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¿Una nueva votación para resolver el dilema?

Con la iniciativa 'Contra la inmigración masiva' Suiza ha entrado en un callejón sin salida, sostiene un grupo de activistas congregados delante del Palacio Federal, sede del Parlamento nacional. Keystone

Dentro de cuatro meses vence el plazo para aplicar la denominada iniciativa ‘Contra la inmigración masiva’, pero el Gobierno y el Parlamento suizos no han conseguido aún dirimir las contradicciones entre el nuevo artículo constitucional y el acuerdo de libre circulación de personas con la UE. Cada vez más parlamentarios proponen una nueva votación para resolver el dilema.

Suiza gestiona de forma autónoma la inmigración y la limita mediante cuotas máximas y contingentes anuales, en función de los intereses de la economía nacional. Es lo que estipula el artículo 121a incluido en la Constitución el 9 de febrero de 2014, cuando los suizos aprobaron la iniciativa ‘Contra la inmigración masiva’ lanzada por la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora).

El nuevo artículo se contradice con el acuerdo de libre circulación de personas vigente con la Unión Europea (UE), según el cual no puede imponerse contingentes ni topes a la inmigración de los países comunitarios. Por ello, los autores de la iniciativa pidieron al Gobierno que renegociara el acuerdo con Bruselas. Sin éxito. La UE ha reiterado que no está dispuesta a hacer concesiones en materia de la libre circulación de personas.

La violación de este acuerdo pone en peligro la totalidad del primer paquete de tratados bilateralesEnlace externo que Suiza concluyó en 1999 con los miembros de la UE (la denominada cláusula guillotina). Esto tendría graves repercusiones para la economía helvética. La UE absorbe dos tercios de las exportaciones helvéticas y es el principal socio comercial de Suiza.

¿Plegar a la UE con los tractores?

Según la UDC, Berna debe mostrar más contundencia en las negociaciones con Bruselas, en lugar de someterse a la voluntad de los socios europeos. “La UE suspenderá los acuerdos bilaterales solamente en un caso extremo, dado que Suiza tiene excelentes cartas en la mano”, sostiene Peter Föhn, senador de la UDC y presidente de la Comisión de las Instituciones Políticas de la cámara alta, que examina las propuestas para poner en práctica la iniciativa ‘Contra la inmigración masiva’.

Como ejemplo, Föhn cita el acuerdo sobre el transporte terrestre que regula la colaboración a largo plazo entre Suiza y la UE, especialmente el tránsito de mercancías a través de los Alpes. Según el senador, este acuerdo es importante no solo para los países vecinos de Suiza. “Si bloqueamos el eje norte-sur con una veintena de tractores, la UE se verá frente a graves problemas económicos”.

Prioridad nacional más o menos ‘light’

El Consejo Nacional (cámara baja) quiere que los empleadores comuniquen de forma obligatoria los puestos vacantes a las oficinas regionales de empleo, pero solamente cuando se sobrepasen unos determinados topes de inmigración. Una ‘Comisión de inmigración compuesta por representantes de los cantones, la Confederación, los agentes sociales y las oficinas de empleo deben establecer criterios que permitan definir esos topes. Uno de los criterios podría ser el índice de desempleo registrado en algunas regiones, sectores de actividad o profesiones.

Los representantes del Consejo de los Estados (cámara alta) quieren un principio de ‘prioridad nacional’ más estricto, por ejemplo, de carácter generalizado y que entre directamente en vigor. Además, las oficinas regionales de empleo deberían poder obligar a las empresas a convocar a un número determinado de personas en paro a una entrevista.

Una visión que Kurt Fluri, diputado del Partido Liberal Radical (PLR, derecha) y alcalde de Solothurn, considera ilusoria. “En tal caso, la UE revocaría el acuerdo sobre los contratos públicos y el reconocimiento mutuo en materia de evaluación de la conformidad. Esto significaría que las empresas suizas ya no podrían ofrecer sus servicios en el mercado común y estarían obligadas a certificar los productos de exportación en cada país miembro de la UE. Las empresas dispondrían así de un argumento más para deslocalizar su producción a la UE”.

“Nos han escrito numerosas organizaciones exhortándonos a no comprometer bajo ningún concepto el acuerdo de libre circulación de personas”, señala el diputado del PRL. A su juicio, la opción de “gestionar de forma autónoma la inmigración mediante contingentes y cupos no hará sino estrangular al sector empresarial”.

Preferencia nacional ‘light’

Fluri está considerado como el artífice de la propuesta de aplicación de la iniciativa ‘Contra la inmigración masiva’ que la cámara baja aprobó en septiembre pasado. “La UE no tendrá nada que objetar a este modelo, puesto que ya lo aplican nueve países miembros”, subraya el político del PRL.

El modelo conocido como ‘preferencia nacional light’ prevé dar prioridad a los trabajadores nacionales sin empleo en detrimento de la mano de obra extranjera. Prácticamente nadie duda de que sea compatible con la libre circulación de personas. Muchos cuestionan, en cambio, que sea suficiente para frenar realmente la inmigración.

“Si se aplica de forma sistemática, este modelo nos permitirá contratar cada año entre 5 000 y 10 000 trabajadores nacionales más”, sostiene Fluri, quien se basa en las estimaciones de las oficinas regionales de empleo. Pero son pocos y no lograrían limitar la inmigración tanto como pretenden los promotores de la iniciativa. De hecho, el año previo a la votación, el saldo migratorio fue de 80 000 personas.

El Senado prevé, pues, reforzar la ‘preferencia nacional light’. “La cámara  baja ha menospreciado la democracia. El pueblo aceptó un nuevo artículo constitucionalEnlace externo con normas claras. Ninguna de estas normas, sin embargo, figura en la propuesta de aplicación que aprobó el Consejo Nacional”, denuncia Föhn.

En su opinión, se necesitan disposiciones mucho más severas. “Teniendo en cuenta las opiniones que manifestaron los colegas senadores, supongo que la mayoría optará por una aplicación más restrictiva del artículo constitucional”.

El socialista Hans Stöckli, miembro de la Comisión de las Instituciones políticas del Senado, también es partidario de un  modelo más estricto. “Debemos asegurar que las personas que ya residen en Suiza tengan más oportunidades de encontrar un empleo”, dice. Stöckli propone tomar en consideración el modelo que aprobaron a finales de septiembre los votantes del cantón del Tesino, por el que se dará prioridad a la mano de obra nacional respecto a los trabajadores fronterizos.

“Se podría, por ejemplo, reforzar la obligación de los empleadores a publicar las vacantes e invitar a las personas desempleadas que cumplen el perfil a una entrevista de trabajo”, indica Stöckli. El senador rehúsa entrar en detalles, consciente de que un modelo de preferencia nacional ‘heavy’ podría violar el acuerdo de libre circulación de personas. Para el diputado Fluri no hay vías medias: “Si no queremos comprometer la libre circulación de personas, la única opción para contener la inmigración reside en la aplicación de un modelo moderado”.

Vía bilateral o frenar la inmigración

Para resolver este dilema se necesitaría una nueva votación federal, sostienen Stöckli y Fluri. El senador Philipp Müller, experto en migración del PRL, también está convencido de que “llegado el momento, el pueblo tendrá que ser convocado a decidir” si prefiere salvaguardar los acuerdos bilaterales o limitar de forma incisiva la inmigración.

Por tanto, los tres políticos son partidarios de que el Gobierno presente al Parlamento un contraproyecto a la iniciativa ‘Salir del punto muerto’ (RASA), que los suizos votarán previsiblemente en 2017. Los autores de esta iniciativa podrían retirar la propuesta, a condición de que el Parlamento apruebe una solución jurídicamente vinculante, afirma Andreas Auer, profesor de Derecho y miembro del comité de la iniciativa.

En su respuesta a swissinfo.ch, no obstante, deja entrever que la contrapropuesta de Kurt Fluri tiene probabilidades de convencer. “Para poder plantearse una retirada de la iniciativa ‘Salir del punto muerto’, dos condiciones deben estar cumplidas: mantener los acuerdos bilaterales y garantías jurídicas para una solución clara y duradera al conflicto”, subraya Andreas Auer. 

¿Hay que frenar ‘la inmigración masiva’ o, por el contrario, preservar los acuerdos bilaterales con la UE? Su opinión nos interesa.

Traducción del alemán: Belén Couceiro

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