Por un mundo mejor… y para seducir al electorado
El próximo viernes (15 de febrero) activistas van a entregar las firmas necesarias para la introducción de un impuesto a la herencia en todo el país. Es la más reciente medida impulsada por la sociedad y la izquierda para reducir la brecha entre ricos y pobres.
Al menos cinco iniciativas en ese sentido ocuparán los titulares de las noticias en los próximos meses. ¿Una tendencia o una coincidencia en la agenda política?
Una coalición de sindicatos y partidos de centro izquierda buscarán en las urnas la imposición de mayores impuestos a los bienes por valor de más de 2 millones de francos transmitidos por herencia. Dos semanas después, la ciudadanía votará sobre una propuesta para frenar los altos salarios en el mundo corporativo.
El 3 de marzo, los votantes tendrán la última palabra sobre la iniciativa altamente controversial del autoproclamado campeón del anti-establishment, el empresario Thomas Minder.
También está pendiente otra propuesta para limitar los salarios de los directivos con base en una relación máxima de 1:12 entre los salarios más altos y los más bajos de una empresa.
Iniciativas independientes están orientadas a suprimir el sistema tributario preferencial para los ricos residentes extranjeros y a introducir de un salario mínimo a nivel nacional.
El calendario para las decisiones en las urnas se establecerá una vez que las propuestas hayan sido discutidas por el gabinete y el Parlamento.
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Tensiones
Ueli Mäder, profesor de Sociología en la Universidad de Basilea, está convencido de que la similitud en los movimientos políticos es mucho más que una simple coincidencia.
“Muestra cómo han empeorado las desigualdades sociales, cuando se trata, por ejemplo, de ingresos y de riqueza disponible”, dice.
A pesar de que el desempleo en Suiza es bajo en comparación con otros países europeos – en la actualidad poco más de 3% -, Mäder anota que la crisis económica inquieta a muchas personas.
El desempleo es también la principal preocupación pública en Suiza, según una encuesta publicada por el Credit Suisse en diciembre pasado.
La frustración crece a medida que la esperanza de cambio no llega. A muchas personas menos afortunadas les disgustan los altos salarios de los directivos. Mäder considera que hay preocupación por posibles tensiones sociales.
“Esto puede conducir a actitudes más egoístas, pero el enojo también hace a las personas más susceptibles a las ideas populistas. Ahí está el real peligro“.
Dice que hay temor entre los sectores de la población acomodada de que peligre la paz laboral y la cohesión social pueda resultar insuficiente.
Inquieta en particular que la generación joven se desanime si unos pocos privilegiados acceden a posiciones altas, con salarios elevados y sin hacer un esfuerzo especial.
La justicia económica, dice Mäder, se trata de crear un equilibrio social.
“Una sociedad justa y equitativa es una sociedad en la que tantas personas como sea posible viven en buenas condiciones”.
Un número récord de iniciativas fue entregado el año pasado. Un total de 13 propuestas obtuvo el número necesario de firmas para su votación en todo el país.
Lo anterior es más del doble que la cifra media de los últimos veinte años.
Sin embargo, 2012 también marcó el fracaso de un récord de diez iniciativas que no lograron reunir al menos 100.000 firmas en 18 meses.
Las campañas para al menos 16 otras propuestas están vigentes en este momento.
Un total de 412 iniciativas han sido lanzadas en la historia de Suiza, 182 han sido votadas en todo el país hasta febrero de 2013. Solamente 19 de ellas obtuvieron la mayoría en las urnas, de acuerdo con cifras de la Cancillería Federal.
Reacción
Para el politólogo Georg Lutz, de la Universidad de Lausana, las iniciativas no solamente son una reacción lógica tras años de neoliberalismo y de la ampliación de las diferencias sociales. Observa igualmente bien conocidos mecanismos políticos.
“Las iniciativas son un intento de reducir la brecha cada vez mayor entre los pobres y los ricos”, dice. Sin embargo, “al mismo tiempo, la izquierda trata de sacar provecho del resentimiento de la población”.
Desde que fue lanzada al exterior del tradicional espectro político de la izquierda, la propuesta de reducir los salarios de directivos al impulsar los derechos de los accionistas no es solamente el intento más inusual, sino que también tiene buenas posibilidades de ser aceptado por los votantes, según Lutz.
Una encuesta reciente de la Sociedad Suiza de Radiodifusión encontró una mayoría de dos a uno en pro de la iniciativa conocida como “la del pez gordo”.
En cuanto a la mayoría de las iniciativas que no tienen éxito en las urnas, Lutz destaca dos elementos aparentemente complementarios.
“Ayudan a abrir un amplio debate sobre un tema y al mismo tiempo, llaman la atención del público sobre las actividades de un grupo político”, dice.
En una medida insólita, sin el apoyo de partidos políticos u otras organizaciones, activistas buscan el apoyo público para llevar a las urnas una iniciativa que busca la introducción de un ingreso de 2.500 francos para todas las personas que viven en Suiza.
Considerado como una utopía, el texto de la propuesta difícilmente lograría una mayoría. Empero, sus partidarios afirman que han reunido 70.000 firmas, cuando todavía disponen de nueves meses para recolectar signaturas.
Traducción, Marcela Águila Rubín
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