La lucha de la V Suiza por los servicios bancarios
Los expatriados suizos aumentan la presión sobre las instituciones suizas a fin de suprimir la discriminación en su acceso a los servicios financieros. Un tema que se mantiene vigente desde hace casi una década.
“Ya es suficiente”, dice Ariane Rustichelli, codirectora de la Organización de los Suizos en el Extranjero (OSE).
El Parlamento rechazó en mayo el llamado de un miembro de la cámara baja para exhortar al Gobierno a proponer una enmienda legal destinada a garantizar a los suizos en el exterior el derecho a abrir cuentas bancarias en los principales bancos helvéticos.
El resultado de la votación en la cámara fue cerrado y con una abstención inusualmente alta. En el debate, el ministro de Finanzas, Ueli Maurer, argumentó que, en un sistema liberal, los bancos tenían que ser libres para efectuar su propia evaluación de riesgos.
La negativa del Parlamento enfureció a la V Suiza, cuyos miembros manifestaron su ira en correos electrónicos y cartas a la OSE y a algunos políticos, señala Rustichelli.
En respuesta, dos nuevas mociones fueron presentadas por separado en el Parlamento – por el senador Filippo Lombardi y por el Comité de Asuntos Exteriores de la cámara baja – reiterando la demanda a los principales bancos suizos y al PostFinanceEnlace externo, filial de los Correos suizos.
Aunque las intervenciones parlamentarias de los últimos cinco años no llegaron a nada y las acciones por parte de la OSE y su Parlamento (el Consejo de los Suizos en el Extranjero/CSE) han dado resultados limitados, Rustichelli confía en el futuro.
“Creo que tenemos una buena oportunidad de hallar una solución satisfactoria. Hay una creciente conciencia pública sobre el problema y el apoyo en el Parlamento se incrementa”.
Estrategia de tres pilares
La OSE lanzó una estrategia de tres pilares dirigida a los bancos ‘demasiado grandes para caer’ que se benefician de una garantía estatal implícita, a los bancos cantonales y PostFinance, así como a las instituciones privadas.
Es crucial eliminar cualquier obstáculo que pueda limitar la movilidad de la creciente comunidad suiza en el extranjero, anota el senador Lombardi en su moción.
“Los ciudadanos suizos que viven en el exterior necesitan una cuenta bancaria en Suiza, en particular para contratar un seguro de salud, pagar el plan estatal de pensiones de vejez, cubrir los gastos durante sus visitas a Suiza o gestionar su propiedad”.
Lombardi añade que desde 2008 se ha vuelto cada vez más difícil para los expatriados abrir o mantener una cuenta ya que, a menudo, los bancos se niegan a aceptarlos como clientes. Para lograrlo, los suizos residentes en el exterior deben pagar tarifas claramente superiores a las de los clientes en el país.
Conciencia pública
Por su parte, el Comité de Asuntos Exteriores acordó presentar una moción a la cámara baja, instando al Gobierno a asegurar que PostFinance extienda sus servicios financieros universales a los ciudadanos suizos que nos ocupan.
El portavoz del comité, Roland Rino Büchel, dice que hay un apoyo abrumador entre las partes. “Es una señal clara de la amplia conciencia pública del problema”, asienta. “Es importante mantener la presión política”.
Büchel, patrocinador de al menos tres acciones parlamentarias sobre el tema en los últimos cinco años, critica fuertemente los intentos previos, notablemente el de mayo pasado, por parte de la federación empresarial suiza, economiesuisse, de socavar su moción. Acusa a los grupos de presión de usar medios injustos para bloquear una solución.
Tanto Büchel como Lombardi son miembros destacados del CSE y trabajan en estrecha colaboración con la OSE, la cual representa a los cerca de 775 000 expatriados registrados.
Altas tarifas vs costos
PostFinance, es uno de los pocos bancos comerciales dispuestos a aceptar clientes suizos que viven en el exterior. Ofrece servicios básicos que incluyen el mantenimiento de una cuenta privada, banca electrónica, una tarjeta de débito y transacciones financieras.
“Estamos felices de ofrecer estos servicios”, dice el portavoz de la institución, Johannes Möri, “pero lo hacemos de manera voluntaria y bajo condiciones que cubren nuestros costos”, continúa.
“Entendemos que estas tarifas no son muy populares entre nuestros clientes suizos expatriados. Sin embargo, las crecientes demandas regulatorias en los negocios internacionales hicieron que los aumentos de precios fueran inevitables”, explica Möri. Agrega que esos costos administrativos son necesarios para cumplir con las condiciones del intercambio automático de información fiscal.
Consejo y Congreso
Este año, el Congreso de los Suizos en el Extranjero tendrá lugar en Basilea el próximo fin de semana, se centra en el interés común de los expatriados y los residentes suizos.
Entre los ponentes destacados están el ministro del Interior, Alain Berset, el secretario de Estado del Ministerio de Exteriores, Pascale Baeriswyl, la escritora Irina Brežná, así como expertos en migración, cultura y educación.
Previo al congreso anual, los140 miembros del Consejo de los Suizos en el ExtranjeroEnlace externo se reunirán el viernes en la primera sesión de su mandato de cuatro años. La agenda incluye la votación nacional sobre la reforma de pensiones, la política de los bancos suizos hacia los expatriados suizos y el voto electrónico.
Alrededor de 775 000 suizos vivían en el exterior a finales del año pasado, lo que supone un incremento del 2% respecto al año anterior. Los expatriados registrados pueden participar en las votaciones suizas y son elegibles con el voto electrónico.
PostFinance, que se encuentra entre las cinco principales instituciones financieras del país, elevó las cuotas mensuales a 25 francos por cliente y cuenta a principios de 2017.
Möri dijo que esos gastos regulatorios significaban que sería muy difícil ampliar la gama de servicios como se ha pedido, con el ofrecimiento, por ejemplo, de tarjetas de crédito e hipotecas.
“No repartimos los costos resultantes de negocios internacionales en las tarifas para todos nuestros clientes. Cobramos a los clientes domiciliados en el extranjero según un sistema basado en el usuario. Cualquier otro enfoque sería injusto para nuestros otros clientes”.
Inevitable
El diputado Maximilian Reimann, miembro de la Unión Democrática del Centro (UDC/derecha conservadora), como Büchel, está de acuerdo, en principio, en que los expatriados deben tener acceso a los servicios bancarios en Suiza. Sin embargo, considera que no es posible ofrecer el mismo tratamiento a los clientes dentro y fuera del país.
Tres de cada cuatro expatriados suizos tienen doble nacionalidad, lo que significa que también están sujetos a las leyes de otro país. “Por lo tanto, los bancos suizos y PostFinance no deben verse obligados a afrontar problemas extraordinarios”.
Al igual que Möri, descarta el financiamiento cruzado como un medio para evitar costos adicionales para los clientes suizos fuera del país.
En un tono más categórico, Reimann dice que las personas que deciden irse a vivir al extranjero tienen que estar preparadas para aceptar ciertas desventajas.
Humor combativo
En la sede de la OSE en Berna, el ambiente es decididamente más combativo. La codirectora Ariane Rustichelli insiste en que la V Suiza es una clientela atractiva para los bancos y que es hora de que los políticos dejen de limitarse a una mera palabrería.
Advierte que la comunidad expatriada está harta de que algunos políticos señalen a sus miembros como especuladores de la renta de jubilación, de un Gobierno poco dispuesto a tomar medidas y de bancos que aprovechan la oportunidad de deshacerse de los clientes menos ricos para cortejar a la clientela más acaudalada.
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Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín
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