La ciudadanía rechazó este domingo la iniciativa para crear un impuesto a las herencias mayores a 2 millones de francos, para financiar así el seguro de vejez. El resultado es un revés para la izquierda.
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P. Islas , swissinfo.ch
Los resultados definitivos: 72% de votos, en contra.
Esta iniciativaEnlace externo, combatida por la derecha y los medios económicos, intentaba redistribuir la riqueza entre la población suiza y garantizar la financiación del seguro de vejez.
En Suiza, la riqueza está cada vez más concentrada. En 1990, el 1% de la población más adinerada del país poseía 30% del patrimonio neto nacional. Hoy, el dato alcanza el 40%, según la Administración Federal de Contribuciones (AFC). Y considerando la capacidad de este grupo para aprovechar la creciente “optimización fiscal” –si se compara con el ciudadano promedio– es previsible que dicha tendencia siga aumentando.
En este gráfico puede usted ver con inmediatez los resultados que se dan a conocer a lo largo de esta tarde, hasta conocer los resultados definitivos. También puede pulsar sobre cada cantón suizo para conocer la tendencia de voto en cada entidad federativa helvética, de los cuatro temas tratados hoy en las urnas.
En lo que se refiere a la reforma fiscal sobre las herencias, el Partido Socialista, los Verdes, el Partido Evangélico y la mayoría de los sindicatos en Suiza respaldaban esta iniciativa, cuyo nombre exacto era ‘Gravar las herencias de varios millones para financiar el AVS’.
Concretamente, proponía reformar el sistema impositivo en materia de sucesiones y que la recaudación del mismo sea competencia del Estado federal y no de los cantones (estados) como ocurre actualmente. De tal manera que el impuesto federal propuesto por esta iniciativa, pretendía gravar 20% de las sucesiones y donaciones superiores a 2 millones de francos.
Para evitar la oposición del medio empresarial, los precursores contemplaron en su texto una reducción de esa cuota en caso de que los concernidos fuesen dueños de empresas o explotaciones, solo en caso de que la generación que heredara esas sumas millonarias estuviese dispuesta a trabajar en ellas al menos 10 años.
Las sucesiones y donaciones en favor de los cónyuges o las parejas estaban, según la propuesta, exentas del pago de este impuesto, así como todo regalo en especies que no supere los 20 000 francos.
Se contemplaba que dos tercios de la suma recaudada se destinarían al Seguro de Vejez y Supervivencia (AVS) y el tercio restante, a los cantones. Hoy, todos los cantones, excepto Schwyz, cobran un impuesto sobre las herencias.
Entre los opositores a la propuesta estaba también el Gobierno, así como los responsables cantonales de la cartera de Finanzas. Consideraron que la propuesta constituía no solo una injerencia en la soberanía de los cantones, sino que reduciría la competencia entre cantones.
La mayoría del Parlamento (partidos de centro y derecha) defendió también la soberanía fiscal Enlace externoy criticó la retroactividad del impuesto de donaciones, porque contradice la legislación vigente. En su opinión, la propuesta de la izquierda era injusta porque una persona que herede 1,99 millones de francos no pagaría un gravamen, pero cuatro descendientes que reciban 525 000 francos cada uno por una herencia de 2,1 millones de francos sí tendrían que tributar al fisco.
El voto ciudadano hoy también se inclinó en contra de la iniciativa. Solamente el 28% de los que hoy acudieron a las urnas a tratar el tema (44,4% del electorado total) apoyaron esta propuesta.
Para la derecha, este es un resultado adecuado, pues el impuesto propuesto habría acrecentado la carga fiscal en Suiza en detrimento del conjunto de la economía. «Suiza es uno de los pocos países europeos que grava el capital. Si el pueblo aprueba la iniciativa, tendríamos que soportar una triple imposición: sobre la renta, el patrimonio y las sucesiones”, afirmaba antes de conocerse la decisión ciudadana, Jean-François RimeEnlace externo, miembro de la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora).
Dato curioso: algunos empresarios de PYMES estaban a favor de la iniciativa. E incluso el millonario Hansjörg Wyss, que vive en EEUU, se declaró faborable a un «impuesto razonable sobre las sucesiones de entre 15 a 20%». Otros tres millonarios, de los alrededor de 240 000 que tiene Suiza, respaldaron el texto: Martin, Daniel y Marcel Meili. Estos tres herederos dispusieron más de medio millón de francos en la campaña a favor de la iniciativa, hoy rechazada.
Aunque rechazada, esta iniciativa marca una vez más el esfuerzo de algunos grupos partidistas para responder al reclamo popular de mayor equidad en la repartición de la riqueza, o dicho de otro modo, en reducir la brecha entre pobres y ricos. Baste mirar este gráfico para observar que cerca del 5% de la población suiza es millonaria, mientras que el 25% no declara ningún patrimonio en su declaración fiscal.
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Si bien, de nuevo hoy se rechazó esta opción para reducir la concentración de la riqueza en pocas manos en Suiza, el tema seguirá dando tela de dónde cortar a los grupos de izquierda, y a aquellos que apoyan mayor equilibrio monetario, como es el caso de Daniel Meili, que ha dicho tras conocer los resultados de hoy, que al menos él y sus familiares «han podido contribuir a reforzar el debate sobre la disparidad en la repartición de los haberes», y que seguirán haciendolo.
con información y datos gráficos de Armando Mombelli
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Herencias millonarias en la mira de la izquierda
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Para redistribuir la riqueza y garantizar la financiación del seguro de vejez, la izquierda propone un nuevo impuesto sobre las herencias de más de 2 millones de francos. Los suizos votan el 14 de junio esta iniciativa
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Dada la buena evolución de la economía suiza, en el extranjero puede sorprender que la mayoría de los cantones helvéticos presenten graves déficits públicos. Un problema que, según algunos, se debe en gran parte a las bajas tasas impositivas para seducir a los contribuyentes ricos.
Hace unos años, Schwyz se anotó un triunfo, cuando Roger Federer dejó su Basilea natal para establecerse en este cantón de la Suiza central y beneficiarse de las bajas tasas tributarias. El pasado fin de semana, sin embargo, los ciudadanos de Schwyz tomaron una decisión histórica y asumieron el riesgo de que el tenista haga las maletas: aumentar los impuestos a los residentes más adinerados de la región. ¿Esta votación anuncia el fin de la polémica competencia fiscal entre cantones?
Algunos creen que el sistema tiene aún mucho futuro por delante. Los cantones y los partidarios de la competitividad fiscal consideran que es una mera cuestión de ajustar los impuestos cantonales. “La estrategia elegida no ha sido de ninguna manera un fracaso”, sostiene Peter Hegglin, director de Finanzas del cantón Zug y presidente de la Conferencia de Directores Cantonales de Finanzas (CDF).
Pero quizás algunos cantones se han pasado de rosca. “Nuestra política de bajar los impuestos a los más ricos ha sido excesiva en los últimos años. Ahora hay que aumentar los cargas tributarias”, reconocía Peter Hegglin, en abril pasado, en una entrevista con swissinof.ch.
Para quienes critican esta práctica, entre ellos el Partido Socialista, la situación es muy grave y debe cambiar radicalmente. Las cifras hablan por sí solas: de los 20 cantones que han hecho públicos sus presupuestos para 2015, 14 presentan déficit.
La pesadilla de las arcas cantonales
Veinte de los 26 cantones han dado a conocer sus presupuestos para 2015 y 14 de ellos prevén un déficit, según la Agencia Telegráfica Suiza. Zúrich registra el mayor agujero en las arcas públicas (-191 millones de francos), delante de Zug (-139 millones), el Tesino (-112 millones) y Solothurn (-74 millones). Solo Berna (+119), Vaud (+26 millones), el Valais (+25 millones), Uri (+7 millones), Argovia (12 millones) y Ginebra (+1 millón) prevén cifras negras para 2015.
De los cantones con déficit, Solothurn, Schwyz, Schaffhausen y Appenzell Rodas Exteriores contemplan subir los impuestos. Los otros confían en reducir el gasto público, echar mano de las reservas o endeudarse.
Obwald va a introducir un gravamen temporal (de 15 a 20 años) para financiar un sistema de protección contra las inundaciones. Lucerna aumentó los impuestos el año pasado y es uno de los cantones que aún no han anunciado su presupuesto para 2015.
Este año, Schwyz anunció un déficit récord de 237 millones de francos, 140 millones más de lo que estimaba hace un año. El cantón prevé un déficit anual de 200 millones de francos de aquí a 2018 si la situación no cambia.
Por esta razón, el Parlamento cantonal ha decidido subir los impuestos sobre la renta, el patrimonio y los dividendos para recaudar 66 millones de francos adicionales en 2015. Esta medida afectará principalmente a los ciudadanos más solventes. El referéndum que ha presentado la Asociación de Propietarios de Inmuebles de Schwyz (HEV) contra esta decisión cuenta con el respaldo de la Unión Democrática del Centro (UDC, derecha conservadora). El domingo pasado, sin embargo, los ciudadanos rechazaron el proyecto, por lo que queda aprobada la subida de impuestos y el saneamiento de las arcas cantonales.
¿Qué solución?
“La diferencia entre las recaudaciones y los gastos ha aumentado muy rápido, y ahora nos vemos en una situación económica catastrófica”, explica la socialista Karin Schwiter, miembro del Legislativo de Schwyz. “Es la prueba de que la fórmula de bajar los impuestos para atraer a más ricos no funciona”. Con la llegada de residentes adinerados también ha subido el precio de las viviendas. Y el gasto per cápita en servicios públicos figura entre los más bajos en Suiza.
“Antes se decía que todos se iban a beneficiar con la llegada de los ricos”, dice. Hoy, la gente está harta de tener que pagar en lugar de los más pudientes. Los ciudadanos de Schwyz han recuperado algunos de los privilegios que habían otorgado a esta categoría de personas”.
El cantón analiza, además, otros aumentos de impuestos que afectarán a la totalidad del cantón y no solo a los ciudadanos más solventes. Estas medidas pueden aportar cerca de 100 millones de francos adicionales a las arcas públicas, pero no van a solucionar del todo el problema. El déficit anual se mantendrá previsiblemente en 39 millones de francos.
Kaspar Michel, titular de Finanzas del cantón, estima que ese agujero presupuestario se debe, sobre todo, a que los ingresos fiscales han sido más modestos de lo previsto. “Hemos recaudado decenas de millones de francos menos”, declaró al ‘Neue Luzerner Zeitung’. Además, los cantones han tenido que costear un mayor número de servicios, como los hospitales. Y el Banco Nacional Suizo ha reducido los dividendos que reparte cada año a los cantones.
Kaspar Michel señala otro problema: el aumento de las sumas que el cantón de Schwyz aporta a la perecuación cantonal, el sistema que obliga a los cantones más solventes a financiar a los que disponen de menos recursos económicos.
En el marco de la perecuación financiera, el cantón de Schwyz desembolsó 118 millones de francos en 2008. Esta suma pasó a 147 millones en 2014 y será de 162 millones en 2015. Lógicamente, los cantones que más dinero aportan al sistema son mucho más críticos que los que se benefician de él… Pero el principal culpable es Schwyz, que calculó mal la suma que debía aportar a la perecuación. “Y no es el único que subestimó la cantidades que le tocaba pagar”, según declaró al ‘Tages Anzeiger’ Gérard Wettstein, responsable en materia de perecuación de la Administración Federal de Finanzas.
Un sistema que funciona
Varios cantones han caído, pues, en una trampa peligrosa, que se señaló claramente en 2008, cuando se modificó el sistema de perecuación financiera. El nuevo sistema contempla la base imponible de los cantones, es decir, su potencial de recaudación, y no las recaudaciones reales. Al gravar a los contribuyentes más solventes con tipos inferiores a esta base potencial, varios cantones se han visto en una situación financiera crítica, ya que la diferencia entre los ingresos fiscales y la suma que deben aportan a la perecuación se ha acentuado profundamente.
“Es una señal muy clara de que el sistema funciona”, explica Marco Salvi, del laboratorio de ideas liberal Avenir Suisse. “La perecuación se creó para compensar las diferencias de ingresos y redistribuir la riqueza entre los cantones”.
Pero la reforma del sistema de perecuación financiera no ha logrado acallar las críticas sobre la tributación y las desigualdades en Suiza. El 30 de noviembre, los suizos votan una iniciativa que propone abolir el trato fiscal preferente a los extranjeros acaudalados que residen en el país. Si se aprueba la propuesta y los directamente afectados deciden abandonar Suiza, los cantones tendrán que devanarse los sesos para hacer cuadrar las cuentas.
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