“Los jubilados suizos en el extranjero que viven lujosamente son una excepción”
A la luz de la votación sobre la 13ª mensualidad del AVS, el pago de una parte de las pensiones en el extranjero provoca debate en Suiza. La chispa surgió de una declaración en la prensa de la consejera nacional Martina Bircher (UDC/derecha conservadora), quien aludió a un “tren de vida de lujo en el extranjero”. Cuatro suizos jubilados que viven fuera de la Confederación dan testimonio de su realidad.
“Con mi pensión AVS de 1.250 francos al mes me resultaría imposible vivir en Suiza”, afirma Carl Albert Melo. Este ciudadano con doble ciudadanía suiza y argentina se mudó al país de origen de su esposa hace ocho años, cuando se jubiló. Como la esposa no tiene un empleo remunerado, no se le paga ninguna renta.
Al igual que Melo, según las estadísticas de 2022Enlace externo de la Oficina Federal de Seguros Sociales (OFAS), cerca de 144.000 personas con pasaporte helvético reciben una pensión en el extranjero.
Es difícil llegar a fin de mes
Estas expatriaciones tardías son, a veces, el resultado de historias de amor o deseos de aventura. Sin embargo, muchas veces, estas decisiones son dictadas por necesidades financieras, como dan cuenta los testimonios que hemos recopilado aquí:
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«Los jubilados suizos en el extranjero que viven lujosamente son una excepción», asegura Pierre-Yves Maillard, un suizo que vive en Brasil. Según él, la clase política debería preocuparse más bien por todas las personas que se ven obligadas a emigrar «porque las pensiones y las prestaciones sociales son demasiado bajas» en la Confederación.
Maillard forma parte de los suizos que dejaron su patria al pensionarse. Una carrera en cooperación internacional para ONGs y un divorcio que lo obligó a compartir su segundo pilar con su exesposa, resultaron en una jubilación moderada. Reconoce que sumando sus pensiones AVS y LPP (segundo pilar), podría vivir en Suiza, pero «de forma modesta». Por todo esto, se declara totalmente a favor de la introducción de una 13ª pensión.
Una opinión que queda reflejada en la primera encuesta que la RSS realizó con vistas a las votaciones federales del 3 de marzo. El apoyo de los suizos en el extranjero a una 13ª pensión AVS es particularmente marcado: el 80% está a favor, frente al 61% en Suiza.
También hay voces más sutiles
Si bien una gran parte de la diáspora está considerando apoyar la iniciativa para una 13ª mensualidad del AVS, algunas voces menos entusiastas también resuenan en la comunidad, como uno de nuestros lectores, que desea testificar de forma anónima.
Este lector anónimo explica que el importe total de su media pensión helvética, sumado a la baja pensión húngara que recibe por los años que trabajó allí, no serían “suficiente para vivir en Suiza”. Fue por ese motivo que decidió abandonar Berna para establecerse en Hungría.
Aun así, el 3 de marzo votará “no” a la 13ª mensualidad del AVS, porque la financiación de tal medida parece difícil de implementar. “Personalmente ganaría unos 100 francos más al mes, lo cual estaría bien, pero todavía no sería suficiente para regresar a vivir en Suiza”, afirma.
André Chappot, un zuriqués establecido en Filipinas, se pregunta si una decimotercera pensión sería realmente la solución. Preferiría que el importe del AVS estuviera indexado al costo de vida en Suiza, «pero como la discusión actual se centra en una pensión adicional, entonces estoy bastante a favor».
Menos gastos para Suiza
En el periódicoEnlace externo del partido de la UDC, Martina Bircher reprocha a la diáspora el no tener que soportar los costos adicionales que induciría la creación de una 13ª mensualidad, ya sea a través de un aumento del IVA o de deducciones salariales más altas.
Por su parte, Melo y Chappot estiman que si vivieran en Suiza serían beneficiarios de prestaciones complementarias, a las cuales tendrían derecho debido a su escueta pensión. Con 1250 y 2200 francos al mes, respectivamente, ambos viven por debajo del umbral de pobrezaEnlace externo, que en 2021 era de 2289 francos al mes para una persona sola, según la Oficina Federal de Estadística (OFS).
Pierre-Yves Maillard también señala que paga impuestos en Suiza. De hecho, cuando emigran, los suizos pueden retirar el monto de su segundo pilar en forma de capital o como renta mensual. Estas sumas están sujetas a retención en origen cuando no existe un acuerdo de doble imposición entre Suiza y el país de domicilio o si se establece que es Suiza la que debe ser responsable de la imposición. El impuesto varía en función del cantón de adhesión, pero generalmente oscila alrededor del 10%.
El franco fuerte compensa la inflación
En declaracionesEnlace externo difundidas por el diario gratuito 20 Minuten, Bircher afirma que «el tipo de cambio favorable por sí solo ha hecho que las pensiones de los suizos que viven en Europa hayan aumentado un 20%». Una opinión que no comparte André Chappot. Si bien admite que el franco fuerte permite “compensar un poco la inflación”, alega que “desde que estoy jubilado, el importe del AVS no ha variado. Por tanto, sería importante revalorizarlo”.
La otra cara de la moneda
Chappot ha estado activo en la educación de adultos durante la mayor parte de su carrera. Sin embargo, muchos de esos años los pasó trabajando en el extranjero sin cotizar al AVS, lo que redujo drásticamente su pensión de jubilación. Aunque vive “muy cómodamente” en Filipinas, señala que «también hay un precio que pagar por vivir en un país en desarrollo», especialmente en lo que respecta al acceso a la atención médica.
Insiste en que la mayoría de los extranjeros jubilados en este país asiático han emigrado por obligación y no por elección. Como él, Carl Albert Melo preferiría «terminar sus días en [su] pequeña Suiza», pero es consciente de que su pensión nunca se lo permitirá.
El corolario de estas expatriaciones forzosas es el alejamiento de la familia. Como ejemplo, Pierre-Yves Maillard, quien está radicado en Brasil y apenas ve a sus tres hijos, dos de los cuales viven en Suiza y uno en España.
Texto adaptado del francés por Norma Domínguez/Carla Wolff
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