¿Qué sucede si se levanta el bloqueo del Mar Negro?
Las negociaciones lideradas por Naciones Unidas y Turquía con Moscú y Kiev para permitir la reanudación de las exportaciones de grano ucraniano en el Mar Negro avanzan. No obstante, incluso si se firma un acuerdo, su impacto para aliviar la crisis alimentaria podría tardar meses.
«En un mundo oscurecido por las crisis globales, hoy, por fin, tenemos un rayo de esperanza», declaró el 13 de julio el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. La esperanza -para «aliviar el hambre en todo el mundo»- surgió de una ronda de negociaciones entre funcionarios rusos, ucranianos, turcos y de la ONU para desbloquear las exportaciones de alimentos a través del Mar Negro.
La ONU llevaba semanas trabajando discretamente para encontrar una forma de exportar con seguridad las 22 millones de toneladas de grano atrapadas en los silos y puertos ucranianos, suficientes para cubrir el consumo anual de las economías menos desarrolladas del mundo, según The EconomistEnlace externo. Guterres señaló que se había alcanzado un «amplio acuerdo» sobre muchos «aspectos sustantivos» de la operación. No obstante, subrayó que era necesario «más trabajo técnico» para llegar a un acuerdo formal.
El ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, se mostró aún más optimista y afirmó que el acuerdo podría firmarse esta semana. Sus comentarios fueron secundados el lunes por el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, quien dijo que también esperaba que se llegara a un acuerdo antes del domingo.
Se desconocen los detalles exactos del acuerdo, pero es probable que abarque cuestiones como el desminado, los escoltas navales y las inspecciones de los cargamentos. Todavía no se conoce la fecha en que las cuatro delegaciones volverán a reunirse.
Hasta ahora, Ankara ha afirmado que garantizará la seguridad de las rutas de exportación, mientras que las partes enfrentadas inspeccionarán conjuntamente los cargamentos antes de que entren en los puertos ucranianos. Se establecería en Turquía un centro de coordinación con Rusia, Ucrania y la ONU.
Sin embargo, los expertos advierten que, incluso si se firmara un acuerdo hoy, es probable que pasen semanas o meses antes de que los países más afectados por la crisis alimentaria mundial sientan el alivio, mientras que el propio acuerdo podría resultar frágil.
Crisis alimentaria
Ucrania produce suficiente grano para alimentar a cientos de millones de personas y es un importante exportador de trigo, maíz y aceite de girasol. Antes de la guerra, la mayor parte de las exportaciones de alimentos solían salir de Ucrania en barcos desde los puertos del Mar Negro. Pero las minas ucranianas y los buques de guerra rusos han cerrado las rutas marítimas de exportación.
«No abrir esos puertos en la región de Odesa será una declaración de guerra a la seguridad alimentaria mundial. Y provocará hambrunas, desestabilización y migraciones masivas en todo el mundo», advirtió en mayoEnlace externo el jefe del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, David Beasley, al Consejo de Seguridad de la ONU.
El bloqueo del Mar Negro se suma a una crisis alimentaria mundial alimentada por las interrupciones de la COVID-19 y el cambio climático. El escaso suministro de grano ucraniano y los altos precios de los alimentos han sido una mala noticia para los países de África y Oriente Medio que dependen en gran medida de las importaciones de alimentos de Ucrania. El Cuerno de África, que se enfrenta a su cuarta temporada de falta de lluvias consecutiva, se ha visto especialmente afectado. Las agencias de la ONU han advertido que en Somalia, que solía importar todo su trigo de Ucrania y Rusia, cientos de miles de personas corren el riesgo de sufrir una hambruna.
Se necesita urgentemente un acuerdo que permita a Ucrania reanudar sus exportaciones de grano. La temporada de cosecha comienza en julio, pero los almacenes siguen llenos de grano del invierno pasado. Se teme que este grano se pudra. Además, si los agricultores no pueden vender sus cosechasEnlace externo, es posible que no puedan permitirse sembrar o cosechar en el futuro. El martes, el ministro de Agricultura ucraniano, en declaraciones al Financial TimesEnlace externo, advirtió que los agricultores plantarán dos tercios menos este año a menos que se llegue a un acuerdo. Esa reducción amenazaría la futura producción mundial de alimentos, ya que el trigo ucraniano representa el 10%Enlace externo de todas las exportaciones. Los expertos en seguridad alimentaria temen que una cosecha fallidaEnlace externo en Ucrania el próximo año pueda convertir la actual crisis de los precios de los alimentos en una crisis de disponibilidad de los mismos en los países de ingresos menores.
Los responsables de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Grupo del Banco Mundial (GBM), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) emitieron la semana pasada una declaración conjuntaEnlace externo en la que exigían que se tomen medidas urgentes ahora, pero también reformas a largo plazo para hacer frente a la crisis alimentaria mundial. Las recomendaciones incluyen el impulso de la producción de alimentos en todo el mundo y la inversión en una agricultura resistente al clima.
Un acuerdo, ¿y luego qué?
No obstante, alcanzar un acuerdo esta semana no significaría que las exportaciones de grano se reanuden inmediatamente. El sector marítimo debe reorganizarse y el Mar Negro debe desmineralizarse.
«Los barcos que surcan los mares no están todos a la entrada del Bósforo y los Dardanelos esperando a que Ucrania se abra», expresa Florence Schurch, secretaria general de la Asociación Suiza de Comercio y Navegación (STSA). «Siguen trabajando, las empresas comerciales siguen enviando sus barcos a diestro y siniestro. El comercio internacional continúa».
Schurch afirma que, incluso si se llegara a un acuerdo tan pronto como esta semana, el sector naviero tardaría meses en reorganizarse y en que los primeros buques entraran en el Mar Negro.
«Además, los puertos y las rutas marítimas tienen que estar limpios de minas, los comerciantes tienen que tener la garantía de que sus capitanes y tripulación están a salvo, y las aseguradoras tienen que acordar asegurar todos estos barcos y sus cargas a precios no prohibitivos», añade Schurch.
Según Richard Gowan, director de la ONU en el Grupo Internacional de Crisis de Nueva York, la ONU se ha anticipado a estos problemas poniéndose en contacto con «una gama inusualmente amplia de contactos» que incluye a las aseguradoras de barcos. Gowan también señala que Guterres tiene un «conocimiento sorprendentemente detallado de cuestiones como el desminado».
Aun así, la limpieza de minas para abrir un corredor seguro por el que puedan navegar los barcos podría llevar tiempo: de semanas a meses, dependiendo de cuántos barcos de desminado se movilicen y del número de minas que haya en el agua, señala un experto naval a The New York TimesEnlace externo.
El plan de la ONU
«Creo que Turquía quiere que la ONU participe en este proceso, ya que ofrece tanto legitimidad política como experiencia técnica a las discusiones», dice Gowan. «Contar con la ONU crea cierta transparencia adicional, ya que la ONU puede actuar como una especie de ‘árbitro’ neutral sobre los términos de cualquier acuerdo», añade.
La falta de confianza entre Kiev y Moscú ha sido hasta ahora un gran impedimento para alcanzar un acuerdo diplomático. Ucrania no quiere retirar las minas que colocó en los puertos sin garantías de que Rusia no les atacará, mientras que Rusia ha pedido inspeccionar la carga de los barcos que entran en los puertos ucranianos para asegurarse de que no llevan armamento.
Moscú ha exigido por su parte que se levanten las sanciones a Rusia si se llega a un acuerdo, a lo que se oponen los países occidentales. El acuerdo liderado por la ONU y Turquía podría incluir medidas de apoyo a las exportaciones rusas de fertilizantes y cereales. El grano ruso no está sometido a sanciones, pero muchos comerciantes y bancos se han abstenido de negociar con Rusia por temor a exponerse a multas.
Schurch confirma que los comerciantes de cereales han dejado de trabajar con Rusia. Según ella, las sanciones de la Unión Europea, adoptadas por Suiza, son demasiado ambiguas. Pide a Bruselas y Berna que aclaren su posición para que los comerciantes puedan trabajar sin riesgo.
Según Gowan, si se llega a un acuerdo, podría seguir siendo cuestionado en el futuro. Señala el mecanismo transfronterizo de la ONU que permite a los convoyes humanitarios entrar en las zonas de Siria controladas por los rebeldes desde Turquía. A principios de este mes, Rusia amenazó con poner fin al mecanismo vetando una prórroga de 12 meses de su mandato antes de aceptar finalmente una prórroga de 6 meses, lo que dificultará la planificación de las entregas de ayuda.
«Estoy seguro de que, aunque se cree un mecanismo de exportación de grano del Mar Negro, Rusia cuestionará con frecuencia su gestión y amenazará con cortarlo. Los rusos saben cómo jugar con la ayuda humanitaria», afirma Gowan.
Si todo falla
Si el actual proceso de negociación fracasa, Gowan sospecha que Estados Unidos, el Reino Unido y Francia plantearán la cuestión en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde los tres países son miembros permanentes junto con Rusia y China.
Según él, los tres países podrían presentar una resolución exigiendo que Rusia permita la reanudación de las exportaciones de grano desde los puertos del Mar Negro, que Moscú vetaría con toda probabilidad. En ese caso, Rusia tendría que explicar su decisión ante la Asamblea General, en la que, a diferencia del Consejo de Seguridad y sus 15 miembros, todos los Estados miembros tienen un escaño, de acuerdo con una resolución adoptada la primavera pasada que pretende aumentar la responsabilidad de los miembros permanentes que utilizan su derecho de veto.
«Los diplomáticos occidentales querrán hacer que los rusos expliquen a los países africanos y árabes por qué Moscú les corta los alimentos», afirma Gowan.
Visualización de los datos: Pauline Turuban.
Editado por Virginie Mangin y Imogen Foulkes.
Adaptado del inglés por Carla Wolff
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.