Los autócratas se reinventan
La nueva generación de gobernantes antidemocráticos no teme ni las elecciones ni la participación ciudadana en la vida pública. Sin embargo, olvidan el deseo de libertad de la gente, señala el informe ‘Estado Mundial de la Democracia 2022’, publicado este miércoles.
El pasado fin de semana, Shanghái vivió una serie de protestas en las que se exigía el fin de las restricciones más estrictas del mundo en materia de COVID-19. Las manifestaciones se extendieron rápidamente a las principales ciudades de China -Pekín y Wuhan-, así como a más de 50 campus universitarios. Algunas de ellas continúan actualmente.
Por otro lado, una revuelta popular en Irán ha provocado enfrentamientos que se suceden desde hace más de dos meses contra el Estado Islámico con motivo de la muerte de una joven bajo custodia policial. Pero está lejos de ser la única manifestación. En Budapest, profesores, estudiantes y padres hicieron un llamamiento a la desobediencia civil el pasado fin de semana contra el gobierno nacionalista de Viktor Orban y llevaron a cabo una cadena humana de 10 kilómetros en señal de protesta.
Autócratas al alza
«Son reacciones realmente notables y pueden contribuir a una evolución positiva», afirma Alexander Hudson, «experto en evaluación de la democracia» de IDEA Internacional y uno de los coautores del nuevo informe ‘Estado Mundial de la Democracia 2022’Enlace externo (GsoD22).
Sin embargo, estas recientes manifestaciones contra el régimen autoritario no pueden ocultar el hecho de que los autócratas han aumentado ampliamente su alcance mundial, según el informe.
IDEA Internacional es una agencia intergubernamental mundial de apoyo a la democracia con sede en Estocolmo (Suecia). Publica informes sobre el estado global de la democracia desde 2017, y tiene como objeto analizar la situación de los países en cuanto a la defensa de los principios democráticos, incluyendo factores como el bienestar básico, la ausencia de corrupción y la igualdad social.
Según el último análisis, el número de países que se volvieron más autoritarios en 2021 fue dos veces mayor que el de los que se volvieron más democráticos. Hudson añade: «Los regímenes autoritarios han profundizado su represión, siendo 2021 el peor año registrado».
Viaje en el tiempo a 1990
Las estadísticas muestran que el mundo vuelve a estar como al final de la Guerra Fría, con más o menos el mismo número de democracias y regímenes autoritarios que en 1990. De los 173 países analizados en el informe, 104 pueden calificarse de democracias.
Catorce de esos países son más democráticos en 2021 que el año anterior, mientras que 48 lo son menos. De las 69 autocracias analizadas, más de la mitad se han vuelto más represivas en 2021.
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Sin embargo, aunque el número de países democráticos frente a los autocráticos es prácticamente el mismo que en 1990, los líderes autocráticos han sabido adaptarse a un mundo más transnacional y digital. Antes de ir abiertamente a la guerra contra su vecina Ucrania y abolir los últimos restos de libertad en Rusia, el presidente Vladimir Putin desarrolló su propia marca de «autocracia electoral», un sistema con elecciones regulares, pero ni libres ni justas. Por su parte, el húngaro Orban anunció en 2014 la creación de una «democracia antiliberal», citando como ejemplos a Turquía y Rusia.
«Los medios de represión se han vuelto ciertamente más creativos», afirma Hudson. «Pero al mismo tiempo, las autocracias son más propensas a cometer errores. Sus errores, como podemos ver actualmente con la guerra de Putin, tardan mucho tiempo en arreglarse.»
116 matices de la democracia
El informe también ofrece algunos destellos de esperanza para la democracia. Mientras estallan las protestas en los Estados autocráticos, varios países del mundo han aumentado su coeficiente democrático en el informe de este año. Entre ellos están Gambia, Sri Lanka, Chile y Moldavia.
Otros, como Suiza y los países escandinavos, se mantienen estables en todas las 116 variables analizadas por los autores. Por lo tanto, estos países ven los efectos a largo plazo en lo que respecta a la paz, la creación de riqueza y la creación de bienestar.
«La democracia suiza va bien», afirma Giada Gianola, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Berna. «También hemos visto mejoras en diferentes ámbitos (de la democracia) en los últimos diez años, como la aplicación de nuevas normas de transparencia para los partidos políticos o una representación más igualitaria de mujeres y hombres en el Parlamento». Gianola se refiere también al ‘Barómetro de la democracia’Enlace externo, un proyecto suizo-alemán para medir la democracia, que supervisa los pequeños cambios en la democratización de un país: A pesar de los pasos positivos, el barómetro también ha registrado avances negativos, como actitudes más polarizadas entre los partidos políticos y entre los votantes, señaló.
¿Qué viene después?
El informe ‘Estado Mundial de la Democracia 2022’ describe el estado actual de la democracia en una encrucijada histórica. «Dadas las tendencias actuales, las democracias están sometidas a una presión urgente para que cumplan sus objetivos. Afortunadamente, ya se están realizando esfuerzos para reforzar las estructuras democráticas», afirma el informe.
Hudson subraya que esos esfuerzos incluyen desde permitir las protestas hasta probar la solidez de las instituciones electorales, como se ha demostrado recientemente en Kenia y Brasil, países que celebraron elecciones generales principalmente pacíficas en 2022. Mientras los autócratas se reinventan, añade, los demócratas también deben ser creativos, tanto reforzando y protegiendo las instituciones existentes como «democratizando la propia democracia» en todos los niveles políticos.
Adaptado del inglés por Carla Wolff
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