“Renunciar a los acuerdos bilaterales sería una calamidad”
Mantener la buena salud de la economía suiza es una de las prioridades del Partido Demócrata Cristiano (PDC) para la próxima legislatura. Para conseguir este objetivo es esencial salvaguardar las relaciones bilaterales con la Unión Europea. Entrevista con el presidente del PDC, Christophe Darbellay.
Para conquistar a los electores, el Partido Demócrata Cristiano (PDC, centro derecha) se propone aunar esfuerzos para defender a la familia, uno de los temas predilectos de la formación.
swissinfo.ch: Si tuviera que quedarse con dos grandes prioridades de su partido para la próxima legislatura, ¿cuáles serían?
Esta entrevista se realizó en el mes de marzo.
Christophe Darbellay: Es preciso hacer todo lo posible para mantener la buena salud de la economía suiza. El otro punto crucial es la reforma de nuestras instituciones sociales y especialmente del seguro de vejez (AVS). Creo que ese será uno de los principales temas de la próxima legislatura y hoy se puede sentir ya la tensión entre los partidos.
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El Partido Demócrata Cristiano y la Quinta Suiza
swissinfo.ch: La decisión del pueblo suizo de limitar la inmigración crea incertidumbre con la Unión Europea (UE) y podría ser una amenaza para los acuerdos bilaterales. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el PDC para salvar esos acuerdos?
C. D.: Salvar los acuerdos bilaterales constituye una prioridad. La UE es nuestro principal socio comercial, nuestro principal proveedor y lo será durante mucho tiempo. No me imagino a Suiza renunciando a estos acuerdos; sería una calamidad para la economía. Pero hay que respetar también la voluntad popular que ha expresado el deseo de reducir algo la inmigración. En una democracia es obligado conformarse a la voluntad popular.
Tenemos que encontrar una manera de conciliar estos dos aspectos. Siempre he mantenido que esto era la cuadratura del círculo, pero estamos condenados a tener éxito. No hay más que tres soluciones: renunciar a los acuerdos bilaterales –lo que me parece impensable–, interpretar la voluntad popular de manera pragmática o renunciar al famoso artículo constitucional 121a ‘Contra la inmigración masiva’Enlace externo. Por nuestra parte, la propuesta consiste en una cláusula de salvaguarda menos limitativa que la inmigración por contingentes, lo cual sería más aceptable para la UE.
El Partido Demócrata Cristiano (PDC) tiene su origen en el movimiento católico conservador del siglo XIX. Durante largo tiempo ha sido el órgano político de los medios católicos.
Opuesto inicialmente a las ideas liberales, el PDC estuvo alejado del gobierno hasta finales del siglo XIX. Pero ante el progreso del socialismo, se produjo un acercamiento al Partido Radical, entonces en el poder. En 1891 entró en el gobierno el primer representante católico.
Durante la mayor parte del siglo XX la política suiza estuvo dominada por el Partido Radical y el Partido Católico-Conservador. En los años 60, este último representaba el 23% del electorado a escala federal.
Sin embargo, la formación, rebautizada con el nombre de Partido Demócrata Cristiano en 1970, ha experimentado desde entonces una lenta pero constante pérdida de votos, especialmente en beneficio de la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora). Relegado al último puesto de los partidos gubernamentales, el PDC perdió en 2003 uno de los dos puestos ministeriales que tenía en el Gobierno. En las últimas elecciones federales de 2011Enlace externo el PDC obtuvo el 12,3% de los votos.
swissinfo.ch: Uno de los grandes temas del momento es la apreciación del franco. ¿Qué medidas propone para contrarrestar los efectos negativos del franco fuerte sobre las exportaciones?
C. D.: Todo el mundo ha discurrido un paquete de medidas y el PDC no es una excepción. Pero la llave principal está en manos del Banco Nacional. Creo que no hay otras muchas posibilidades.
En lo que corresponde a los partidos políticos, es necesario concentrarse en las condiciones marco que hacen que este país cree empleo y lo conserve. Hay que seguir trabajando en nuestras fortalezas y tratar de disminuir o eliminar nuestras debilidades. Me parece la mejor política para que Suiza se mantenga en una buena posición económica.
La fortaleza del franco es consecuencia de una economía sana, del buen trabajo realizado en este país durante los últimos decenios. Ahora estamos viendo las consecuencias de esa buena política, pero es necesario no conformarse. Hay que continuar defendiendo la independencia del Banco Nacional y reconocer que también hay ventajas en tener un franco fuerte, por ejemplo para el consumidor. Estas ventajas en términos de precios deben repercutir lo más directamente posible sobre los consumidores para que alguien al menos se beneficie de esta situación, que es preocupante para ciertos sectores de la economía.
swissinfo.ch: Durante estos últimos años el Islam se ha convertido en un tema de debate recurrente. ¿Qué lugar debe ocupar esta religión en Suiza?
C. D.: Es una situación difícil porque por medio está la religión, la creencia de cada cual, la garantía constitucional de libertad de culto y de enseñanza a la que todos estamos tan apegados. Hay que seguir respetando esos derechos fundamentales y constitucionales.
Dicho esto, cuando la religión se alía con las intenciones más bajas del ser humano, con el terror, con la determinación criminal a través de la religión, hay que ser extremadamente prudente. Conviene distinguir con claridad la cuestión de la creencia, la libertad de credo individual, pero al mismo tiempo ser mucho menos ingenuo y mucho más contundente en la lucha contra el ascenso de los extremistas.
swissinfo.ch: El PDC suele definirse a menudo como el “partido de la familia”. Concretamente, ¿qué han hecho ustedes por la familia a lo largo de la legislatura pasada?
C. D.: Los avances son principalmente los que esperamos de nuestra iniciativa popularEnlace externo que será sometida a votación probablemente a principios del año próximo. Con ella queremos poner un punto final definitivo a la discriminación de las parejas casadas en materia fiscal y de seguridad social. No es aceptable pagar más impuestos y cobrar menos pensión cuando se está casado. El Tribunal Federal ha reconocido esta injusticia desde hace 30 años, 30 años en los que no se ha hecho nada.
Hay también avances puntuales en la política familiar. Por ejemplo, hemos vuelto a impulsar el programa de creación de guarderías, porque faltan estructuras de acogida en este país.
swissinfo.ch: Usted habla de avances, pero la iniciativa popular de su partido que pedía la eliminación de gravámenes a las ayudas familiares y a la formación fue rechazada de pleno.
C. D.: Nos hemos percatado de que todas las iniciativas en materia de política familiar han corrido la misma suerte. Es una pena, porque en un país con una baja natalidad y el envejecimiento de su población, y partidario de una menor inmigración, habría que invertir en política familiar, sobre todo si se quiere integrar mejor a las mujeres en el mundo profesional, hecho que se ha convertido en una necesidad como consecuencia de la votación para frenar la inmigración.
Hay que intentar volver a poner los cimientos en su lugar, abrir el debate sobre la política familiar y ver con quién sería posible encontrar soluciones. Creo que la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora) mantiene una visión medieval de la política familiar, que el Partido Liberal Radical (PLR, derecha liberal) no tiene ningún interés en el tema y que a los socialistas les gustaría, en la mayor medida posible, confiar sus hijos al cuidado del Estado. Así pues, es difícil; los intereses son muy divergentes y no creo que sea la principal prioridad de los partidos, a excepción del nuestro.
swissinfo.ch: Así que, para encontrar soluciones –en política familiar como en otras materias– su partido está condenado a entenderse con otros…
C. D.: Hoy día, el centro del tablero político está constituido esencialmente por el PDC y el PLR, así como otros partidos menores que se han añadido. Sin embargo, con las mayorías existentes ese centro no ha sido capaz de imponer soluciones en la cámara baja. Ahí reside el problema. Esto quiere decir que hay que trabajar con la UDC –la derecha nacionalista– o con los socialistas. Lo cual nos empuja a hacer concesiones que no son agradables y, a veces, muy difíciles de aceptar.
Traducción: José M. Wolff
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