Se retira ministra que encarnó fin del secreto bancario
Elegida para el Consejo Federal en lugar de Christoph Blocher y excluida luego de la UDC, Eveline Widmer-Schlumpf imprimió su huella en la vida política suiza al jugar un papel decisivo en el final del secreto bancario frente a otros países. Tenaz y meticulosa, esta ciudadana de los Grisones deja el Gobierno sin haber perdido un solo referéndum.
12 de diciembre 2007: cataclismo en el panorama político suizo poco acostumbrado a las revoluciones de palacio. Christoph Blocher, líder de la Unión Democrática del Centro (UDC), quien había logrado en poco más de una década impulsar la derecha conservadora al estadio de primer partido del país, es expulsado del Gobierno después de una sola legislatura.
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La carrera de la ministra en imágenes
La maniobra de los partidos de la izquierda y del centro funcionó. Una ciudadana de los Grisones, de 51 años y miembro del mismo partido que Blocher, fue elegida para formar parte del Gobierno. Su nombre: Eveline Widmer-SchlumpfEnlace externo. Desconocida por el público, no era sin embargo una novata en política. En su bagaje: una sólida experiencia en el Gobierno de su cantón de origen, donde dirigió durante casi diez años el Ministerio de Finanzas.
Hija del exconsejero federal (exministro) Leon SchlumpfEnlace externo (en funciones de 1979 a 1987), Eveline Widmer-Schlumpf ingresó temprano en el mundo de la política y conoce todos sus vericuetos. Al aceptar su elección –que contrarió enormemente a la UDC, la cual nunca le perdonó su “traición”-, sabía a qué atenerse. Como no podía excluirla de la UDC, la dirección del partido decidió entonces proscribir a toda la sección cantonal.
Estimulada por la adversidad
“No era la primera vez que un candidato oficial o que un ministro saliente no era reelegido, ya que el propio Christoph Blocher había derrocado en 2003 a la democristiana Ruth Metzler. Pero, en un hecho excepcional en la historia política suiza, la designación de Eveline Widmer-Schlumpf dio origen a la creación de un nuevo partido político, el Partido Burgués Demócratico (PBD)”, recuerda Georg LutzEnlace externo, politólogo de la Universidad de Lausana.
Aunque representaba un partido minoritario en el Gobierno, Widmer-Schlumpf, no se dejó abatir. Por el contrario, la adversidad la estimuló. A cargo durante sus primeros tres años de la política migratoria del país, tuvo un inicio vacilante, pero en 2008, un giro del destino la propulsó al frente del escenario. Mientras sustituía a su colega Hans-Rudolf Merz, víctima de un infarto, fue realmente ella quien se encargó del rescate del UBS, el banco más grande del país, amenazado de quiebra por haberse expuesto demasiado en el mercado estadounidense de hipotecas de alto riesgo (subprimes).
La ministra siempre fue capaz de reaccionar de manera adecuada en tiempos de crisis, dice Georg Lutz. Sucedió lo propio en 2012, cuando se produjo el caso (Philipp) Hildebrand. El entonces presidente del Banco Nacional de Suiza (BNS) se vio obligado a dimitir acusado de delitos relacionados con el manejo de información confidencial. “Apoyó al presidente del BNS hasta que su dimisión se hizo inevitable. Pese a que no pudo evitar las críticas, adoptó la línea correcta”, estima el politólogo.
“Muy pragmática, sólida en todos los niveles, cometió muy pocos errores. Su estilo de comunicación, desprovisto de cualquier emoción, también fue muy apreciado”
La mayor reforma
En 2010, tras la dimisión de Hans-Rudolf Merz, encontró realmente su lugar en el seno del Gobierno colegiado. Heredó el Ministerio de FinanzasEnlace externo, una cartera hecha a su medida, donde tuvo la oportunidad de poner en práctica sus más importantes reformas. Bajo la presión internacional, en particular de Estados Unidos, Suiza se vio obligado a ceder buena parte de terreno en lo concerniente al secreto bancario, que sus predecesores habían considerado “no negociable”.
En diciembre de 2012, tras el fracaso de los acuerdos del impuesto a la fuente (llamados Rubik), la ministra generó una ola de protestas entre los partidos de derecha y la comunidad bancaria, al despejar la vía para el intercambio de datos relativos a los clientes extranjeros de los bancos suizos. “Jugó un papel central en ese rapidísimo cambio de paradigma. Eveline Widmer-Schlumpf aportó esa nueva estrategia al Consejo Federal y al Parlamento”, destaca Georg Lutz.
La Asociación Suiza de Banqueros (ASB) terminó por adherir a las nuevas normas. Considerado durante mucho tiempo como la música de un futuro distante, el intercambio automático de informaciones se hizo realidad en 2018. “Es la reforma más importante en 80 años”, afirmó al diario financiero ‘L’Agefi’, Christophe Darbellay, presidente del Partido Demócrata Cristiano (PDC centro) y uno de los principales artífices de la elección y reelección (en 2011) de Eveline Widmer-Schlumpf.
Política burguesa tradicional
Eveline Widmer-Schlumpf será recordada también por haber formado parte del Gobierno que votó a favor del abandono de la energía nuclear tras el desastre de Fukushima en 2011. “Contribuyó sin duda a lograr una mayoría, pero su papel no fue tan decisivo como en el caso del secreto bancario”, matiza Georg Lutz.
Importante reforma fiscal en curso
Entre las asignaturas pendientes, el sucesor de Eveline Widmer-Schlumpf deberá encargarse de la tercera reforma del impuesto a las empresas. Bajo la presión de la Unión Europea y la OCDE, Suiza tendrá que poner término al trato preferencial fiscal concedido en los últimos años a los holdings extranjeros, sin perder su atractivo. El proyecto está todavía en una etapa preliminar, pero el ejercicio de equilibrismo entre los intereses de la economía y los de las finanzas públicas ya se anuncia peligroso.
Comprometida con la transparencia y la equidad fiscales, la ministra no dudó en calificar de “injusto” el sistema impositivo aplicado a los extranjeros ricos, que sin embargo, debió defender el año pasado, en nombre del Gobierno, durante un escrutinio popular.
En la atención de otros asuntos de su ámbito, Widmer-Schlumpf asumió una actitud más clásica. “Mantuvo la deuda de la Confederación en un nivel extremadamente bajo para los estándares europeos e introdujo medidas de ahorro en el seno de la administración, con lo que dio seguimiento a una política burguesa tradicional”, apunta Lutz.
Apreciada por la izquierda merced a su apego a las instituciones y por el centro derecha dado el rigor de política presupuestaria y fiscal, Widmer-Schlumpf gozó siempre de un alto grado de popularidad entre la población en general. Como lo recordaba en fecha reciente Le Temps, la ciudadana de los Grisones no perdió nunca una cita popular de sufragio: ganó 11 victorias de 11 votaciones.
Capacidad para relativizar
“Muy pragmática, sólida en todos los niveles, cometió muy pocos errores. Su estilo de comunicación, desprovisto de cualquier emoción, también fue muy apreciado”, resume el politólogo. Lo más que podría decirse en su demérito es que adolece de una cierta falta de carisma. Su año como presidenta de la Confederación (2012) no dejará recuerdos imperecederos. Se hablará de sus discursos áridos y a menudo altamente técnicos, que no solía aderezar con pequeñas frases que pudieran marcar los espíritus.
Lo que impresiona a los observadores, sin embargo, es su fuerza de trabajo y el conocimiento, de pe a pa, de sus expedientes. Sin embargo, podía resultar intransigente – incluso fría – cuando estaba segura de sí misma, como lo señaló el ‘NZZ am Sonntag’. No dudó en sanear el Ministerio de Justicia y Policía, donde gran parte de los directivos guardaban fidelidad a Christoph Blocher, quien se convirtió en su mayor enemigo.
En el ámbito personal, a menudo se atribuyó la tenacidad y la fuerza de resistencia de Eveline Widmer-Schlumpf a su origen de montaña. Pero su destino familiar también impactó el curso de su vida. La muerte de su hermana en un accidente automovilístico en 1983 y los graves problemas cardíacos que enfrenta su hija menor desde su nacimiento – es madre de tres hijos adultos – sin duda, han tenido influencia en su carrera política. “Cuando a uno le sucede algo así, relativiza todo lo demás”, declaró en 2013 a la revista ‘L’Illustré’Enlace externo.
Eveline Widmer-Schlumpf en breve
Notaria y abogada de profesión, Eveline Widmer-Schlumpf tiene un Doctorado en Derecho de la Universidad de Zúrich. Presidió el Tribunal del Distrito de Trins en su cantón natal de los Grisones.
En 1998, se convirtió en la primera mujer elegida para el Gobierno de los Grisones. Madre de tres hijos, fue considerada entonces como un modelo de conciliación entre la vida laboral y familiar.
El 12 de diciembre de 2007 fue elegida por la Asamblea Federal (Parlamento) para el Consejo Federal (Gobierno), en sustitución del líder de la UDC, Christoph Blocher. Encabezó el Ministerio Federal de Justicia y Policía, y, desde el 1 de noviembre de 2010, el de Finanzas.
El 28 de octubre de 2015, anunció su retiro del Gobierno al término del año y al concluir su segundo mandato.
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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