¿Las promesas libias perdidas en la traducción?
Una carta de Libia a Suiza con respecto a la liberación de dos empresarios suizos detenidos en el país africano desde hace más un año habría sido malinterpretada, señala un periódico helvético.
Pero Geri Müller, presidente de la Comisión suiza de Asuntos Exteriores, organismo que debatió sobre la carta y la crisis diplomática bilateral, expresó su apoyo al presidente Hans-Rudolf Merz y consideró que el acuerdo con Libia «no era malo».
La carta, enviada por el primer ministro libio, Al-Baghdadi Ali Al-Mahmoudi, al presidente suizo el 26 de agosto y publicada por el periódico suizo ‘Neue Zücher Zeitung’ (NZZ) el martes (08.09.), establece que el proceso legal por las alegadas violaciones migratorias en que habrían incurrido los empresarios suizos, está «en curso» y la fiscalía libia se ocupa del caso.
«Anticipamos que los procedimientos estarán terminados en cuestión de días. Con base en el curso normal de las cosas en situaciones similares, creemos que su caso será resuelto muy pronto y que podrán viajar fuera de Libia antes de finales de mes,» indica la carta.
El presidente suizo había interpretado esa carta como una promesa escrita de que se permitiría a los dos hombres – detenidos en Libia desde el julio de 2008 – volver a casa antes del 1º de septiembre, como parte de un acuerdo que el mandatario suizo había establecido con Libia.
Ello, además de las promesas verbales que Merz dijo haber recibido cuando viajó a Libia, el pasado 20 de agosto, para presentar sus excusas por la detención «injustificada», el año pasado en Ginebra, de Hannibal Gaddafi (hijo del líder libio) y su esposa. La pareja había sido acusada de maltrato por sus empleados domésticos durante una estancia en Ginebra en julio de 2008. La disculpa generó amplias críticas en Suiza.
Un asunto poco claro
Pero los periódicos suizos y diversos parlamentarios expresaron el martes su preocupación por la carta.
El ‘NZZ’ dijo que las promesas escritas de Libia no eran «claras».
«Es cuestionable la manera en que la formulación de «creemos que» es interpretada,» precisó el diario ‘Tages-Anzeiger’.
Kathy Riklin, parlamentaria democristiana dijo al ‘Tages-Anzeiger’ que las promesas a Merz estaban basadas en un «compromiso muy pobre».
Y Christoph Mörgeli, de la derechista Unión Democrática del Centro (UDC), comparó la carta a un boleto de la lotería nacional: «Cuando lo compro, espero que sea el ganador.»
Apoyo
Pero luego de la reunión del Comité parlamentario con Merz y la ministra de Exteriores, Micheline Calmy-Rey, Geri Müller expresó su apoyo al presidente suizo.
«La carta se habría podido interpretar como una promesa de que los rehenes podrían salir de Libia antes de finales de agosto», dijo a la prensa. «La formulación de «creemos que» podría ser fácilmente entendida como que las cosas podrían ir rápidamente.»
Agregó que el juicio de Merz no se había basado sólo en una carta, sino en otros documentos escritos y correos electrónicos intercambiados con las autoridades libias después del 20 de agosto.
«Pero no estaba 100 por ciento prometido, y había algo que claramente preveía su rápido retorno», dijo el parlamentario del Partido Verde.
Después del encuentro quedó claro que diversas de las partes libias implicadas no siempre estuvieron de acuerdo, dijo Müller.
El proceso continúa y casi no hay debate sobre los términos exactos de la carta, dijo.
Pero sería «estúpido» presentar a juicio a los dos suizos, agregó.
Diplomacia tranquila
Según Müller, el gabinete quiere mantener una diplomacia tranquila con Libia.
Merz y la ministra de Exteriores Micheline Calmy-Rey declinaron hacer algún comentario luego de la reunión.
Pero Müller confirmó que habían contestado las preguntas de los parlamentarios, algunas de los cuales indicaron que la paciencia suiza había alcanzado sus límites.
También se anunció que los comités de ambas cámaras legislativas se preponen examinar el manejo del acuerdo alcanzado con Libia por Merz y el gabinete.
En una entrevista en el dominical ‘NZZ am Sonntag’ (06.09.), el viceministro de Exteriores libio Khaled Kaim dijo que la expectativa de Suiza de ver a los dos hombres volver a casa se basaba probablemente en un «malentendido».
«Nuestro primer ministro prometió emprender una cierta acción antes de finales de agosto», dijo Kaim al periódico.
Dijo que Libia mantuvo su palabra permitiendo que el fiscal del Estado se reuniera dos veces con los empresarios suizos, que se encuentran en la embajada suiza en Trípoli.
Sin embargo, el gobierno no puede forzar a la fiscalía dijo Kaim y agregó que esperaba que una decisión fuera tomada pronto a favor de los dos suizos.
Simon Bradley, swissinfo.ch y agencias
(Traducción, Marcela Águila Rubín)
Hannibal Gaddafi y su esposa fueron detenidos en Ginebra el 15 de julio de 2008 tras ser acusados de maltrato por dos de sus empleados domésticos.
Tras el pago de una caución fueron liberados dos días más tarde (la mujer, embarazada, permaneció ese tiempo en un hospital).
En septiembre del mismo año, los empleados recibieron una indemnización y retiraron la denuncia, lo que no contuvo la andanada de contramedidas por parte de Libia:
La retención en ese país de dos ciudadanos helvéticos, el impedimento a la libre operación de empresas suizas, el cierre de oficinas de ABB y Nestlé y la supresión de la conexión aérea entre los dos países.
El dirigente libio, Mohamar Gaddafi, exige excusas de Suiza por el trato que la policía ginebrina ingringió a Hanibal durante su arresto.
Las autoridades ginebrinas arguyeron que el método empleado durante la detención correspondía a la peligrosidad presumida del sospechoso, acusado de maltratar a sus empleados.
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