«Nada justifica su exclusión de los balnearios»
El hecho que un municipio de Argovia prohibiera el ingreso de los solicitantes de asilo a los balnearios públicos constituye una clara irregularidad ética, señala una experta en la materia de la Universidad de Zúrich. La injerencia de los funcionarios en la libertad de movimiento de los postulantes al asilo ha levantado revuelo fuera del país.
A principios de agosto llegaron los primeros solicitantes de asilo al centro de acogida del municipio de Bremgarten. Las instalaciones adaptadas del antiguo puesto de acantonamiento militar alojarán a unas 150 personas en los próximos años, y al establecer las normas de convivencia con la población local, la Oficina Federal de Migración y los representantes del municipio acordaron, entre otros, que “no se les permitiría” el ingreso a los predios escolares y deportivos sin la correspondiente autorización de los funcionarios.
Esa exclusión a los solicitantes de asilo, tal como los artículos de prensa la han tipificado, ha provocado discusiones dentro y fuera de Suiza. Es totalmente injustificable, juzga Anna Goppel, profesora adjunta general en el Centro de Ética de la Universidad de Zúrich. La doctora en Filosofía da clases, entre otros, sobre ‘Ética de la Migración’ a profesionales que trabajan en los ámbitos del asilo y la migración.
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Primer centro para solicitantes de asilo crea ámpula
Si se pone en el lugar de una familia solicitante de asilo que con sus niños no puede ir a un balneario o a un centro deportivo, ¿le molesta?
Anna Goppel: Sí.
swissinfo.ch: ¿En términos técnicos es esa una irregularidad ética?
A.G.: Sí, por supuesto. Semejante prohibición atenta contra los derechos fundamentales de los solicitantes de asilo; concretamente contra el derecho a la libertad de movimiento, sin una justificación razonable. (N.de la R.: El artículo 10 de la Constitución de la Confederación Helvética garantiza a cada persona el derecho al libre movimiento).
swissinfo.ch: Si se pone en el lugar de una familia suiza que teme que sus hijos se sientan amenazados por los solicitantes de asilo, ¿comprendería esa actitud?
A.G.: No. Eso es una globalización que coloca a los grupos de solicitantes de asilo bajo una sospecha general.
En la sociedad hay temores, pero mientras esos miedos sean infundados es erróneo que la política se deje llevar por ellos.
Se puede encarar esos miedos y es incluso importante hacerlo. Abordarlos en este caso es para demostrar que son temores sin fundamento y que de ningún modo se pueden tomar medidas que lesionen los derechos fundamentales.
swissinfo.ch: Las autoridades señalan que tomaron esas medidas para lograr una convivencia pacífica entre la población local y los postulantes al asilo…
A.G.: Si lo que se quieren es conseguir una convivencia pacífica, me parece una actitud equivocada porque da la impresión de que los solicitantes de asilo son peligrosos. Fortalece los falsos prejuicios.
Hay que impulsar la convivencia pacífica con encuentros, argumentos y desmontaje de los prejuicios, pero nunca acrecentando la separación discriminante.
swissinfo.ch: ¿Pero hay que buscar compromisos cuando surgen conflictos de intereses?
A.G.: Puede haber conflicto de intereses entre varios derechos fundamentales y, dado el caso, hay que sopesar cuál de ellos es más importante en una situación específica.
Pero en esta situación no hay conflicto de intereses entre derechos fundamentales, sino entre, por un lado, el derecho a la libertad de movimiento y, por otro, la preocupación injustificada de una parte de la población hacia todo un grupo.
swissinfo.ch: Usted dice que son temores infundados, pero las informaciones de prensa hacen deducir a veces que algunos solicitantes de asilo delinquen.
A.G.: Hay individuos que han cometido acciones delictivas, pero eso no quiere decir que los solicitantes de asilo sean en general violentos o criminales. En la población de (ciudadanos) suizos también hay personas que no se ciñen a las leyes, pero no da lugar a medidas que se tomen suponiendo que toda la población sea criminal.
La exclusión puede justificarse cuando una persona muestra con sus actos que es un peligro para los seres humanos. Pero no es justificable excluir a todo un grupo por razones preventivas.
Para reducir el procedimiento común en el caso de solicitud de asilo (unas 25 mil por año), los actores (solicitantes de asilo, Oficina Federal de Migración y representantes jurídicos) acercan posiciones. El Gobierno Federal ya no quiere dejar en manos de los cantones el alojamiento de la mayoría de los solicitantes, sino acomodarlos en sus propios centros de acogida.
En sus cinco instalaciones ubicadas cerca de las fronteras (en Basilea, Kreuzlingen, Altstätten, Chiaso y Vallorbe), el Gobierno Federal ha habilitado 1.400 plazas. Sin embargo, necesita otras 6.000. Por ello contempla la construcción de hasta cuatro de los denominados centros de espera y de salida con al menos 400 plazas.
A pesar de los esfuerzos realizados, el Gobierno Federal ha abierto pocos centros pequeños. Fue el caso, este verano, de las instalaciones de Bremgarten (Argovia), All’Acqua (Tesino), Alpnach (Obwalden) y Lukmanier (Grisones). El proyecto más grande será desarrollado en la ciudad de Zúrich, para el alojamiento, desde el 2014, de unos 500 peticionarios de asilo.
swissinfo.ch: Pero si en el balneario ocurre algo se responsabiliza a las autoridades.
A.G.: Cada día puede pasar algo en los balnearios, vayan o no vayan allí los solicitantes de asilo. En ese caso hay que investigar los problemas y castigar a quien haya transgredido la ley. Sin embargo, no otorga ninguna base suficiente para excluir a un grupo alegando carácter preventivo.
swissinfo.ch: Los solicitantes de asilo también son privados parcialmente de otros derechos: En Solothurn, la policía evacuó a aquellos que protestaban por las instalaciones, que consideran indignas, donde son alojados. ¿Es también una irregularidad ética?
A.G.: Para privar de sus derechos a los solicitantes de asilo hay que examinar caso por caso. Hay, por ejemplo, una norma cuyo tenor determina que éstos deben estar disponibles, algo que no se pide a las otras personas en el país. En todo caso, exigir que el postulante al asilo comunique su paradero a las autoridades durante el análisis de su solicitud, me parece justificado, porque debe estar al alcance de los funcionarios para facilitar el procedimiento de estudio de su caso.
En cambio, prohibir una manifestación me parece digno de una discusión ética.
swissinfo.ch: Las autoridades que ordenaron el desalojo explicaron que la medida fue también para evitar que los solicitantes fueran blanco de atropellos o insultos. ¿Justifica ese argumento la acción?
A.G.: No lo creo. Al igual que en otras manifestaciones, se deben impedir los abusos, y si esto ocurre es necesario investigar. Pero la posibilidad de atropellos no puede ser razón suficiente para restringir la libertad de expresión.
swissinfo.ch: Algunos medios extranjeros suelen situar a Suiza como el “baluarte de la hostilidad hacia los extranjeros”. ¿Comparte esa opinión?
A.G.: Por supuesto que Suiza no es un “baluarte de la xenofobia”. Su apertura a los extranjeros y sus meritorios esfuerzos de integración son reconocidos. Pero independientemente de ello, debemos aceptar que cuando hay actitudes como la de prohibir el acceso a balnearios tenemos que someternos a una valoración jurídica y moral.
Traducción, Juan Espinoza
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