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El Salvador: «Las manifestaciones siguen produciéndose aunque en teoría no estén permitidas»

manifestación en El Salvador
El 22 de enero de 2024, familiares de los detenidos protestaron en la capital, San Salvador, con pancartas donde se podía leer "Libertad para los inocentes". Keystone / Rodrigo Sura

El Salvador vota, a pesar de encontrarse bajo un régimen de excepción desde hace dos años. El gobierno pretende combatir de esta forma la violencia de las bandas. Monika Hess, de la organización de ayuda suiza Solidar Suisse, explica en una entrevista por qué el estado de excepción sigue poniendo en peligro a las mujeres y qué significa la restricción de derechos básicos.

SWI swissinfo.ch: ¿Qué actividades llevan a cabo la organización de ayuda suiza Solidar Suisse en El Salvador?

Monika Hess: Trabajamos en los ámbitos de la violencia de género, la empleabilidad de los jóvenes, la adaptación al cambio climático de los pequeños agricultores y la labor humanitaria, en cooperación con organizaciones locales. Estamos presentes en El Salvador desde hace casi 30 años con una oficina de coordinación de cinco a diez empleados, que también apoya nuestros proyectos en Guatemala y Honduras.

Monika Hess
Monika Hess es directora de Programas para Centroamérica en Solidar Suisse. zur Verfügung gestellt

La larga guerra civil que vivió El Salvador entre 1980 y 1991 terminó por estas fechas hace poco más de 30 años.

Sí, nuestra implicación comenzó durante la guerra. Proporcionamos ayuda de emergencia tras el terremoto de 1986. Más tarde, apoyamos a los desplazados y a los combatientes desmovilizados a través de organizaciones locales. Nuestro coordinador actual lleva 23 años en el cargo. Desde el principio, los derechos de la mujer fueron un tema importante para nosotros en El Salvador, junto con el trabajo sindical y la codeterminación política. En los últimos años, hemos acumulado mucha experiencia, sobre todo en materia de violencia de género.

Uno de nuestros proyectos más destacado es el llamado «Chalatenango sin Violencia de Género» con la organización local CORDES, que trabaja con instituciones estatales para mejorar y ampliar los servicios para las personas afectadas por la violencia. También incluye una plataforma informática para documentar casos de violencia.

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En 2016, hubo más de 5.000 asesinatos en El Salvador; en 2023, hubo diez veces menos, algo menos de 500. El estricto enfoque del Gobierno de Nayib Bukele frente a la violencia de las pandillas parece estar surtiendo efecto. Entonces, ¿hay también menos violencia contra las mujeres?

Sí y no. Los feminicidios, es decir, los asesinatos de mujeres y niñas, como forma más extrema de violencia, en realidad han disminuido, pero se mantienen en un nivel elevado. Otras formas de violencia probablemente han aumentado y el apoyo a las mujeres afectadas está menos garantizado. Incluso antes del estado de emergencia, se produjo un desmantelamiento histórico de las instituciones de defensa de los derechos de las mujeres y de las víctimas de la violencia.

Muchos delitos ya no se denuncian debido al estado de excepción. Como el Estado de derecho está suspendido, las mujeres tienen miedo y no tienen garantías de un juicio justo si presentan cargos.

¿Pero la policía sigue deteniendo hoy a más presuntos delincuentes?

En El Salvador rige desde hace dos años el estado de excepción. Eso significa que no hay garantías de juicios justos. Se producen detenciones arbitrarias y abusivas. La policía y el ejército pueden detener a personas -la mayoría de las veces, hombres jóvenes, por supuesto- sin orden judicial o indefinidamente. Desde el punto de vista de los derechos humanos, la situación es alarmante.

Hace un año, investigadores del thinktank estadounidense Carnegie Endowment for International Peace cuestionaron si el riesgo de violencia para las mujeres estaba aumentando bajo el estado de excepción en El Salvador y si las mujeres eran «víctimas colaterales». ¿Está de acuerdo con esta valoración?

Como he mencionado, las mujeres afectadas por la violencia están menos protegidas. Sin embargo, el estado de excepción conlleva una larga cola que está siendo ignorada: La violencia de las bandas y los índices de asesinatos están bajando, pero millones de mujeres y sus familias en El Salvador están sufriendo un deterioro porque sus derechos básicos ya no están garantizados. Eso se debe también a que, cuando los familiares están en prisión, los niños se quedan solos, tienen que mantener a la familia por su cuenta y se encuentran en condiciones de explotación laboral. Según un estudio de 2017, dos tercios de las mujeres de El Salvador han sufrido violencia de género al menos una vez, para subrayar la magnitud del problema.

El feminicidio es solo la punta del iceberg de la violencia de género. Otras formas de violencia doméstica o sexualizada son menos visibles. Otro problema en El Salvador es el alto índice de embarazos adolescentes entre las jóvenes de 10 a 14 años: en parte debido a la ignorancia, en parte como resultado de abusos. Un embarazo de este tipo puede ser trágico, sobre todo en un país que prohíbe el aborto. Además, las activistas también experimentan una mayor inseguridad en estado de emergencia. El riesgo de detención arbitraria también aumenta para las mujeres.

Una mujer con dos niños pequeños pasando justo delante de un cartel que pone Bukele
Una mujer pasea con sus hijos por San Salvador junto a un mural que anuncia la reelección de Nayib Bukele. Copyright 2024 The Associated Press. All Rights Reserved

¿Cómo valora el desarrollo de los derechos fundamentales en El Salvador? Los entusiastas de la criptomoneda de todo el mundo que valoran la libertad tienen puestas sus esperanzas en El Salvador. Sin embargo, en el Índice de Libertad de Freedom HouseEnlace externo, el país ha bajado de ‘libre’ a ‘parcialmente libre’ en los últimos años, y ahora su puntuación es inferior a la de países como Liberia, México y Filipinas.

Los derechos fundamentales y el Estado de Derecho están bajo presión. La separación de poderes entre la política y el poder judicial ya no es reconocible. Se están tomando medidas inconstitucionales, por ejemplo, la continuidad del actual presidente en el cargo es contraria a la Constitución, pero a pesar de ello se aprobó su candidatura. Faltan controles y equilibrios en el Estado de Derecho.

En Solidar Suisse estamos muy preocupados por esta evolución. En última instancia, estos acontecimientos debilitan la capacidad del Estado para hacer frente a enormes problemas como la seguridad alimentaria, el cambio climático, la impunidad y la violencia. Aquí vemos poca inversión estatal, al contrario.

Las elecciones en El Salvador comienzan el 4 de febrero. El presidente Bukele será reelegido con toda seguridad. Es popular precisamente porque está tomando medidas contra la violencia de las bandas.

El apoyo al actual presidente es alto. La violencia de las bandas – asesinatos, extorsiones, desapariciones – ha causado enormes daños y sufrimiento en la vida cotidiana de la población de El Salvador. En consecuencia, la población de las zonas afectadas aprecia enormemente la reducción de la violencia de estas bandas. Sin embargo, el estado de emergencia no crea seguridad real.

Por el momento, los militares están asumiendo funciones policiales y el Estado invierte poco en educación, formación profesional o desarrollo rural. Y es muy necesario, de lo contrario es poco probable que se alcance la paz a largo plazo.

Según Freedom House, las elecciones en El Salvador son «en gran medida libres y justas», a pesar de la valoración negativa de los acontecimientos. ¿Cree usted que la oposición también tiene una condición de partida justa?

Es claramente diferente de Suiza o de cualquier democracia que funcione. Hay mucha propaganda; la televisión pública está alineada con el gobierno. Además, la oposición tiene poco margen de maniobra porque actúa en una situación en la que no hay separación entre el gobierno y el poder judicial. En este caso, la oposición tampoco ha recibido los fondos que le correspondían por ley para la campaña electoral. No soy analista política, pero no creo que eso pueda calificarse de «ampliamente libre y justo».

Como he visto en Internet, organizaciones de mujeres de El Salvador, con las que también colabora Solidar Suisse, se manifestaron recientemente contra la violencia hacia las mujeres. ¿Siguen siendo posibles las manifestaciones a pesar del estado de excepción?

En teoría no están permitidas, pero siguen produciéndose manifestaciones, por ejemplo en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

¿Afectan también los derechos fundamentales restringidos a las actividades de Solidar Suisse?

Somos más prudentes cuando se trata de acciones callejeras. Los jóvenes adultos de nuestros proyectos de fomento del empleo son los que corren más riesgo de sufrir detenciones arbitrarias. Hemos organizado escoltas para ellos de camino a un lugar de formación. Gracias a un intercambio orientado a la búsqueda de soluciones con las autoridades locales y a medidas cautelares, hemos conseguido continuar con todos los proyectos. Y espero que siga siendo así.

Nayib Bukele dando un apretón de manos a un simpatizante suyo
Ahora se autodenomina el «rey filósofo» en Twitter. El presidente Nayib Bukele poco después de anunciar su renovada candidatura. Copyright 2023 The Associated Press. All Rights Reserved

En respuesta a las acusaciones de dictadura, el presidente Nayib Bukele se autodenominó una vez en X (antes Twitter) el «dictador más guay del mundoEnlace externo«. ¿Es realmente su política dictatorial?

En cualquier caso, estamos viviendo un retroceso del Estado de Derecho y de los derechos humanos en El Salvador, un retroceso en la democratización. Si se examina la historia de América Latina y de El Salvador, esta afirmación me parece un problema a tener en cuenta. Trivializa lo que las dictaduras han hecho a sus poblaciones.

Por principio, Solidar Suisse siempre intenta que las instituciones estatales pertinentes participen en los proyectos. Gracias a sus grandes esfuerzos, nuestros empleados locales y las organizaciones asociadas han conseguido aprovechar los espacios de diálogo que aún existen. Estos importantes espacios se están cerrando actualmente. Es lamentable.

Texto adaptado del alemán por Carla Wolff

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