Suiza, entre los países europeos con más cierres de correos
El servicio suizo de correos anunció el miércoles su intención de cerrar 600 oficinas tradicionales para el año 2020, las cuales serán sustituidas parcialmente por agencias gestionadas por terceros. Esa es la tendencia en muchos países europeos desde hace años, pero con diferencias significativas de uno a otro.
En Suiza, la ‘Poste’ es conocida como el “gigante amarillo”. Sin embargo, el amarillo es cada vez menos visible. En los últimos 15 años han sido cerradas más de 1000 oficinas de correos: eran 3 383 en 2000, y 2 222 en 2014, según cifras de la Unión Postal Universal.
Y en muchas localidades, el servicio que ofrecían las ventanillas tradicionales fue transferido a las denominadas agencias postales; es decir, pequeños comercios que ofrecen algunos servicios de correos.
¿La causa de esta transformación? El fuerte descenso en las operaciones de las ventanillas: desde el año 2000, “63% en lo que concierne a las cartas, 42%, en paquetes, y 37% en pagos”, indicó la ‘Poste’ en un comunicadoEnlace externo difundido el miércoles (26.10), en el que anunció el cierre de entre 500 y 600 oficinas tradicionales, de aquí al 2020, que serán sustituidas en gran parte por agencias.
El correo electrónico, la competencia de los operadores privados (el sector de la paquetería fue totalmente liberalizado desde 2004 y la ‘Poste’ ya no tiene el monopolio de las cartas de menos de 50 gramos) y el uso cada vez más frecuente del Internet para efectuar pagos firmaron y – seguirán haciéndolo – la sentencia de muerte de muchas oficinas de correos periféricas, que simplemente ya no eran rentables.
El fenómeno se encuentra prácticamente en toda Europa. Aparte de Alemania, que es un caso un poco particular, entre 2000 y 2014, el número de oficinas de correos ha disminuido globalmente en cerca de 15%. En Suiza, el descenso fue de 34%, lo que coloca al país en la cola o a la cabeza, según la perspectiva que se adopte.
Como se muestra en el siguiente gráfico, la situación es muy diferente de un país a otro.
Mantener una oficina tradicional de correos tiene su costo. “Se trata de una construcción que requiere ciertas medidas de seguridad. Las operaciones en la ventanilla disminuyen, pero los gastos se mantienen”, señala Matthias FingerEnlace externo, profesor de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), especialista en política de infraestructuras y del mercado postal.
En Alemania, donde todas las oficinas tradicionales fueron cerradas y sustituidas por agencias gestionados por terceros, el número de puntos de acceso a los servicios postales casi se ha duplicado al pasar de 13 500 a 25 000. Las agencias postales cuestan mucho menos. No necesitan una infraestructura específica, debido a que se encuentran generalmente en supermercados, estaciones de servicio o lugares similares. Se ahorra en personal y, además, se establecen en lugares a los que acuden los clientes.
“Es muy sencillo: es más barato, y de todas maneras, no nos podemos permitir más. Por otra parte, en una estación de servicio podemos, por ejemplo, proporcionar servicios postales en horarios más amplios que los de las oficinas tradicionales. Y los estudios efectuados en Suiza han demostrado que estas agencias postales satisfacen a la clientela, en particular en lo que se refiere a los horarios”, acota Matthias Finger.
El ejemplo alemán no es el único. Otros dos países – Francia y los Países Bajos – también registraron un aumento de los puntos de acceso, y en ambos casos se apostó a las agencias postales. En Francia se agrega el hecho de que el Estado interviene para apoyar a las oficinas tradicionales. “Por voluntad del Gobierno, la ‘Poste’ francesa ha desarrollado de manera importante los servicios financieros, los cuales ofrecen condiciones muy ventajosas en comparación con los bancos. Oficialmente el apoyo no es presentado como subvenciones a las oficinas de correos, porque la legislación europea lo prohíbe, sino como ayuda al desarrollo rural”, dice Matthias Finger.
Por su parte, Suiza ha emprendido, aunque con mayor timidez, el camino de las agencias postales y “está en retraso en relación con países comparables”, señala el experto de la EPFL.
Observa que países como España e Italia no han comenzado ese proceso, principalmente por razones políticas.
A pesar de la disminución constante en los últimos años, la población suiza cuenta todavía con una densa red de oficinas postales. En 2014, había una oficina (o una agencia postal) por 3 540 habitantes. En Austria, país comparable a Suiza por su topografía, la proporción es de 1 por 4 582. Y solamente algunos países, incluida Alemania, tienen una cobertura más amplia.
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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