Tim Guldimann quiere ser la voz de los suizos en el extranjero
El exembajador suizo, residente en Berlín, se convirtió en el primer expatriado helvético elegido para el Parlamento Federal. Tiene la intención de dar voz a la ‘Quinta Suiza’, la cual no es tomada suficientemente en cuenta, a su parecer.
La jubilación para Tim Guldimann comienza con un nuevo mandato: tras dejar el servicio diplomático y su puesto de embajador de Suiza en Berlín, el socialista zuriqués permanecerá en actividad. Elegido brillantemente en su distrito electoral, el cantón de Zurich, para el Consejo Nacional (cámara baja), prestará juramento dentro de unas semanas y despachará “bajo la cúpula”, según la expresión corriente.
Contundente elección
Con más de 102 700 votos, Tim Guldimann fue uno de los diputados elegidos con un mayor número de votos durante los comicios del domingo 18.10.
En el cantón de Zúrich, unos 22 000 suizos en el extranjero (que viven en 176 países) están inscritos en un registro que equivale a un distrito separado de la ciudad de Zúrich.Enlace externo
Los conteosEnlace externo del escrutinio del 18 de octubre muestran que los suizos en el extranjero votaron en primer lugar por el PS (24,51%), luego por la UDC (20,75%), seguida por el PLR (17,29%). Los otros partidos obtuvieron menos del 10% del voto de los expatriados.
Buen conocedor de la Berna Federal, dado que ingresó al Ministerio de Asuntos Exteriores (DFAE) en 1982, el recién elegido no descubrirá un nuevo mundo al entrar en el cuerpo legislativo. Tampoco es un recién llegado a la política, como suele recordarlo, toda vez que es miembro del Partido Socialista (PS) desde hace 33 años.
Ha defendido, alto y fuerte, su voluntad de permanecer en Berlín, donde vive con su esposa y sus dos hijas en edad escolar, denominándose a sí mismo, en sus folletos electorales, “der Internationalrat”, juego de palabras en alemán que mezcla “international” y “Nationalrat” por ‘consejero nacional’. Fue uno de los 59 candidatos residentes en el extranjero en lidiar por una curul en Berna, pero el único en ser elegido.
Reivindicaciones de la Quinta Suiza
Muy presente durante la campaña, participando en numerosos debates, el exnegociador de la Organización y la Cooperación en Europa (OSCE) logró convencer de que representa tanto los intereses de su cantón de origen, como los de los suizos en el extranjero. Muchos votantes le otorgaron un mejor lugar en las listas electorales que aquel que le había asignado su partido.
Si los diputados de la nueva legislatura no sabrán sino hasta dentro de un par de semanas en qué comités participarán, y, por lo tanto, qué expedientes tendrán que tratar de manera prioritaria, Tim Guldimann tiene ya una lista de puntos en los que pretende empeñarse.
“Estoy convencido, explica al día siguiente de su elección, de que los suizos en el extranjero no reciben la atención y el respeto que merecen. Contribuyen en gran medida al éxito de Suiza, que es uno de los países más integrados en el plano internacional. Pero hasta hoy no hay debate político sobre lo que se debe hacer para apoyarlos”.
El éxito de la derecha conservadora en las elecciones del 18 de octubre no facilitará la discusión, conviene el socialista. Tim Guldimann es un firme defensor de la vía bilateral.
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“No convertirse en enanos”
“La cuestión europea es muy importante para los suizos en el extranjero”, declara. Durante la campaña, fue uno de los únicos candidatos en tomar posición: “¡Tenemos que ajustar nuestra relación con Europa ahora!”, proclamó. “Tenemos que asegurar nuestro futuro en el mercado interior europeo”.
Por otra parte, subraya, “Suiza no es ese pequeño país que a menudo pretende ser para justificar su pasividad. Treinta países europeos tienen menos habitantes y 22 miembros de la UE tienen una economía más pequeña. En vez de convertirnos en enanos, debemos tener más confianza en nosotros”.
Con cerca de 142 000 electores inscritos (de un total de 746 000 suizos expatriados) el electorado de la Quinta Suiza es equivalente al de un cantón como el Valais o el Tesino, explica la Organización de los Suizos en el extranjeroEnlace externo. “Este es un factor político potencial”, señala el exdiplomático.
Mejorías técnicas
“Algunos pretenden que el número de electores registrados en el extranjero es tan bajo que no vale la pena tomar medidas para fomentar su participación en los escrutinios. Tenemos que romper ese círculo vicioso”, anota Guldiman y añade que hay que actuar inmediatamente para generalizar el derecho al uso del voto electrónico, prometido hace ya mucho tiempo.
«Estoy convencido de que los suizos en el extranjero no reciben la atención y el respeto que merecen»
Tim Guldimann también tiene como objetivo mejorar la situación de sus compatriotas residentes en el exterior de la Confederación en temas específicos, como los seguros de salud o algunos asuntos técnicos en el área de las pensiones (AVS) y de las cuentas en bancos suizos, que los expatriados tienen cada vez más difícil de mantener dada la presión internacional sobre el secreto bancario.
En cuanto a quienes puedan criticarle el uso ocasional del avión para efectuar su trabajo parlamentario en Suiza, explica que “soy pragmático: cuando pueda, tomaré el tren, pero de ser necesario, tomaré el avión. Puse sobre la mesa mis cartas durante la campaña. Los que no estaban de acuerdo podían no elegirme”.
La Agencia Telegráfica Suiza (ATS) recordó que la gestión de los desplazamientos y los gastos de los parlamentarios está regulada por la Ordenanza sobre los Recursos Asignados a los Parlamentarios (OMAP). Según ese texto, un pasaje aéreo de ida y vuelta será reembolsado a Tim Guldimann por semana durante el período de sesiones. El número de vuelos es ilimitado para las sesiones. El consejero nacional también tiene derecho a una compensación de 400 francos por viaje.
En cuanto a los días de reunión de las comisiones, el ‘Internationalrat’ recibirá el mismo estipendio que los otros diputados; es decir, 115 francos por día para las comidas y 180 para las pernoctas. Si decide quedarse en Berna los fines de semana de sesión, podrá solicitar un suplemento para el alojamiento y las comidas.
Pero como él mismo lo señala, Berlín no está en el otro lado del mundo y, a la inversa, se requiere mucho tiempo para llegar a Berna desde “algunos lugares de la Baja Engadina”. Es quizá ahí, donde posee una casa, que preparará sus primeras intervenciones para el Consejo Nacional, las cuales son muy esperadas.
Entre diplomacia y enseñanza
Tim Guldiman nace en 1950 en Zúrich. Sus estudios en Economía lo llevaron al extranjero, en particular a Santiago de Chile, México y Estocolmo.
De 1976 a 1979, trabaja particularmente en el Instituto Max-Planck de Starnberg (D), codirigido por el filósofo Jürgen Habermas. En 1976, publica una obra sobre “Los límites del Estado providencia”. Luego, en 1979, obtiene su Doctorado en la Universidad de Dortmund con una tesis sobre “La política del mercado del empleo en Suecia”.
Entre 1979 y 1981, efectúa diversas estancias de investigación en Moscú, Leningrado y Novosibirsk, así como en Londres y Nueva York.
Ingresa al servicio exterior suizo en 1982. De 1991 a 1995, es responsable de las negociaciones con la Unión Europea en el tema de las investigaciones. También dicta cátedra en las universidades de Berna, Zúrich y Friburgo.
Dirige el grupo de apoyo de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OCDE) en Chechenia entre 1996 y 1997, y negocia el cese al fuego. Los dos años siguientes encabeza la misión de la OSCE en Croacia.
De 1999 a 2004, funge como embajador suizo ante Teherán, responsable como tal de la representación en Irán de los intereses de Estados Unidos. Su proyecto para la reanudación de relaciones diplomáticas EE UU-Irán naufraga.
Entre 2004 y 2007, da clases en diversas universidades europeas.
Retoma sus actividades en la OSCE en 2007. Durante un año, dirige la misión en Kosovo como enviado especial del secretario general de la ONU.
Asume la tarea de embajador suizo ante Berlín en mayo de 2010, una función que concluye en mayo de 2015.
En 2014, el presidente de la Confederación, Didier Burkhalter, lo nombra enviado especial de la OSCE, presidida entonces por Suiza, en Ucrania.
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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