¿Quiénes sueñan con un pasaporte suizo?
No todo el mundo quiere hacerse suizo. El pasaporte rojo con la cruz blanca es más atractivo para los residentes que viven en Suiza procedentes de lejos que para los europeos, según muestran datos publicados recientemente. El apego al país, la trayectoria migratoria o incluso la edad juegan un papel importante.
Los rusos que residen en Suiza son los campeones de la naturalización, mientras que la desdeñan los austriacos establecidos en tierras helvéticas. Por primera vez, la Comisión Federal de Migraciones (CFM) y la Universidad de Ginebra publicaron cifras detalladas al respecto. Estos nuevos datos muestran las diferencias en los procedimientos a nivel local, pero también proporcionan información sobre el origen de los ciudadanos que obtienen la ciudadanía suiza.
El 10,3% de los rusos que viven en Suiza se naturalizaron entre 2011 y 2017, lo que los coloca en primera posición. La naturalización depende, entre otras cosas, del apego al país de origen. “Las personas que se embarcan en un procedimiento tienen la intención de establecerse en el país por largo plazo y participar en la vida política”, explica Philippe WannerEnlace externo, profesor ordinario en el Instituto de Demografía y Socioeconomía de la Universidad de Ginebra y coautor del estudio.
Los rusos son una población relativamente móvil, pero los que vienen a establecerse en Suiza desean permanecer ella durante un largo período, analiza el especialista. Además, el pasaporte suizo facilita más la movilidad que el ruso. El profesor menciona también otro factor: “Para las poblaciones que viven en regímenes no muy democráticos, la posibilidad de participar en elecciones y votaciones es particularmente atractiva”.
Los iraquíes (6,01) y los esrilanqueses (3,16), entre los mayores grupos de inmigrantes en Suiza, también se encuentran entre aquellos con una alta tasa de naturalización. “Son poblaciones que no tienen el deseo o la posibilidad de regresar a su país de origen por razones políticas. Para estas personas, la naturalización puede ser también un signo de gratitud hacia el país que los acogió”, puntualiza Wanner.
En general, el pasaporte suizo es menos atractivo para las personas de países vecinos. Los austriacos que viven en Suiza tienen la tasa de naturalización más baja, 0,69%, mientras que solamente el 1,24% de los italianos que residen en Suiza obtuvieron la nacionalidad suiza entre 2011 y 2017. Sin embargo, estos últimos representan la comunidad extranjera más grande de Suiza.
“Para los ciudadanos de la Unión Europea (UE), la naturalización tiene poco interés ya que ya tienen acceso al mercado laboral europeo y cuentan con el beneficio de la libre circulación de personas”, explica Wanner. Además, la estancia de los europeos en Suiza a menudo es más breve que la de los inmigrantes de países más distantes.
“La naturalización está extremadamente ligada a la edad”
Philippe Wanner
“La naturalización también está extremadamente ligada a la edad”, anota Wanner. A menudo se produce alrededor de los 33 años. Actualmente, los italianos tienden a llegar a Suiza entre los 25 y los 30 años, indica el catedrático. “Ya tienen entre 35 y 40 años cuando pueden comenzar un proceso de naturalización y ya no ven la necesidad de hacerlo”, subraya. Antiguamente y hasta 1991, muchos renunciaron a naturalizarse ya que hasta entonces Italia no aceptaba la doble nacionalidad.
La población kosovar, que también es uno de los principales grupos de inmigrantes en Suiza, tiene una tasa de naturalización más importante (2,28%) que la de los italianos. “Los jóvenes que llegaron durante la guerra en la otrora Yugoslavia fueron los que se naturalizaron”, comenta Wanner. “Los kosovares también están apegados a un país que los recibió durante el conflicto y no quieren regresar a uno que les ofrece 200 euros de salario por mes”.
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Más naturalizaciones en la ciudad que en el campo
En Suiza, el procedimiento de naturalización es un proceso particularmente complejo ya que las comunas, los cantones y la Confederación participan en la evaluación de la idoneidad de las personas para obtener el pasaporte suizo.
El pasado 9 de febrero, los ciudadanos del cantón de Argovia adoptaron una nueva ley que endurece las condiciones para obtener la ciudadanía suiza. El 64,8% de los votantes dio su sí a una revisión legislativa que introdujo un período de espera de 10 años para las personas que recibieron asistencia social.
El Tesino siguió un camino similar el 18 de febrero. El Parlamento cantonal aceptó una iniciativa de la Unión Democrática de Centro (UDC/derecha conservadora) para enmendar la ley sobre la ciudadanía tesinesa. Según la revisión de la ley, será necesario haber reembolsado los beneficios sociales recibidos en los últimos diez años, en lugar de los últimos tres como sucedía anteriormente, para obtener la ciudadanía.
(Daniele Mariani)
Los datos recopilados por la Universidad de Ginebra y la CFM muestran que persiste un margen importante de apreciación, a pesar de los intentos de armonización. “Con la entrada en vigor de la nueva ley de nacionalidad en 2018 hubo una cierta uniformidad, en particular con respecto a las exigencias lingüísticas, pero hay un margen significativo de interpretación para las autoridades locales”, señala Wanner.
Surge una tendencia general: las naturalizaciones son más numerosas en las ciudades que en los pueblos. “El miedo al fracaso y al estigma está más presente en una pequeña comuna donde todo el mundo se conoce que en una ciudad donde las personas son anónimas”, analiza el profesor.
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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