Juicio contra Ríos Montt: «paso importante contra la impunidad»
La decisión de la justicia de Guatemala de iniciar el juicio contra el ex dictador Efraín Ríos Montt fue recibida con entusiasmo desde Suiza por organizaciones de derechos humanos e internacionales.
“Es un hecho histórico”, enfatizó Alma Noser. “Finalmente la justicia guatemalteca, luego de once años de lucha, logró abrir este juicio contra dos personeros acusados de genocidio”, agregó la responsable del trabajo para Guatemala por parte de la sección suiza de Amnistía Internacional (AI), en entrevista con swissinfo.ch.
La coordinadora de la Red Guatemala de Berna, Ana Leissing, por su parte, destacó la importancia de que Suiza y otros países acompañen el proceso para garantizar que llegue hasta sus últimas consecuencias.
“Tarde o temprano la justicia debe aclarar los crímenes cometidos por cualquier persona, sin distingos de clase ni de rango” puntualizó a su vez la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), en un comunicado.
La justicia guatemalteca acusa a Ríos Montt y al que fuera su jefe de inteligencia militar en los años ochenta, el ex general Mauricio Rodríguez Sánchez, de la matanza de 1.770 indígenas mayas ixiles en el norteño departamento del Quiché.
Ese fue uno de los hechos más cruentos en la guerra de casi cuatro décadas -1960 a 1996- que sufrió ese país centroamericano. Con un corolario de más de 200 mil víctimas, entre muertos y desaparecidos.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos coincidieron en destacar la importancia de la decisión del juez guatemalteco Miguel Ángel Gálvez que, luego de anunciar el 29 de enero su decisión de elevar a juicio la causa contra los militares, confirmó dos días más tarde el inicio de la recolección de pruebas.
Falta fijar la fecha del inicio del juicio y la conformación del Tribunal de Sentencia.
Alma Noser, Amnistía Internacional Suiza
No puede haber paz y reconciliación sin un juicio justo a los responsables
Organismo de la ONU, exultante
La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) emitió un comunicado en el que manifiesta su beneplácito por el proceso contra esos ex funcionarios “y contra todo aquél que infrinja las leyes guatemaltecas”.
“Es una clara señal para el pueblo de que ninguna persona puede estar por encima de la ley”, enfatiza la CICIG.
La Comisión fue creada en 2007 a partir de un acuerdo de las Naciones Unidas y el Gobierno guatemalteco, para reforzar la lucha contra la impunidad y las violaciones de los derechos humanos.
“Juicio histórico”
“El inicio del proceso es una muy buena noticia. Es un proceso histórico”, ratificó Alma Noser. La responsable para Guatemala de Amnistía Internacional sigue de cerca, desde hace años, la situación de los derechos humanos en ese país centroamericano.
Recuerda que “bajo el Gobierno de Ríos Montt y bajo la responsabilidad directa de Sánchez, se promovieron varias campañas de tierra arrasada, que condenaron al terror y a la muerte a numerosas comunidades indígenas y campesinas que vivían en zonas atravesadas por el conflicto armado”.
La filosofía de los militares en esa etapa, recuerda Alma Noser, era “de quitar el agua al pez”, es decir, golpear a las comunidades que ellos consideraban como base social de la guerrilla.
Con ese pretexto, recuerda la portavoz de AI, numerosas comunidades fueron arrasadas del mapa. “Los que pudieron huyeron a México o a las montañas donde sobrevivieron en condiciones miserables durante muchos años”.
Efraín Ríos Montt, nace en Huhuetenango en 1924. Luego de realizar estudios militares es nominado, en 1972, general y luego Jefe del estado mayor del ejército de Guatemala.
Incursiona en la diplomacia y en la política, aunque nunca abandonó su carrera militar. El 23 de mazo de 1982 encabeza junto con otros colegas de armas un Golpe de Estado, gobernando al país durante casi 18 meses.
Fue uno de los momentos más sangrientos en el marco de la guerra que atravesó el país durante casi cuatro décadas.
De origen católico romano, a fines de los años setenta Ríos Montt abandonó esa Iglesia, transformándose en pastor (ministro de culto) de la Iglesia del Verbo, asociada a una denominación evangélica ultraconservadora estadounidense.
En 1980 Ríos Montt funda un partido político, el Frente Republicano Guatemalteco. Trata de candidatearse para presidente en 1990 pero la Corte Constitucional se lo impidió por sus antecedentes golpistas.
Desde 1994 fue diputado y presidente del Congreso Nacional en diferentes períodos.
Heridas abiertas
Todavía hay personas que buscan a sus familiares muertos o desaparecidos, sea en fosas comunes o en archivos del ejército o del Estado, explica Noser. Subraya que esos hechos, producidos hace casi 30 años, “siguen teniendo repercusiones y produciendo síndromes brutales en la actualidad”.
Entre el ayer y el hoy hay una relación estrecha en la historia guatemalteca, insiste Alma Noser. De ahí que este “juicio histórico signifique un gran paso reparador, un esfuerzo contra la impunidad”.
La decisión de la justicia guatemalteca “debe servir para enviar un mensaje a muchos otros acusados de crímenes de guerra”, insiste la responsable de AI/Suiza para Guatemala.
Subraya “que no puede haber paz, justicia y reconciliación sin un juicio justo contra los responsables”. Esta decisión, añade, “significará una gran satisfacción para los familiares de las miles de víctimas del genocidio. Me alegro muchos por ellos y con ellos”, concluye.
“El coraje de los familiares”
Concepto que comparte Anna Leissing, coordinadora de la Red Guatemala de Berna. “Los familiares de las víctimas han demostrado un valor enorme, un coraje de dimensiones titánicas. No es fácil confrontarse con los responsables de los genocidios y presionar para que sean juzgados”, insiste.
Y ese compromiso, reflexiona Leissing, “debe ser un estímulo para la sociedad civil internacional y la solidaridad en general, para seguir acompañando y presionando a las autoridades guatemaltecas, y asegurar que este primer paso de un juicio histórico en marcha prospere y se salde con condenas firmes”.
Para todo esto “es fundamental que se asegure una buena información y se refuercen las redes de solidaridad fuera de Guatemala, y que la sociedad civil internacional y los gobiernos acompañen políticamente y sigan atentos.
El sistema allá es sumamente frágil y es importante reforzarlo”, puntualiza.
Con respecto a Suiza, es “esencial que aun a pesar de la decisión de cerrar la Embajada en Guatemala, el Gobierno helvético mantenga su presencia política y aumente el apoyo a instituciones y proyectos, como la Comisión Internacional contra la Impunidad y la Fiscalía del Estado, así como a otras iniciativas que abogan contra la impunidad, por la reconstrucción de la memoria, y los derechos humanos, económicos, y sociales de la población”, concluye.
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