Kosovo se recupera con ayuda de Suiza
Veinte años después del final de la guerra en Kosovo, esta joven república todavía se enfrenta a graves desafíos económicos y políticos, aunque hay muchas muestras de progreso.
En la última década, Kosovo ha experimentado un crecimiento económico “sólido”, según el Banco MundialEnlace externo. Crecimiento que no ha tenido un impacto significativo en el desempleo ni ha alterado la tendencia de la emigración a gran escala. Alrededor de la mitad de los 2 millones de habitantes de Kosovo son menores de 25 años, y se estima que el 60% están desempleados. Patrick Etienne, que ha dirigido desde 2015 la oficina de la cooperación suiza en PristinaEnlace externo, ha declarado a swissinfo.ch que “más del 30% de los jóvenes no aceptan un empleo porque los salarios son demasiado bajos, por lo que realizan trabajos ‘informales’, y muchos reciben dinero de familiares en el extranjero. La seguridad social es limitada”. swissinfo.ch ha informado en el pasado sobre proyectos suizos de fomento de empleo.
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Urge crear fuentes de trabajo en Kosovo
En gran medida, la economía sigue dependiendo de las remesas procedentes del extranjero, incluidas las 260 000 personas de etnia albanesa que residen en Suiza. El país también recibe asistencia de donantes internacionales que representan en torno al 10% del PIB. Los principales donantes son la Unión Europea, Estados Unidos, Alemania, Suiza y bancos de desarrollo, como el Banco Mundial y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD).ank for Reconstruction and Development (EBRD).
Suiza, donante clave
La Confederación helvética es uno de los 116 países que en 2008 reconocieron la independencia de la República de Kosovo (que se escindió de Serbia) y sigue siendo uno de los principales países socios y donantes de Kosovo. Las relaciones diplomáticas se establecieron en 2008; y ambos Estados han firmado acuerdos bilaterales; principalmente en materia de cooperación técnica y financiera. La contribución de Suiza al fortalecimiento del desarrollo económico y el empleo en el período 2017-2020 asciende a 80 millones de francos (79 millones de dólares).
Con la apertura oficial de una nueva Cámara de Comercio Kosovo-Suiza (en mayo de 2019), las empresas de Kosovo han recibido un impulso. Esto ha recortado su trabajo por el bajo nivel de interés en la inversión directa en el país. Las malas infraestructuras, la corrupción y la burocracia asustan a las empresas. La inestabilidad política en torno a la soberanía de Kosovo también presenta riesgos para los inversores. Y es que Serbia y Rusia se niegan a reconocer su independencia. El Parlamento EuropeoEnlace externo recientemente ha respaldado la liberalización de visados en Kosovo. Algo que sería bueno para los negocios. No obstante, los cambios aún no se han implementado.
Lucha contra la corrupción
Patrick Etienne ha ayudado a dirigir muchos de los recientes acuerdos bilaterales con Kosovo. Echando la vista atrás, reconoce que, en los últimos cuatro años, el país avanza poco a poco hacia un sistema basado en el mercado. En el índice de corrupción de Transparencia InternacionalEnlace externo, sin embargo, tiene un desempeño deficiente: ocupa el puesto 93 de 180 países. “La inseguridad jurídica asusta a muchos inversores, incluidos muchos de la diáspora”, explica Etienne.
La ayuda suiza ha contribuido a reforzar la rendición de cuentas en los municipios y a mejorar la transparencia. Etienne añade que hay “mejor gobernanza a nivel local que a nivel del Gobierno”. La Agencia Suiza para el Desarrollo y la CooperaciónEnlace externo (COSUDE) también apoya (mediante la formación de funcionarios y periodistas sobre cómo investigar los delitos financieros) los esfuerzos realizados para combatir la corrupción.
Buscando trabajo para los jóvenes
En la última década cientos de miles de kosovares han abandonado el país para buscar trabajo en otros países de Europa. Y el éxodo continúa. Niklaus Waldvogel, que trabaja para la organización de desarrollo HelvetasEnlace externo, cree que aunque es imposible detener la migración económica se puede trabajar para ayudar a revertir la tendencia. “Se puede mejorar la situación facilitando la colaboración sistémica entre los sectores educativo y privado, siguiendo el ejemplo suizo. Esto evitará que las generaciones futuras abandonen Kosovo”.
Aunque muchos jóvenes kosovares poseen un nivel de educación alto, los empresarios se quejan de que no encuentran trabajadores con las habilidades adecuadas. Helvetas ha puesto en marcha el proyecto EYEEnlace externo, que trata de apoyar la formación profesional, la creación de empleo en el sector privado y emparejar a la persona correcta con el trabajo adecuado. Helvetas está preparando módulos de aprendizaje para empresas y escuelas de formación profesional con el objetivo de formar a 20 000 jóvenes para el año 2020. “Esto es lo que llamamos desarrollo sistémico, porque a largo plazo es mucho más sostenible”, explica Waldvogel.
La TI es el futuro
Impulsadas por la disponibilidad de una mano de obra joven y preparada y unos costes laborales relativamente bajos, muchas empresas internacionales externalizan a los Balcanes parte de sus servicios basados en tecnologías de la información. Para Waldvogel, Kosovo está bien situada, ya que sus jóvenes tienen sólidos conocimientos de idiomas extranjeros. Hace unos años, la Televisión Pública Suiza, RTS, informó sobre Drenusha Shala, cofundadora de la empresa de investigación de mercados Baruti, en Pristina (capital de Kosovo), que trabaja en alemán. Muchos de sus 400 empleados han vivido en Suiza o Alemania. Los salarios en este sector son bastante competitivos.
Waldvogel opina que con una visión nacional más nítida y mayor inversión, los servicios basados en las tecnologías de la información podrían despegar. “Los sectores público y privado necesitan invertir su dinero en las competencias de la mano de obra futura de las tecnologías de la información. Los numerosos proyectos de desarrollo en el país centrados en el desempleo juvenil deberían apoyar la colaboración innovadora, en lugar de limitarse a pagar la formación. A la larga, el país tiene que aprender a valerse por sí mismo”.
Florece el turismo
El crecimiento económico puede ser lento, pero la vida cultural está floreciendo en la provincia, con Pristina ganando popularidad gracias a su intensa vida nocturna. Prizren es famosa por su fortaleza, iglesia y casco antiguo lleno de cafeterías. Mientras tanto, en Peja, al norte, los proyectos suizos han ayudado a mejorar las atracciones turísticas, promocionar la zona a nivel internacional y formar a la gente en el sector. En un período de cuatro años, el número de visitantes ha aumentado un 75%. swissinfo.ch informó de estas iniciativas en 2017.
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Promoción turística en uno de los países más pobres de Europa
Etienne dice que queda mucho por hacer. “El proyecto en PejaEnlace externo ha sido un gran éxito. Aquí antes no había infraestructuras turísticas. Pero las infraestructuras tienen que seguir desarrollándose, y hay escasez de hoteles que cumplan con los estándares internacionales”, cuenta.
El potencial sin explotar de la diáspora
Se estima que el 17% del PIBEnlace externo se debe a las remesas que llegan de Alemania, Suiza y los países nórdicos, sobre todo. Muchos kosovares que viven en Suiza gastan una fortuna construyendo grandes casas familiares en sus pueblos de origen, envían de manera regular dinero a casa y vuelan allí todos los veranos.
Hilmi Gashi está entre quienes regresan con la familia en los meses más cálidos. Trabaja para el sindicato UNIAEnlace externo aquí en Suiza, y cree que la diáspora albanesa representa una oportunidad enorme y en gran medida sin explorar. Es miembro de la junta directiva de GerminEnlace externo, una organización no gubernamental que anima a la diáspora albanesa a involucrarse más en el desarrollo de Kosovo mediante la transferencia de conocimientos y fondos. Está dirigido por un grupo de profesionales de muy diversos campos. Gashi piensa que Kosovo puede crecer a través de un cambio de abajo arriba, fomentando el desarrollo de la sociedad civil y eliminando la dependencia de los líderes políticos, el Parlamento o las organizaciones internacionales. Gashi ha declarado que “si los proyectos se financian con dinero internacional, cuando el dinero deja de llegar, fracasan”.
Uno de los éxitos de Germin ha sido la creación de una “Escuela de la Diáspora”, que reúne a jóvenes profesionales de la diáspora y de los Balcanes Occidentales para abordar algunos de los problemas más acuciantes a los que las comunidades locales de Kosovo se enfrentan. En su opinión, “tenemos que mostrar a la gente que no hay que esperar a que el Gobierno resuelva los problemas”.
Mantener la paz en Kosovo
La OTAN sigue tutelando el país y mantiene la responsabilidad total de la seguridad. Con 190 efectivos en la misión SWISSCOY, Suiza forma parte de la Fuerza Internacional de Seguridad Para Kosovo (KFOR, por sus siglas en inglés).
Traducción del inglés: Lupe Calvo
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