque estamos en el punto de cambio: si realmente somos inteligentes, podemos dar el brinco que necesita Cuba y ser ejemplo para la humanidad, porque la gente ya aprendió a producir sin petróleo y a producir buenos niveles de comida.
swissinfo.ch: ¿Lo suficiente?
H. R.: No, bueno, no hay suficiente. Los hombres y mujeres siempre somos un poquito ambiciosos. Nosotros importamos muchos alimentos, pero aún la estadística no está clara.
swissinfo.ch: ¿Pero ha mejorado la alimentación en Cuba?
H. R.: Significativamente.
Patricia Islas en Berna, swissinfo.ch
el agrónomo creó y dirige el proyecto PIAL en el Instituto estatal de Investigación Agropecuaria en Cuba, cofinanciado por la COSUDE desde el año 2000.
Inició la red de PIAL con 25 campesinos, hoy participan más de 50.000.
“Cuba tiene un tremendo potencial de producción agrícola. Pienso que si logra materializar aquellos aspectos de política agraria que estimulen la producción, si trabaja en todos los eslabones de la cadena alimentaria, la produccióon va a crecer, porque tiene tierra, agua y personas muy capacitadas: desde los campesinos hasta los científicos”, indicó, por su parte, Rodolfo Hernández, oficial del Programa en Cuba para el Desarrollo Económico Sostenible de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y quien acompañó a la delegación cubana en su paso por Suiza.
Suiza ha dirigido el 50% de los 18 millones de francos de su programa global para Cuba al sector de seguridad alimenticia.
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