El frenazo independentista no arregla nada
El presidente catalán, Carles Puigdemont, ha proclamado la independencia de Cataluña ante el Parlament, para acto seguido suspenderlos y apelar al diálogo con Madrid. La prensa suiza considera que esta temporización es lógica, teniendo en cuenta las consecuencias negativas que podría tener. Pero, la situación no está arreglada.
Tanto Madrid como Bruselas habían advertido de que la puesta en marcha de la independencia de Cataluña podía tener consecuencias graves, políticas y económicas. Los comentaristas en la prensa suiza no se muestran, por tanto, sorprendidos de que el presidente Puigdemont no se haya atrevido aún a cruzar el Rubicón.
Evitar la prisión
En su editorial conjunto, el ‘Tages-Anzeiger’ y ‘Der Bund’ escriben: “El presidente regional catalán Carles Puigdemont ha resistido a la tentación de pasar a la historia mundial. Cosa que habría ocurrido de haber declarado oficialmente la independencia de Cataluña anoche en el Parlament. Puigdemont habría tenido que llevarse el cepillo de dientes, porque tras una declaración oficial de independencia hubiera sido detenido y acusado de rebelión. Las consecuencias eran previsibles: la escalada del conflicto con Madrid, el creciente y fanático nacionalismo en ambos lados, las filas cerradas por el lado español, tal vez incluso el Estado de excepción la ley marcial”.
“La fuerte presión que ejercieron la Unión Europea, el Gobierno español y también el pueblo catalán, en el que los independentistas no tienen mayoría, ha tenido evidentemente sus efectos”, agrega el ‘Aargauer Zeitung’.
El diario de Friburgo ‘La Liberté’ recuerda, por su parte, que “la inmensa manifestación de apoyo a la unidad del país ha demostrado la incongruencia que hay en querer basarse en un referéndum considerado ilegal –y aprobado por el 90% sin ningún control neutral– para justificar un derecho intangible a la autodeterminación. Además, las graves consecuencias económicas –las grandes ausentes en el discurso del Puigdemont– de una declaración unilateral de independencia han pesado, no cabe duda, a la hora de elegir las palabras”.
Un navío a la deriva
Los editorialistas coinciden en otro punto. A su juicio, el caso catalán está todo menos arreglado. El ‘Aargauer Zeitung’ lo resume así: “el plan de escisión unilateral solo se ha aplazado. El conflicto está lejos de haber concluido y volverá a la superficie”.
En cambio, las opiniones divergen en lo que se refiere a la actuación de la figura del independentismo Carles Puigdemont. Para ‘La Liberté’, por ejemplo, el presiente catalán ha demostrado cierta habilidad y ha sabido “retroceder un poco para salvar lo esencial”. El diario de Friburgo explica que “en un discurso que pasará a los anales por sus ambigüedades y lo ‘no dicho’, el hombre fuerte de Cataluña quiso tal vez salvar también lo esencial, esto es, la paz civil, especialmente entre los catalanes”.
En su conjunto, los comentaristas se muestran más bien desfavorables a Carles Puigdemont y, más generalmente, a la idea de la independencia de Cataluña. “El independentismo catalán y sus representantes han dado todo de lo que eran capaces: ilusiones, manipulaciones del discurso histórico, pretensiones de ‘diversidad genética’ y de superioridad sobre el resto de una España detestada”, sentencia con severidad el rotativo del Tesino ‘La Regione’.
Y el ‘Neue Zürcher Zeitung’ utiliza una metáfora marina para ilustrar lo que opina de la independencia: “Todo esto recuerda el naufragio del Titanic. Cuando la orquesta ruge en el salón de banquetes y la nueva independencia es celebrada con cava, el champán catalán, los invitados salen corriendo nada más pisar el puente. De ahora en adelante, en Cataluña la consigna será ‘sálvese quien pueda’. Los banqueros y los empresarios son los primeros que se han hecho a la mar y han plantado sus tiendas fuera de Cataluña. Les siguieron los ciudadanos preocupados que formaron largas colas delante de los bancos para tratar llevarse su dinero a un lugar seguro en las vecinas comunidades autónomas de Aragón y Valencia. Carles Puigdemont, el capitán del navío, que parece tan confiado, de repente asusta a la gente. No quiere creer que su navío, llamado ‘Independencia’, ha colisionado contra un iceberg y que se hundirá lentamente, pero con toda seguridad”.
Diálogo indispensable
Los analistas se manifiestan bastante preocupados respecto al futuro. ‘Le Temps’, por ejemplo, anota, que “por poco tiempo aún, los ardores son reversibles, pero el espectáculo que se produjo el martes en Barcelona tiene el sabor y el color del desastre”. Y el diario ginebrino precisa: “Lejos de aceptar la lógica de Madrid, el presidente del Gobierno catalán añade victimismo a su terca determinación: la receta que padece todo nacionalismo que se precie. Al igual que los independentistas catalanes, el Gobierno español no se muestra dispuesto a ceder un ápice. El juego, suponiendo que se trate de un juego, nunca ha sido tan peligroso”.
Más que nunca, por tanto, es necesario el diálogo. “Con su vía separatista unilateral, Cataluña se ha situado fuera de la ley. Con su respuesta estrictamente legalista, el Gobierno español –aferrándose a la Constitución, que no contempla el derecho de secesión– no ha hecho sino crispar una situación delicada, sin proponer una alternativa. Para salir del punto muerto, hay que dar media vuelta y regresar al arte de la política. Corresponde al Gobierno español demostrar la nobleza de dar el primer paso para establecer un diálogo que es indispensable”, recalca la ‘Tribune de Genève’.
Traducción del francés: Belén Couceiro
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