Enfermedades animales: el veredicto de las urnas
Los suizos aprueban por amplia mayoría (68,3%) la revisión de la ley de epizootias que busca mejorar la prevención y detección precoz de enfermedades animales infecciosas. De los 26 cantones y semicantones solo Appenzell Rodas Interiores y Uri votaron en contra. La afluencia a las urnas fue escasa: 27,4%.
La revisión de la ley que atañe a las enfermedades animales y que votaron este domingo los suizos estuvo guiada sobre todo por los efectos del cambio climático y la llegada de patologías como las vacas locas.
Pero esta reforma no satisfizo a los opositores. Preocupados por el impacto que tuvo la campaña obligatoria de vacunación contra la lengua azul que ordenaron las autoridades veterinarias federales suizas en 2008, exigieron someter la enmienda de la Ley de epizootias (LFE) a un referéndum nacional.
Los críticos afirman que los ganaderos observaron que sus ganados presentaban nacimientos prematuros, abortos espontáneos, enfermedades y muertes inexplicables. Y tras compartir información entre ellos trazaron una línea que los remontó hasta la campaña de las vacunas obligatorias.
Una causalidad que, no obstante, no pudieron comprobar los estudios realizados por las Universidades de Berna y de Zúrich. Por ello, los ganaderos no fueron compensados de forma alguna y todo aquel que se negara a vacunar a sus animales era multado.
De hecho, la revisión de ley votada este domingo no incluye el tema de la vacunación obligatoria, aunque muchos de sus adversarios temen que sea la antesala para incluirla en el futuro como parte de un paquete de alertas tempranas, prevención y mayor control que prevén las autoridades. El Gobierno niega que éste sea su objetivo.
“No hay nada en la ley que indique que los servicios veterinarios suizos comenzarán de inmediato a solicitar vacunaciones cuando alguna enfermedad aparezca en Europa o en Suiza”, afirmó Christian Griot, jefe del Instituto de Virología e Inmunoprofilaxis de Berna. “Simplemente hay algunas personas que intentan leer entre líneas, pero creo que el tema (de las vacunas) es irrelevante aquí”.
Prerrogativa gubernamental
De acuerdo con la Oficina Veterinaria Federal (OVF) no habrá diferencia alguna entre la ley actual –que data de 1966- y la revisada en el tema de las vacunaciones. La decisión para lanzar una campaña de vacunación seguirá siendo una prerrogativa del Gobierno, pero que exige una consulta previa entre todas las partes involucradas.
Griot reconoce, no obstante, que algunas veces las decisiones han partido desde arriba, porque los granjeros no siempre pueden luchar solos contra las enfermedades.
“Si no hubiéramos instrumentado una campaña de vacunación obligatoria, permitiendo que la decisión fuera tomada por cada ganadero, no habríamos sido capaces de vencer la enfermedad de la lengua azul con la rapidez con la que lo hicimos”, dijo a swissinfo.ch
La campaña de vacunación a la que hace referencia Griot tuvo lugar entre 2008 y 2010, e implicó desembolsos anuales de 20 millones de francos (21 millones de dólares) que probaron su impacto positivo.
Según las cifras gubernamentales, tras el brote de la lengua azul en Suiza, solo una vaca enfermó en 2007 y durante el último año de la epidemia, exclusivamente 76 animales cayeron enfermos. En contrapartida, en otros países afectos, alrededor de 16.000 bovinos y 24.000 ovinos no vacunados perecieron.
Entre 2008 y 2010, se vacunaron dos millones de ovejas y vacas cada año, lo que representa el 80% del ganado existente y permitió prevenir una epidemia. A partir de 2010, la enfermedad de la lengua azul fue oficialmente erradicada en Suiza.
“Cuando se trata de atacar enfermedades animales, invertir tres años en erradicar una, es poco tiempo”, afirmó Nathalie Rochart, portavoz de la OVF. “Pero no debemos subestimar el impacto de las enfermedades animales, y no solo por los daños que generan las dolencias en sí mismas y sus costos, sino por el impacto económico que provocan las barreras comerciales que se imponen en estos casos”.
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Referéndum
“Prepararse mejor”
Para las autoridades, el Parlamento y la mayor parte del mundo agrícola, el verdadero eje de la ley está vinculado al monitoreo y a la supervisión para prevenir futuros brotes epidémicos. La prevención es un elemento central de la estrategia del Gobierno en materia de salud animal.
De acuerdo con Griot, la globalización y el cambio climático son dos de los factores que guiaron la revisión de la ley, así como la aparición de patologías como las vacas locas, la lengua azul ovina, o el llamado virus de Schamallenberg, enfermedades que no existían en los años 1950 y 1960.
“En aquellos días, el comercio internacional no era tan grande como ahora. Actualmente, la gente y los animales viajan cada vez más, y se importan productos de todo el mundo. Debemos, pues, estar mejor preparados para las enfermedades que surjan, para enfrentar posibles nuevos virus o bacterias que lleguen a Suiza”, añade.
Para Griot, quien está en la primera línea de batalla cada vez que aparece una enfermedad animal en Suiza, la revisión de la ley conducirá, sobre todo, a cambios en materia de monitoreo.
“Lo que cambiará probablemente para nosotros es que tendremos más casos que revisar. Y esto beneficiará al ganado vacuno, ovino y porcino, porque nos permitirá tener una mejor idea de las enfermedades que hay en el país”, apunta.
Solo una instantánea
Pero si tanto los expertos, como las autoridades y los políticos consideran que la revisión de la ley es un proyecto valioso, ¿por qué existe oposición? Mientras algunos sostienen que dicha oposición es pilotada por el movimiento antivacunación, para el historiador Olivier Meuwly refleja algo mucho más profundo.
“La votación pone en relieve la tensión latente que existe entre la libertad de los individuos y la intervención estatal, en este caso en el tema de las vacunas. El Estado amenaza con tomar el lugar que corresponde al individuo, con una potencial intrusión en la esfera más íntima de las personas”, señaló a swissinfo.ch.
Según Meuwly, es importante darse cuenta de que los votos de la gente no se basan forzosamente en realidades científicas. En 1882, por ejemplo, los electores rechazaron una ley sobre epidemias que habría introducido la vacunación obligatoria contra la viruela. Se negaron a ello, porque en aquel momento había voces que afirmaban que era algo que intentaba imponerse desde arriba.
“La democracia directa es así. La gente escucha las opiniones, pero no necesariamente se da cuenta a cabalidad de lo que realmente está votando”, advierte Meuwly.
“Los votos son un sondeo de opinión, una instantánea del ambiente, de la filosofía del momento”.
El Instituto de Virología e Inmunoprofilaxis (IVI), que pertenece a la Oficina Veterinaria Federal (OVF), se encarga de diagnosticar, supervisar y controlar enfermedades animales de alto nivel de contagio, como la gripe aviar, la fiebre aftosa o la peste porcina.
El IVI también conduce investigaciones sobre estos virus, así como sobre nacientes enfermedades virales, particularmente cuando existe un posible contagio a los humanos.
Las medidas propuestas buscan mejorar la prevención y detección temprana de enfermedades animales infecciosas.
La reforma redefine la división competencias entre las autoridades federales y los cantones.
El Gobierno tiene a su cargo la responsabilidad de la prevención y el control de las enfermedades animales, incluido el financiamiento de toda actividad preventiva.
Puede, si así lo requiere, aplicar impuestos temporales a los propietarios de ganado, y determinar qué proporción de los costos debe ser cubierta por este tipo de impuestos y cuál por los cantones.
Puede manejar bancos de vacunas, comprar vacunas contra enfermedades animales y distribuirlas gratuitamente, u ofrecer descuentos. Puede negociar tratados internacionales en materia de salud animal.
Los 26 cantones deben asegurar el cumplimiento de las medidas y perseguir los casos de incumplimiento. Si existen violaciones a la ley, las autoridades deben sentar cargos legales. La reforma prevé penas estrictas en algunos casos.
Adoptada en marzo por el Parlamento, esta reforma ha sido objeto de un referéndum nacional.
Sus críticos consideran que, dentro de algún tiempo, el Gobierno incluirá entre sus acciones preventivas las campañas de vacunación obligatoria. Pero las autoridades rechazan este argumento.
(Traducción: Andrea Ornelas)
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