«Lo que más me preocupa es la cuestión europea»
Remo Gysin, presidente de la Organización de Suizos en el Extranjero (OSE), dejará su cargo a finales de agosto. Balance de sus seis años de mandato.
swissinfo.ch: Remo Gysin, usted deja el cargo de presidente de la OSE. ¿Por qué?
Remo Gysin: Es el momento. La dimisión estaba prevista para el año pasado. Pero entonces llegó la pandemia.
Usted ha formado parte de la OSE durante 21 años. ¿Recuerda su primera impresión?
Lo que me fascinó desde el principio fue que esta organización fuera mundial, algo único.
Al mismo tiempo, es también una organización esencialmente suiza, casi un símbolo de una cierta Suiza patriótica.
Exactamente. Se pudo ver el Día de los Suizos Residentes en el Extranjero celebrado durante la Fête des Vignerons 2019 (Fiesta de los Vinateros) y en el primer centenario de la OSE en 2016, dos momentos destacados de mi mandato. La emigración está en las raíces de Suiza. Todavía forma parte de varias profesiones tradicionales. Conozco a un quesero que emigró a Bután, se enamoró y allí se quedó. Con su creatividad y su empeño en mejorar ciertas carencias de la aldea donde vive, pronto hubo electricidad y agua corriente gracias a él.
Este emigrante se quedó para siempre. Pero eso ha cambiado. Hoy en día muchos se van durante unos años y después regresan. ¿Ayuda eso a la OSE cuando tiene que defender los derechos políticos de la Quinta Suiza?
La generación actual tiene un interés extraordinario en ayudar a dar forma a lo que ocurre en su país. Hoy es un ir y venir. Las estancias en el extranjero son cada vez más cortas. Pero la conexión con Suiza sigue estando igual de viva.
Las expatriadas y los expatriados se mueven más, son más cosmopolitas. ¿Pero, son también menos suizos?
Al contrario. Son una especie de levadura suiza que le viene muy bien al país. Aportan la perspectiva exterior, experiencia y a veces conexiones tangibles. Todo eso es muy valioso para nuestro país. Para mí siempre fue trascendental conocer a los suizos residentes en el extranjero, esa mezcla siempre sorprendente de lo suizo y lo cosmopolita.
Al mismo tiempo, llama la atención la cantidad de ciudadanos en el extranjero que están vinculados a una cuenta bancaria suiza.
Con razón, ya que, respecto al pago de las pensiones y las prestaciones del seguro médico, a menudo no hay otra opción. La inestabilidad financiera con riesgos de devaluación masiva en el país de acogida requiere muchas veces una cuenta bancaria en Suiza. También lo hacen las obligaciones de pago de diversa índole, por ejemplo, para el mantenimiento de las casas o incluso de las tumbas. A muchos suizos residentes en el extranjero se les ha cancelado su cuenta en un banco suizo o se les ha denegado la apertura de una cuenta. Con el Banco Cantonal de Ginebra, ahora tenemos un socio que está haciendo un verdadero esfuerzo. Echo de menos eso en los grandes bancos.
Sin embargo, los gastos en particular parecen bastante arbitrarias, ¿no?
Sí, y se aplican a depósitos mínimos de 100 000 francos y más. Si hubiera voluntad, se hallaría seguro un camino. Pero falta la voluntad. Desgraciadamente es también el caso de la empresa pública Postfinance. La OSE y también varios parlamentarios han abordado el tema en varias ocasiones con el Consejo Federal [Gobierno].
El Gobierno alude siempre, diplomáticamente, a la libertad económica.
Que también tiene límites. Las necesidades básicas de la población son más importantes que la mera búsqueda de beneficios.
Remo Gysin
Nacido en Basilea en 1945, estudió economía y se convirtió en consultor de gestión. Entre 1984 y 1992 fue miembro del gobierno cantonal de Basilea-Ciudad.
Este socialdemócrata fue elegido miembro del Consejo Nacional (cámara baja) del Parlamento suizo en 1995, donde ejerció hasta 2007.
Gysin hizo campaña por la adhesión de Suiza a las Naciones Unidas (ONU), participó en misiones internacionales y fue enviado a varios países como observador electoral.
Desde 2001 es miembro del Consejo de la Organización de Suizos en el Extranjero (OSE). El 14 de agosto de 2015, fue elegido presidente.
¿Qué organización deja a su sucesor?
Una OSE bien posicionada, con excelentes redes de contactos con instituciones privadas y públicas, que se enfrenta a los retos del futuro y puede contar con 650 asociaciones suizas activas.
¿Qué queda por hacer?
Además de las cuestiones permanentes del voto electrónico, la seguridad social y la política bancaria, la política exterior nos mantendrá ocupados. Además, es importante dar a conocer la OSE en Suiza y apoyar más a las asociaciones suizas en el extranjero.
¿Qué es realmente típico o esencial de esta organización?
Que se reúnan todos los partidos políticos y representen conjuntamente los intereses de los 776 000 suizos residentes en el extranjero.
¿Tanta armonía?
Por supuesto, también hay diferentes perspectivas y momentos de tensión dentro de la OSE. Esto puede verse, por ejemplo, en el debate sobre nuestra relación con la UE o -en un nivel completamente diferente- en la cuestión de si el inglés debe ser aceptado también como lengua de debate en el Consejo de Suizos en el Extranjero.
Pasemos a los contratiempos. El más reciente, el rechazo de Suiza al acuerdo marco con la Unión Europea. La cuestión bancaria y el voto electrónico fueron también importantes reveses durante su mandato.
Ninguno de esos hechos fue responsabilidad de la OSE. El fracaso del voto electrónico fue muy duro para nosotros. Pero ahora las cosas vuelven a avanzar. Esperemos que el Gobierno federal tome las riendas con firmeza. Pero lo que más me preocupa es la cuestión europea. Muchas cosas dependen de la relación de Suiza con Europa. El acuerdo marco ha sido rechazado. Los acuerdos bilaterales están en entredicho y algunos de ellos ya se están desmantelando. La política suiza da actualmente la impresión de estar más interesada en las relaciones económicas con Estados Unidos y China que en Europa. Eso es decepcionante.
¿Para usted o para la Quinta Suiza?
Para toda Suiza. Somos parte de Europa. Más del 60% de los suizos residentes en el extranjero viven en Europa. Si se cuestiona la libre circulación de personas, como ya ocurre con los programas educativos conjuntos, esto será devastador para las perspectivas sociales y profesionales, incluida la reagrupación familiar.
La creación de un monumento al Holocausto en Suiza tuvo para usted especial importancia. El proyecto está ahora bien encaminado. Hay un mandato del Parlamento al Consejo Federal. ¿Satisfecho?
Sí. Mucho. Estoy deseando que se realice.
En ese contexto usted dijo: «La frontera suiza no debería ser la frontera de la historia suiza». ¿Qué quería decir con eso?
Durante mucho tiempo, la historia de Suiza se terminaba en la frontera. Pero, concretamente para los suizos y las suizas residentes en el extranjero, está claro que la historia suiza continua más allá de sus fronteras.
¿Qué más le hubiera gustado que se completara en la OSE?
Lamentablemente, la representatividad del Consejo de los Suizos en el Extranjero no pudo hacerse como esperábamos. Países pioneros como México, Australia y Gran Bretaña eligieron a sus delegados de manera ejemplar vía correo electrónico. Por desgracia, otros países no siguieron el ejemplo. Es una pena, porque el Consejo de Suizos en el Extranjero debería representar, en la medida de lo posible, a toda la diáspora suiza.
¿Por qué?
Porque de ello depende su reconocimiento y, por tanto, su potencial de influencia. Si solamente los miembros de las asociaciones suizas, es decir, entre el 2% y el 4% de los suizos residentes en el extranjero, tienen derecho a voto y a ser elegidos, no se cumplen los requisitos necesarios de representatividad.
¿Tiene alguna solución?
Más bien una lección sacada del procedimiento anterior: En el futuro la Confederación y la OSE deben apoyar más a las asociaciones suizas y estas deberían aceptar la necesidad de una participación mucho mayor y modificar sus estatutos en consecuencia.
El Consejo de Suizos en el Extranjero está compuesto a la manera de un partido político: por delegados de las asociaciones locales. También emite su voto como un partido político. Viéndolo así no sería todo tan malo.
El Consejo de Suizos en el Extranjero, compuesto por 140 miembros, es más bien un parlamento. Sus miembros son elegidos en circunscripciones regionales, que luego forman una delegación geográfica similar a un grupo parlamentario.
Una mejora adicional podría ser establecer escaños permanentes de suizos en el extranjero en el Parlamento Federal, como los tienen Francia o Italia.
Un grupo de trabajo ha estudiado esta cuestión y ha demostrado lo difícil que sería llevarla a cabo. Los suizos residentes en el extranjero tienen posicionamientos de base tan diferentes como los que se observan en Suiza. La cohesión dentro de un grupo parlamentario de «Suizos en el Extranjero» sería, por tanto, muy débil en la mayoría de los asuntos parlamentarios.
¿Así que la representación en el Parlamento no es un objetivo?
Sí, pero debe realizarse principalmente mediante la inclusión en las listas de los partidos cantonales. Otro modelo sería tratar a la Quinta Suiza global como un cantón que tendría su propia circunscripción en el Parlamento Federal. De este modo, los suizos residentes en el extranjero tendrían una representación parlamentaria segura en el Consejo Nacional [cámara baja] y el Consejo de los Estados [cámara alta]. Esta sigue siendo una visión que vale la pena considerar.
Traducción del alemán: Carla Wolff
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