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“Un plan B para la RIE III estará listo en seis meses”

Para compensar la abolición de los regímenes fiscales especiales que ofrecen los cantones suizos a las multinacionales extranjeras, el Parlamento quería aplicar nichos fiscales. Pero el pueblo rechazó el proyecto. Keystone

Tras el rotundo no en las urnas la tercera reforma impositiva empresarial (RIE III), Bernard Dafflon asegura que dentro de poco estará lista un nuevo -y más equilibrado- proyecto de ley. El experto en finanzas públicas preconiza que serán suprimidos los nichos fiscales que proponía la reforma rechazada, ya que generan una insana competencia entre cantones.

Bernard DafflonEnlace externo, profesor emérito de Finanzas Públicas en la Universidad de Friburgo, está considerado como uno de los principales expertos suizos en este ámbito. Como la mayoría de los ciudadanos (59,1%), Dafflon dijo no a la tercera reforma impositiva empresarial el pasado domingo. Y, contradiciendo al ministro de Finanzas, Ueli Maurer, considera que se puede elaborar un proyecto revisado en los plazos que marca la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

swissinfo.ch: El Gobierno, un mayoría del Parlamento y los principales actores económicos apoyaban el proyecto de reforma fiscal votado el 12 de febrero. ¿Cómo explica usted el amargo fracaso que tuvo en las urnas?

“El proyecto era una verdadera caja negra: nadie fue capaz de expresar cuánto dinero le costaría a la población”

Bernard Dafflon: No me sorprendió el resultado de la votación. El proyecto era una verdadera caja negra: nadie fue capaz de expresar cuánto dinero le costaría a la población. La gente ya no acepta que se les diga simplemente “confiad en nosotros, esto es bueno para la economía”. Quiere explicaciones. Y estas no fueron ofrecidas de forma satisfactoria. El folleto explicativo que presentó el Gobierno estaba lleno de una jerga técnica que era incomprensible.

Pero, independientemente de la guerra ideológica que se libró entre defensores y detractores de la reforma, yo realicé un análisis factual. Mis conclusiones son que una reducción de los impuestos de las empresas que habían prometido 19 cantones antes de la votación, habría implicado una pérdida fiscal de 2 400 millones de francos anuales. Había que explicar claramente a la población de dónde se iban a obtener los fondos si, por otra parte, se prometía que las personas físicas no pagarían más impuestos y que tampoco se recortarían las prestaciones sociales a los ciudadanos.

swissinfo.ch: ¿Qué le faltó a esta reforma para obtener el apoyo que buscaba?

B.D.: Tendrían que haberse separado los temas que estaban sobre la mesa. La población tendría que haber votado primero la supresión de los regímenes fiscales especiales y después, por separado, las nuevas medidas fiscales. El primer asunto no generaba oposición. Todo el mundo está de acuerdo en que deben abolirse estos regímenes que vienen del pasado. Además, Suiza no tiene escapatoria con toda la presión externa que recibe.

Pero, en lo relativo a las medidas destinadas a preservar el atractivo de Suiza, que serían ajustadas por cada cantón [en función de sus intereses], anticipaban una competencia fiscal perjudicial e inútil a nivel cantonal. Sí hay que preservar la competitividad frente a otros países, pero no es necesario aceptar que los cantones se enfrasquen en una subvaluación fiscal.

swissinfo.ch: En su opinión, ¿es posible elaborar una nueva versión de esta reforma en poco tiempo?

Bernard Dafflon considera que debe inscribirse en la ley federal una tasa impositiva mínima del 15% en los cantones y las comunas para las empresas. unifr.ch

B.D.: Un plan B estará listo en los próximos seis meses. Primero, se abolirían los regímenes fiscales preferenciales de los que gozaron en el pasado las empresas matrices. Pero también quedarían eliminados al menos tres de los ocho nichos fiscales que seguía preservando la RIE III. Segundo, se inscribiría en la ley federal la obligación de que los cantones y las comunas [municipios] cobren un impuesto mínimo del 15% a las empresas.

Y tercero, es indispensable encontrar un equilibrio en el sistema impositivo empresarial que evite que cualquier baja para las empresas suponga un repunte del impuesto sobre la renta de las personas físicas o una merma en las prestaciones que reciben del Estado. El mensaje que la gente dio en las urnas el domingo pasado va claramente en este sentido.

swissinfo.ch: Suiza se comprometió con la OCDE a poner fin a los regímenes fiscales especiales para los corporativos antes del 1 de enero del 2019. ¿Podrá respetar este plazo?

B.D.: Por supuesto, a menos que los políticos no muestren voluntad. El plan B no se aleja mucho del mensaje inicial del gobierno. Si se somete a consulta rápidamente en los cantones, se podría presentar un nuevo proyecto al Parlamento en otoño de 2017. Y si hubiera referéndum [contra la reforma aprobada por el Legislativo], la votación podría celebrarse a principios de 2018, con lo que la ley podría entrar en vigor en 2019.

swissinfo.ch: La Comisión Europea se dijo “decepcionada” por el rechazo de los suizos a la RIE III. ¿Qué sanción aplicará a Suiza? ¿Hay riesgos de figurar en alguna lista negra por esta causa?

B.D.: No, en absoluto. No lo creo. Son solo las reacciones políticas habituales. Hay que recordar que la presión [sobre Suiza] data desde los albores del nuevo milenio. Pero la Unión Europea (UE) sabe bien que también tiene que poner orden en su casa. En cuanto a la OCDE, simplemente desea que se adopte cuanto antes un plan B. Pero sí no hay cambios pronto, la presión externa seguramente sí aumentará.

swissinfo.ch: ¿El periodo de incertidumbre que inicia ahora es una mala señal para la economía? ¿Se sentirían tentadas algunas empresas a abandonar Suiza?

B.D.: Durante los próximos dos años, las empresas matrices, las sociedades mixtas y las empresas de buzón [con domicilio en Suiza] seguirán beneficiándose de los regímenes fiscales especiales y, por tanto, de impuestos inferiores a los previstos por la RIE III. Por lo tanto, no es el marco fiscal el que las hará huir. Pero a los corporativos les disgusta la incertidumbre. Y seguramente esperarán a conocer los detalles del plan B para decidir si deben prever una deslocalización.

Desde los años 90, los impuestos de sociedades se han reducido continuamente y se han descuidado factores relevantes para el atractivo de Suiza como la formación.

swissinfo.ch: Con el impuesto mínimo del 15% que usted preconiza, ¿no se estaría arriesgando Suiza a perder gran parte de su atractivo?

B.D.: La movilidad cero no existe. Evidentemente, habría problemas. Pero el atractivo de Suiza no debe sustentarse exclusivamente en la tasa impositiva que cobra a las empresas, particularmente en el caso de las multinacionales que ofrecen servicios (como mercadeo, investigación, etc.). Con respecto a las ‘empresas buzón’, lo que puedo decir es que siempre habrá el riesgo de que huyan a destinos más atractivos, sin importar realmente cuál es el impuesto mínimo vigente [en Suiza].

swissinfo.ch: Pero el régimen fiscal que ofrece sigue siendo un factor clave para la competitividad de Suiza…

B.D.: Desde los años 90, los impuestos de sociedades se han reducido continuamente en Suiza. En aquel tiempo, las empresas pagaban una tasa impositiva promedio del 19%. Hoy, es del 12%. Cobrar menos impuestos significa también que hay menos dinero para la investigación, para financiar las escuelas superiores y la educación, en general. Durante los últimos cinco años, los cantones han recortado 1 300 millones de francos en la enseñanza obligatoria básica. En materia fiscal, no podemos pensar solo en un horizonte de corto plazo y olvidar factores que generan un atractivo de gran importancia como la calidad de la formación.

Regímenes fiscales preferenciales

En Suiza, hay cerca de 24 000 sociedades internacionales que gozan de regímenes fiscales especiales. Se trata esencialmente de empresas matrices, sociedades mixtas y las llamadas empresas de buzón. La mayoría de ellas no realiza ninguna actividad productiva, o comercial, en territorio helvético.

Representan solo el 7% del tejido empresarial de Suiza, pero son significativas para el Gobierno porque proporcionan casi la mitad de los impuestos que cobra a los corporativos (aplicándoles una tasa efectiva promedio del 7,8%).

En los cantones las cosas funcionan de otra forma. Los tres tipos de empresas citados generan solo el 21% de la recaudación corporativa. Esto se debe a que gozan de regímenes fiscales preferenciales, con tasas mínimas e incluso, en algunas circunscripciones, con exención de impuestos.

La carga fiscal que aplica Suiza a las empresas extranjeras (a nivel federal, cantonal y municipal) oscila entre el 7,8 y el 12%, mientras las empresas nacionales entregan al fisco entre el 12 y el 24% de sus ingresos.

Esta situación que genera polémica dentro y fuera de Suiza, por parte de los países de la UE.

Traducción del francés: Andrea Ornelas

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