Las misiones civiles del ejército generan debate
¿Un trabajo para civiles?
El centro de Epeisses, cerca de Ginebra, donde se entrenan los equipos de salvamento parece una ciudad fantasma bajo el sol del mediodía. Montones de escombros y cemento por el suelo, edificios inclinados y con pavimentos hundidos que reposan uno sobre otro como las capas de un sándwich. Aguardamos la llegada de un grupo de soldados que vienen a aprender las técnicas de salvamento en caso de seísmos.
Las operaciones de las tropas suizas de salvamento e ingenieros militares se limitan al territorio helvético. Suelen intervenir cuando las autoridades municipales y cantonales de protección civil (policía, bomberos, ambulancia) están desbordadas y se ven obligadas a solicitar el apoyo del Ministerio de Defensa.
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El servicio militar obligatorio, ¿un modelo obsoleto?
Esta situación se produce entre una y tres veces al año, según el teniente coronel Stefan Christen, comandante de la Escuela de Reclutas de Salvamento 75. “La última gran intervención se remonta a 2005. Aquel año hubo inundaciones importantes e incendios forestales”, explica. En cambio, 2012 fue un año tranquilo, durante el cual el ejército consagró solamente 54 días de servicio a operaciones de salvamento.
A juicio de Nikolai Prawdic, portavoz del Grupo para una Suiza sin Ejército (GSsE), el poco tiempo que el ejército dedica a operaciones de salvamento no justifica su existencia.
“Consideramos que se trata de una labor civil y que, por ende, debe tener un rostro civil”, agrega el militante pacifista. Según un estudio de la Comisión Europea que data de 2007, la protección civil dependía del Ministerio del Interior en la mayoría de los países (18) miembros del Mecanismo de Protección Civil de la UE, y solo en tres, del Ministerio de Defensa.
Algunas de las misiones que cumplieron las tropas de salvamento durante la última década:
- 2004: hundimiento de un parking subterráneo, Gretenbach, cantón Solothurn
- 2005: inundaciones, Berna
- 2007: incendio forestal, Valais
- 2009: terremoto, Padang, Indonesia
- 2013 (abril): desprendimiento de tierra, Domat/Ems, Grisones
- 2013 (junio): borrascas, Biel, Berna
Buen equipamiento
En Suiza, la intervención en caso de catástrofes es competencia de las autoridades municipales y cantonales, bajo la supervisión de la Oficina Federal de Protección Civil. En 2004, el Gobierno federal creó una unidad especial en el ejército, capaz de reaccionar en el lapso de unas horas. De los 20.000 nuevos reclutas que cumplen cada año el servicio militar 1.200 son asignados a unidades cuya misión es ayudar en caso catástrofes.
Las tropas de salvamento disponen de equipamientos impresionantes. Sierras eléctricas, generadores, proyectores, compresores capaces de levantar 40 toneladas en segundos, láseres de CO2 para cortar railes de acero en pocos minutos, bombas que absorben 4.250 litros de líquido por minuto, taladros para hacer agujeros de 70 centímetros de diámetro en hormigón… Sin olvidar los carros blindados, helicópteros, navíos, ambulancias, tiendas y quirófanos móviles.
Tres veces al año, gran parte de estas herramientas se despliegan sobre el césped que rodea la caserna militar de Berna. Los oficiales en formación pueden apreciar el “excelente equipamiento del que disponemos para hacer frente a desastres naturales y emergencias médicas”, afirma el coronel Philipp Imboden.
Los ciudadanos también suelen visitar el lugar. “Los contribuyentes quieren saber en qué invierte el ejército su dinero. Aquí pueden comprobar que se destina a una buena causa”, subraya Imboden.
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Visita a las tropas
Menos efectivos
Pero esto podría cambiar. En mayo pasado, el ministro de Defensa, Ueli Maurer, presentó un plan para recortar los efectivos militares. Un mes después, el Gobierno proponía una reestructuración en el mismo sentido: reducir de 180.000 a 100.000 el número de soldados, de tres a dos los cursos para los nuevos reclutas, de tres semanas a trece días la duración de los cursos de repetición, de 260 a 225 los días de servicio militar obligatorio para cada soldado, así como la clausura de varios aeródromos militares y campos de tiro.
¿Cómo afectará a las tropas de salvamento la reducción de efectivos a 8.000 unidades? “Es difícil decirlo”, responde Kurt Münger, portavoz de la oficina Federal de Protección Civil. “Si se recortan los efectivos militares, es obvio que se reducirán también las labores de ayuda a las autoridades civiles… Corresponde a los cantones determinar si esto les acarreará problemas”.
En abril de 2013, la Oficina Federal de Protección Civil presentó un informe detallado sobre riesgos que tiene Suiza de ser escenario de una catástrofe.
Con la colaboración de 65 expertos, se elaboró un diagrama que visualiza la probabilidad (de plausible a inconcebible) de que se produzca un terremoto o una pandemia en Suiza en un periodo de 1 a 100.000 años, así como los daños que podría ocasionar.
El diagrama revela que el riesgo de una epidemia/pandemia es el más importante, seguido del peligro de un seísmo. Los expertos estiman que en Suiza puede producirse un fuerte terremoto cada mil años. El último que golpeó la región de Basilea se remonta a 1356.
Sacos de arena en lugar de fusiles
El ejército tiene que afrontar, además, otro obstáculo. El 22 de septiembre, los suizos votan una iniciativa del GSsA que pretende suprimir el servicio militar obligatorio. ¿Qué repercusión tendría su para la ayuda en caso de catástrofes si supera el veredicto de las urnas?
“La iniciativa no define las consecuencias”, sostiene Kurt Münger. “Estas dependerán de la opción que se elija después de abolir la instrucción obligatoria: renunciar completamente a un ejército, un ejército de voluntarios o un ejército profesional”.
La primera opción sería la mejor, a juicio de Nikolai Prawdzic: “En realidad, no se necesita un fusil para transportar sacos de arena”.
Para los coroneles Christen e Imboden, el sistema actual es el mejor. En su opinión, un ejército profesional sería demasiado costoso. “No siempre se producen catástrofes”, anota Christen. “No podemos planificarlas. ¿Entonces qué hará el militar de profesión si no hay una catástrofe donde intervenir?”.
“Si la población decide suprimir el servicio militar obligatorio, corresponderá a los políticos decidir la opción a seguir y se convertirá en un problema político”.
(Traducción: Belén Couceiro)
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