Para Túnez, «no es cuestión de dinero, sino de dignidad»
La restitución a Túnez de los fondos congelados en Suiza al clan Ben Ali podría producirse en breve. Para Túnez, recuperar la posesión de los bienes robados al país es importante. Pero es aún más importante desvelar el imperio creado por el ex dictador y su entorno financiero y recuperar la dignidad.
“Ben Ali robó. Pero Suiza no es también un poco criminal? ¿No es culpable de recibir bienes robados?” Es el sentimiento expresado por un participante y compartido por muchos tunecinos que asistieron la víspera al taller convocado por Alliance Sud y otras ONG locales, en el marco del Foro Social Mundial que se celebra en Túnez.
Irrita también la supuesta lentitud de las autoridades judiciales en Suiza. En el país que encendió la chispa de la Primavera Árabe, se tiene la impresión de que el procedimiento para recuperar la posesión de los fondos depositados en bancos suizos por el ex dictador y su séquito es demasiado largo.
“Para nosotros no es una cuestión de dinero, sino de recuperación de dignidad”, dice Sami Remadi, presidente de la Asociación Tunecina para la Transparencia Financiera (ATTF) y miembro de la comisión que investigó la corrupción. Cerca de 60 millones de francos suizos están congelados en Suiza.
Rápida restitución
“Tenemos buenas razones para creer que seremos capaz de proceder rápidamente con la confiscación de los bienes depositados en Suiza por el clan Ben Ali”, intenta tranquilizar al embajador suizo en Túnez, Pierre Combernous, consciente de la “enorme frustración” que causa el asunto. Sin embargo, como Estado de derecho, Suiza debe respetar los términos del procedimiento, agrega.
La Confederación reaccionó rápidamente y fue el primer país en congelar los fondos de Ben Ali, apenas cuatro días después de su fuga. Berna no se contentó con observar. “En el inicio, las nuevas autoridades de Túnez tuvieron dificultades para manejar ese problema. Por iniciativa nuestra, un ex magistrado suizo acudió a Túnez para ayudar a escribir cartas rogatorias”, explica Combernous.
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“Existe voluntad política”
Una manera de agilizar el asunto sería que el Ministerio Público de la Confederación invirtiera los términos con respecto a las pruebas, como ocurrió, por ejemplo, en el caso de los fondos del ex dictador nigeriano Sani Abacha. Es decir, los titulares de los fondos bloqueados en Suiza deben demostrar el origen lícito de sus bienes en lugar de que el Estado tunecino demuestre la apropiación ilegal de los mismos.
“En Suiza existe una real voluntad política, al más alto nivel, para avanzar en este tema”, subraya el embajador.
Contrariamente a lo ocurrido en Haití, Combernous no ve la necesidad de elaborar una ley ad hoc para devolver los fondos a Túnez. Las normas específicas para Haití facilitan la restitución de los fondos cuando el país solicitante se encuentra en situación de desastre. “Aunque el Estado tunecino tiene problemas, de ninguna manera se puede comparar con Haití”, dice el embajador suizo y precisa que una nueva ley solamente retrasaría el proceso.
Buena cooperación
Sami Remadi se dice muy satisfecho con lo hecho hasta ahora desde Suiza. “Las promesas se mantuvieron”, observa. “Nos complace especialmente que el Ministerio Público de la Confederación decidiera abrir un procedimiento independiente [Nota del editor: Una investigación penal por presunto lavado de dinero y participación y apoyo de organizaciones criminales contra personas cercanas a los antiguos dirigentes en Túnez]. »
No puede decirse lo mismo de otros países, subraya este médico que ha practicado durante diez años en Ginebra. Gran Bretaña y los Emiratos Árabes Unidos prácticamente no han cooperado. En Francia solamente un juez y un agente de policía se ocupan del expediente y París “se limitó a hacer una lista de las propiedades adquiridas por el clan en el país”. La cooperación con Alemania es insuficiente. Las experiencias han sido más positivas con Bélgica y Líbano. El país de los cedros devolverá próximamente los fondos congelados.
Con Suiza, sin embargo, existen áreas problemáticas. La Autoridad Federal de Vigilancia de los Mercados Financieros (FINMA) ha examinado solamente veinte de las instituciones financieras, señalando irregularidades en cuatro de ellas, según el informe publicado en noviembre de 2011. Para Remadi, es posible que los fondos ilícitos de origen tunecino se encuentren en otros bancos.
¿Una gota en el océano?
Según el presidente del ATTF, los bienes “suizos” del clan Ben Ali, de hecho, son mucho más consistentes. “Hemos podido establecer que la fortuna acumulada por Ben Ali y su entorno suma alrededor de 17 mil millones de dólares. ¿Dónde está todo ese dinero? En Túnez no lo encontramos, así que no intenten decirme que en Suiza hay solamente 60 millones”, dice Remadi.
El Embajador suizo Pierre Combernous observa, por su parte, que los fondos han sido congelados con base en la lista de nombres presentada por Túnez. “Hemos pedido a las autoridades tunecinas completar esta lista”, puntualiza.
El problema es la falta de evidencia: “Todo lo que tenemos es lo que la comisión nacional para la lucha contra la corrupción encontró en el palacio presidencial. La carta rogatoria se basa en esos documentos”, indica Remadi. En particular, se sabe poco o nada sobre la red de sociedades offshore creadas por el clan Ben Ali. En la lista presentada a las autoridades suizas figura una solamente. “La evidencia se encuentra principalmente en Suiza y lo que pedimos a la Confederación es que nos dé un apoyo adicional a fin esclarecer toda esta red financiera”.
“Más que a la ayuda al desarrollo suministrada por Suiza, Túnez concederá mucha importancia a la revelación de las cuentas y sociedades extraterritoriales de la familia de Ben Ali”, concluye Remadi. “Cuando el asunto quedé concluido, podremos decir al pueblo tunecino: ‘esto es lo que Suiza ha hecho por nosotros’. Y así es como la amistad entre los dos países será reforzada”.
Traducción, Marcela Águila Rubín
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