Lagunas en la protección a largo plazo
En caso de accidente en una central nuclear suiza, las autoridades afirman estar listas a actuar. ¿Y en el caso de contaminación atómica a largo plazo? En ese ámbito aún hay mucho por hacer, afirman los expertos.
Fukushima fue como un despertar. Desde el accidente del reactor japonés, muchos países evalúan los escenarios posteriores a una emergencia semejante. En Suiza se convocó al grupo de trabajo IDA NOMEX, compuesto por numerosos expertos de diversas autoridades especializadas en el tema.
Suiza es nueve veces menor a Japón. Ese reducido espacio resulta un obstáculo, indica el especialista en intervenciones Daniel Storch, colaborador científico de la sección Riesgos Radiológicos de la Oficina Federal de Salud Pública (OFSP).
El traslado de una ciudad no sería, por esta razón, tarea sencilla. “Reflexionaríamos en un caso así cómo descontaminar, en lugar de decir que esa zona del territorio helvético quedara cerrada durante años”.
Un problema singular es que Berna, se encuentra a 13 kilómetros de la central nuclear de Mühleberg. Toda la ciudad se encuentra en la Zona 2, es decir, en la región donde deben aplicarse medidas de protección ante un accidente nuclear. “Para el Gobierno y el Estado Mayor existe una instalación de gestión fuera de esa zona”, indica Storch. Para la población y la administración federal se debe decidir de acuerdo a la situación, dónde podrían ser enviados.
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El miedo de ser evitados como la peste
Daniel Storch fue miembro de ese Grupo IDA NOMEX, que a mediados del año 2012 entregó su informe final. “Muchas tareas o actividades ya fueron antes previstas. Se sabía de la necesidad de elaborar un concepto de medidas a medio y largo plazo, y el desastre de Fukushima aceleró esta labor”, recuerda.
Los preparativos para los momentos críticos inmediatos a un eventual accidente están formulados de modo muy detallado, pero no en el caso de las medidas posteriores, advierte Storch.
En caso de posible radiación los aspectos que preocupa a la OFSP son cómo restablecer adecuadamente los lugares contaminados, proteger a la población y analizar las consecuencias económicas.
“En primer lugar, probablemente se ordenaría la permanencia en casa; y según la liberación radioactiva se decidiría que la población concernida ingiriera tabletas de yodo” (disponibles en cada hogar suizo cercano a una central, como medida de prevención, ndlr), y si el tiempo lo permitiese, se podría ordenar una evacuación”.
Faltan conceptos
Daniel Storch fue miembro de ese Grupo IDA NOMEX, que a mediados del año 2012 entregó su informe final. “Muchas tareas o actividades ya fueron antes previstas. Se sabía de la necesidad de elaborar un concepto de medidas a medio y largo plazo, y el desastre de Fukushima aceleró esta labor”, recuerda.
Los preparativos para los momentos críticos inmediatos a un eventual accidente están formulados de modo muy detallado, pero no en el caso de las medidas posteriores, advierte Storch.
En caso de posible radiación los aspectos que preocupa a la OFSP son cómo restablecer adecuadamente los lugares contaminados, proteger a la población y analizar las consecuencias económicas.
“En primer lugar, probablemente se ordenaría la permanencia en casa; y según la liberación radioactiva se decidiría que la población concernida ingiriera tabletas de yodo” (disponibles en cada hogar suizo cercano a una central, como medida de prevención, ndlr), y si el tiempo lo permitiese, se podría ordenar una evacuación”.
Zona 1: 3-5 km
La región alrededor de una central nuclear, donde la población corre riesgo tras un grave caso de avería y donde deben aplicarse medidas inmediatas.
Zona 2: hasta 20 km
Periférica a la zona 1, comprende un territorio dividido en 6 sectores de riesgo.
Zone 3: El resto de Suiza
(Fuente: Orden de Protección en caso de accidente)
Para después…
Para Greenpeace estos planes son muy limitados. “Si pasara algo en Suiza, la infraestructura central resultaría afectada”, subraya Stefan Füglister, de la organización ecologista. En ninguna otra ciudad del mundo se encuentra la administración (Berna) en la zona 2 y el centro financiero (Zúrich) en la periferia de esta área.
El experto atómico de Greenpeace ha publicado el informe A dos años de Fukushima, muchos hallazgos, pocos hechos, en el que analiza la tarea de IDA NOMEX y la de las autoridades competentes.
“Se ha reaccionado correctamente en Suiza en el ámbito inmediato de afectación”, advierte. “El Gobierno concluyó terminar con el empleo de la energía atómica, y el Parlamento ratificó este camino”. También la Inspección Federal de Seguridad Nuclear (IFSN) ha “negociado relativamente rápido” para determinar carencias en las centrales nucleares.
Sin embargo, al final de los trabajos del IDA NOMEX se comprobó que se requieren mejoras, pero se han dejado para después. “La protección ante catástrofes actualmente en Suiza se mantiene tan poco resuelta como lo estaba hace dos años”.
La seguridad de la población parece no ser prioridad para las autoridades y los responsables de la producción energética de fuente nuclear. “Las lecciones de Fukushima aún deben analizarse en Suiza, para poder realizar el fin planificado del término del empleo nuclear”, concluye el informe.
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Las cinco centrales nucleares de Suiza
“Se trabajará en ello”
“No estamos desprevenidos”, replica el experto en intervenciones Storch. “Ciertos conceptos ya se han elaborado. Se trata ahora de que todos completen el todo perfectamente”. “El grupo de trabajo mostró 56 medidas. El problema es que no todas se pueden trabajar de forma individual y paralela”.
Un bloque temático, por ejemplo, concierne a los denominados escenarios de referencia para las primeras medidas que deben ser tomadas tras un accidente en un reactor. En este caso el grupo de trabajo constató que en Fukushima se expandieron en el medio ambiente grandes cantidades de sustancias radioactivas, que rebasaron los cálculos de los escenarios previstos en un accidente de esta dimensión.
Diversas dependencias federales actualmente trabajan en conceptos para adaptar las bases legales correspondientes, subraya Storch. La mayoría de las medidas conciernen a tres prescripciones: El decreto del Estado Mayor Federal encargado de intervenir en caso de un evento a escala nacional (ABCN), el decreto de protección radioactiva y el decreto de protección en caso de accidente.
Se requiere tiempo, indica Storch. “El Gobierno actúa; todas las medidas se han tomado. El Estado Mayor Federal ABCN ha quedado conformado de tal modo que los grupos de trabajo puedan actuar paralelamente. Se busca que las informaciones entre estos fluyan bien, para aplicar lo más pronto posible las medidas previstas por el IDA NOMEX.
Está compuesto por los directores de diversas instituciones federales y cantonales e interviene en caso de un suceso de dimensión nacional. Analiza la situación y el desarrollo posible del caso.
Tiene por tarea de dirigir la aplicación de las medidas del Gobierno para dominar los eventos nucleares/radiológicos, biológicos, químicos o naturales (eventos ABCN), coordinar las medidas con los servicios federales y cantonales y elabora, si es necesario, proposiciones al Ejecutivo.
(Fuente: Central Nacional de Alarma)
(Traducción: Patricia Islas)
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