¿Por qué Palestina quiere adherirse a la ONU?
Ante el estancamiento de las negociaciones con Israel, los palestinos presentan a la ONU una solicitud de membresía, sinónimo de reconocimiento de su nación. Investigador suizo y ex diplomático, Yves Besson analiza el contexto y las posibilidades de esa ofensiva diplomática.
“Vamos al Consejo de Seguridad, a través de una solicitud al secretario general de las Naciones Unidas, para obtener una adhesión como miembro de pleno derecho en la ONU y el reconocimiento de Palestina con las fronteras de 1967”.
El presidente Mahmud Abbas reiteró lo anterior el miércoles (27.07) durante una reunión del Consejo Central de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Ramallah, Cisjordania.
Cauteloso, el líder palestino advirtió también: “Tenemos que ir a las Naciones Unidas sin cometer ni el menor error. No queremos una confrontación con los estadounidenses. La ONU no es una alternativa a las negociaciones de paz con Israel”.
En efecto, la embajadora estadounidense, Rosemary DiCarlo, lo recordó la víspera ante el Consejo de Seguridad de la ONU: “Mi Gobierno siempre ha sido claro: el único lugar donde las cuestiones relativas al estatuto permanente (de Palestina) pueden ser resueltas, incluidas aquellas de las fronteras y el territorio, se encuentra en negociaciones entre las partes, no en un lugar internacional como las Naciones Unidas”.
Tácticas de negociación
La ofensiva diplomática palestina – según los deseos del presidente Abbas -, debería estar acompañada de manifestaciones en los territorios palestinos. “En el período que comienza, queremos una acción masiva, organizada y coordinada en cada lugar. Esta es una oportunidad de alzar la voz y reclamar nuestros derechos”, dijo Mahmud Abbas en Ramallah.
Lo anterior disgustaría a Israel que podría temer que las manifestaciones palestinas en masa se convirtieran en un movimiento de protesta como los de la ‘primavera árabe’. Israel critica también la candidatura de Palestina a la ONU. “Las acciones unilaterales no traerán la paz a la región. Como un ídolo falso, la iniciativa palestina ante las Naciones Unidas podría parecer atractiva para algunos. De hecho, desvía la atención del verdadero camino de la paz (es decir, las negociaciones ndlr), señaló ante el Consejo de Seguridad el embajador israelí ante la ONU, Ron Prosor.
Mahmoud Abbas se pronunció en sentido contrario el pasado fin de semana en Estambul: “Vamos a la ONU porque estamos obligados y no es una acción unilateral. Lo que es unilateral es la colonización israelí”.
Ex director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) y ex embajador suizo, Yves Besson resume la estrategia palestina: “Mientras no haya una oferta que corresponda a sus deseos, la Autoridad Palestina hará todo lo posible para demostrar que los bloqueos vienen de parte de Israel».
De acuerdo con el ex diplomático, los palestinos siguen dispuestos a negociar. Y ello, con base en los parámetros presentados por Barack Obama en mayo pasado.
“Seguimos en el esquema de la hoja de ruta establecida tras los acuerdos de Oslo, las propuestas de Bill Clinton, entonces presidente, retomadas por la Iniciativa de Ginebra patrocinada por la diplomacia suiza».
Berna, que apoya ese marco, no se ha pronunciado todavía sobre la candidatura de Palestina ante la ONU. «Todavía no está claro si la declaración de esta demanda de adhesión será presentada o no. LLegado el momento, el Consejo Federal (Gobierno) examinará el asunto», precisó a swissinfo.ch el Ministerio suizo de Exteriores (DFAE).
Con base en un reciente encuentro con un alto funcionario del DFAE, el embajador palestino ante la ONU en Ginebra, dijo a swissinfo.ch que Suiza espera el proyecto de resolución palestina antes de pronunciarse. Un texto que será objeto de una reunión palestina el 4 de agosto próximo en Doha con expertos de la Liga Árabe.
El impacto de la ‘primavera árabe’
Para explicar la ofensiva diplomática palestina, Yves Besson recuerda el contexto de alta volatilidad en el Cercano Oriente: “Los levantamientos populares en el mundo árabe han cambiado la situación para el pueblo palestino. La Autoridad Palestina y la OLP se encuentran bajo presión.
«Desde que Salam Fayyad es el primer ministro de Mahmud Abbas, la Autoridad Palestina cuenta con el apoyo del Banco Mundial y del gobierno de EE.UU. para construir el embrión de un Estado. Salam Fayyad contó con la ayuda de un estadounidense de alto rango para organizar una policía y una seguridad interna que Israel pudiera aceptar. Eso se hizo, pero hoy en día, muchos palestinos acusan a la policía de hacer el trabajo sucio de la ocupación israelí”.
Y eso no es todo: “Con el derrocamiento del presidente egipcio Hosni Mubarak, la Autoridad Palestina (lo mismo que Israel) perdió un apoyo firme para contener a Hamás. Pero los islamistas, que tienen la Franja de Gaza, están también en desventaja desde que comenzaron las protestas en contra de su mentor, el régimen de Damasco. Hamás estaría incluso enojado con Damasco tras las recientes incursiones sirias en el Golán. Por lo tanto, no es sorprendente que Hamás y Fatah se hubieran reconciliado tras la caída de Mubarak y el inicio de la insurrección en Siria. Con la disminución de la influencia de Damasco y El Cairo se ampliaron posibilidades tanto para Hamas como para el Fatah, partido de Mahmud Abbas”.
De acuerdo con Yves Besson, es demasiado pronto para decir si la táctica diplomática de los palestinos permitirá la reanudación de las negociaciones entre israelíes y palestinos. “Sin embargo, los palestinos saben que el tiempo y la demografía trabajan para ellos, con o sin Estado”.
Tras la guerra en Gaza, la resolución 1860 (8 de enero de 2009) pide un inmediato alto al fuego durable y plenamente respetado, que conduzca al retiro de las fuerzas israelíes de Gaza y al acceso a la asistencia humanitaria.
Poco antes del estallido de la guerra en Gaza, la resolución 1850 (16 de diciembre de 2008) establece el compromiso del Consejo a la irreversibilidad de las negociaciones bilaterales y su apoyo al proceso de paz en Annapolis.
Tras la Guerra de Kippur, la resolución 338 (22 de octubre de 1973) pide un alto el fuego y la plena aplicación de la resolución 242.
Tras la Guerra de los Seis Días, la resolución 242 (22 de noviembre de 1967) hace un llamamiento a todas las partes para poner fin a las reivindicaciones territoriales y respetar la soberanía, y a Israel, para retirarse de los territorios ocupados.
Fuente: Informe del Consejo de Seguridad
Traducción, Marcela Águila Rubín
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