Buscan «mejores respuestas» para los refugiados
El primer Foro Mundial sobre los RefugiadosEnlace externo, que busca identificar soluciones prácticas para mejorar la vida de los refugiados y las comunidades de acogida, fue inaugurado este lunes en Ginebra. Sin embargo, las debilidades permanecen en su marco subyacente, dicen los críticos.
Se espera la participación de unas 2 000 personas en la conferencia internacional que se celebra del 16 al 18 de diciembre. Entre ellos, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, cuyo país alberga a 3,5 millones de refugiados. Además de delegados gubernamentales, representantes de organizaciones internacionales, ONG, empresas y fundaciones, asistirán 60 refugiados.
El encuentro tiene lugar al final de una década en la que el número de personas desplazadas por la fuerza ha alcanzado niveles récord -casi 71 millones en todo el mundo-, de los cuales 26 millones son oficialmente refugiados, víctimas de la violencia y la persecución en países como Siria, Irak y Myanmar.
Organizado conjuntamente por la Agencia de las Naciones Unidos para los Refugiados (ACNUR) y el Gobierno suizo, el foro se celebra un año después de que los Estados adoptaran el Pacto Mundial de las Naciones Unidas sobre los Refugiados, no vinculante, que surgió de la Declaración de Nueva York sobre los Refugiados y los MigrantesEnlace externo en 2016, junto con el más controvertido Pacto Mundial de las Naciones Unidas para las MigracionesEnlace externo.
“La reunión de Ginebra es una oportunidad histórica para hacer un balance y, lo que es más importante, para actuar”, subrayó Kelly Clements, alta comisionada adjunta de las Naciones Unidas para los Refugiados. “Necesitamos mejores respuestas sobre cómo abordamos el desplazamiento forzado”.
ACNUR quiere que los participantes compartan las mejores prácticas en materia de políticas de refugio y asilo y se espera que anuncien compromisos y promesas firmes con cifras en lo que toca a las finanzas y el reasentamiento. Los temas clave incluyen oportunidades de empleo y educación para los refugiados, su impacto ambiental, energía e infraestructura, protección, cooperación y reparto de responsabilidades.
La necesidad de compartir
En la actualidad, el 85% de los refugiados viven en países de ingresos bajos o medios que tienen dificultades para acogerlos; diez países, entre ellos Uganda y Bangladés, acogen a más del 60% de todos los refugiados.
“Los resultados que nos gustaría ver [en Ginebra] mantienen la misma base: un mejor reparto de responsabilidades y una respuesta compasiva a las necesidades de los refugiados”, manifestó Jennifer Foster, experta en derechos de los refugiados y migrantes de Amnistía Internacional.
“Lo ideal sería que nos comprometiéramos firmemente a proporcionar apoyo financiero a los países de acogida, a ampliar el acceso al reasentamiento en terceros países y a otras vías seguras y legales para la circulación de refugiados”.
A guisa de ejemplo aludió el insuficiente financiamiento del Plan de Respuesta Conjunta para los refugiados rohinyá y precisó niños y niñas de los campamentos se ven privados de educación debido a las restricciones impuestas por el Gobierno de Bangladés. El apoyo financiero también es muy necesario para ayudar al Gobierno turco a apoyar a los refugiados sirios y de otros países, y para ayudar a los países que acogen a personas que salen de Venezuela, agregó.
Apoyo de Suiza al ACNUR
Suiza apoya regularmente a ACNUR. En junio, el Gobierno suizo anunció un compromiso de 125 millones de francos para el período 2019-2022. Los expertos humanitarios suizos son a menudo enviados en comisión de servicio a ACNUR para misiones urgentes sobre el terreno y el Gobierno hace contribuciones financieras adicionales en función de crisis humanitarias repentinas o que se agravan.
Desde 2011, la nación alpina ha asignado más de 42 millones de francos para apoyar las actividades de ACNUR en favor de las víctimas de la crisis de Siria, incluida la ayuda a 5,6 millones de refugiados en los países vecinos y a 6,2 millones de personas obligadas a abandonar sus hogares, pero aún en Siria.
Buenas prácticas suizas
Suiza está representada en Ginebra por el Ministro de Exteriores, Ignazio Cassis, que inaugurará el martes el segmento de alto nivel. El Gobierno suizo tiene la intención de compartir buenas prácticas en sus políticas de asilo y refugiados.
“Mucha gente está interesada en nuestra nueva política de asilo, en la manera en que reunimos a todos los actores principales para facilitar los procedimientos y acelerarlos, y también para proporcionar asistencia jurídica a todos los solicitantes de asilo”, explicó Pietro Mona, embajador suizo para el desarrollo, el desplazamiento forzado y la migración.
Los delegados suizos también se centrarán en sus actividades de prevención y protección, así como en la educación para los refugiados. Se espera que definan nuevos compromisos de financiación y reasentamiento.
Patrik Berlinger, responsable de la política de desarrollo de Caritas Suiza, dijo que los nuevos procedimientos de asilo y las medidas de integración suizas, “breves y justas”, funcionan bien en general. Pero insistió en que se debería hacer más por las mujeres y los menores que solicitan asilo.
Suiza debe apoyar una “fuerte y ambiciosa política de cooperación internacional”, respaldada por los medios financieros adecuados, y aumentar aún más el número de plazas de reasentamiento ofrecidas, dijo el funcionario de Caritas. El país también debe adherirse al Pacto Mundial para las Migraciones, que “abarca a los migrantes que no tienen estatuto de refugiados pero que aún necesitan protección, seguridad y perspectivas”, añadió.
En general, el Pacto Mundial para los Refugiados, que se basa en el derecho internacional vigente, ha demostrado ser mucho menos controvertido que el pacto sobre migración, que fue aprobado en Marruecos el 10 de diciembre de 2018 por 164 países, pero no por Suiza.
La migración se considera mucho más compleja, dijo Mona: “Hablamos de 250 millones de migrantes en todo el mundo, pero no hay ningún documento legalmente vinculante que defina lo que es un migrante… no es la misma lógica o enfoque”.
El pacto para los refugiados fue aprobado por el Gobierno suizo el año pasado, pero el pacto de migración debe ser objeto de un análisis detallado y un debate en el Parlamento antes de cualquier futura aprobación suiza.
Pacto “flaco” y no vinculante
Por su parte, ACNUR insiste en que el foro y su pacto sobre los refugiados es un hito, un “nuevo pacto para los refugiados”.
“El pacto de los refugiados fue el incentivo o el impulso que la comunidad internacional necesitaba para iniciar un plan sobre cómo establecer los puntos de referencia que se requerían en 2019 para comparar dónde estaremos más tarde, en 2023”, dijo Clements.
A pesar de las crisis regulares, cree que la situación de los refugiados ha cambiado desde 2016. El llamado Marco de Respuesta Integral al RefugiadoEnlace externo ha sido implementado en 15 contextos diferentes. Se está intensificando la creación de capacidad y muchos países están tomando elementos del pacto de refugiados.
El funcionario de las Naciones Unidas señaló la evolución positiva en países como Etiopía, Yibuti y de América Central, donde siete gobiernos están aplicando un enfoque regional armonizado, por ejemplo.
Se puede decir que el pacto de los refugiados va más allá de las iniciativas mundiales anteriores, pero se han identificado serias limitaciones. Algunos críticos lamentan que sea un instrumento no vinculante. Mientras que otros lo han descrito como “flaco”, al no proporcionar una protección sólida y fiable a los refugiados y al carecer de un mecanismo para compensar adecuadamente a las comunidades de acogida.
Berlinger consideró que el pacto para los refugiados gozaba de un amplio apoyo y alentó la acción conjunta. Pero dijo que no respondía a preguntas como la financiación sostenible o la resolución de los conflictos violentos subyacentes.
Foster estuvo de acuerdo: “Sin una obligación de proporcionar financiación, reasentamiento y apoyo a la protección, los gobiernos siguen eludiendo la responsabilidad en lugar de compartirla”.
Apoyo suizo al programa de reinstalación de ACNUR
Desde 2013 y la agravación de la crisis humanitaria en Siria, Suiza ha participado en varias ocasiones en el programa de reinstalación de ACNUR – para los refugiados más vulnerables, principalmente víctimas del conflicto sirio.
Entre noviembre de 2013 y diciembre de 2015, 502 refugiados, procedentes de Líbano, Jordania e Irak, fueron admitidos en Suiza.
Otros 1 000 refugiados víctimas de la guerra de Siria fueron admitidos en Suiza en el marco de una operación que duró tres años.
Entre diciembre de 2016 y la primavera de 2019, 1 993 personas, principalmente familias sirias procedentes de Líbano y Jordania, fueron admitidas en Suiza.
En el verano de 2018, 80 personas especialmente vulnerables que fueron evacuadas de Libia a Níger fueron admitidas en Suiza.
En 2018, Suiza se comprometió a acoger a otras 800 víctimas del conflicto sirio: 617 ya han llegado y 183 llegarán a principios de 2020.
Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín
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