“Tímido estadista”, Burkhalter recibe calificación mixta
La decisión del ministro suizo de Exteriores, Didier Burkhalter, de dimitir a finales de octubre causó sorpresa, incluso entre la prensa suiza. Las evaluaciones de su desempeño están divididas.
“Didier Burkhalter, el diplomático solitario”, anota el ‘Neue Zürcher Zeitung’ este jueves, un día después de que el ministro anunciara su renuncia. “Es como si este aficionado al fútbol jugara en dos ligas al mismo tiempo. En la Primera Liga, era el diplomático estrella, aplaudido por su presidencia de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en 2014 y que la prensa imaginó como posible sucesor de Ban Ki-moon en las Naciones Unidas”.
Luego estaba el jugador de Segunda División, que “sufrió la guerra de trincheras en el Gobierno, los repetidos disparos de la prensa y la oposición de su propio partido”, agrega el diario.
Burkhalter, de 57 años, anunció el miércoles (14.06) que abandonará su puesto a finales de octubre, ya que es hora de “escribir una nueva página en su vida”. Desestimó la especulación de que estaba decepcionado con el Gobierno o frustrado por las crecientes críticas en el Parlamento sobre el manejo de las relaciones suizas con la Unión Europea (UE).
Factores europeos
Muchos artículos señalan, sin embargo, que las complicadas relaciones de Suiza con la UE son una razón clave de su partida.
“A pesar de su eterno optimismo, fue el único en creer en un acuerdo institucional [con la UE]”, indica el ‘Aargauer Zeitung’. “Se va sin haber podido explicar al público en general la necesidad de ese acuerdo”.
El máximo diplomático estaba dispuesto a colocar los vínculos con la UE en una nueva vía mediante relaciones formalizadas con base en los numerosos acuerdos económicos bilaterales. Sin embargo, la idea tropezó con la oposición de los críticos, especialmente de la derecha.
La salida súbita de una dependencia no es una manera muy suiza de hacer las cosas, comenta el diario de expresión francesa ‘Le Temps’, pero concede que la decisión de Burkhalter es una manera de liberarse de esa “piedra alrededor de su cuello que se había vuelto pesada y frustrante”.
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Didier Burkhalter: «No lamento nada»
‘Le Temps’ agrega que Burkhalter “nunca logró superar” el resultado del escrutinio del 9 de febrero de 2014 contra la inmigración. Las relaciones con Bruselas sufrieron un grave revés cuando el 50,3% de los votantes aprobó las restricciones a la inmigración, bloqueando temporalmente las negociaciones sobre una serie de acuerdos bilaterales.
‘Señor Normal’
En otros temas, como la defensa de la llamada Ginebra Internacional, Burkhalter tuvo más éxito, como coincide en general la prensa.
“No solamente Ginebra redescubrió su atractivo como base para negociar temas globales candentes, sino que Burkhalter se aseguró también de que las autoridades federales apoyaran específicamente proyectos importantes como la costosa renovación del edificio del Palacio de las Naciones”, escribe la ‘Tribune de Genève’.
Un elogio que comparten ‘L’Express’ y ‘L’Impartial’, de la ciudad natal de Burkhalter, Neuchâtel. Precisan que como miembro del Gobierno desde 2009, Burkhalter siempre ha preferido el “juego de equipo a un funcionamiento audaz en solitario bajo la lente de las cámaras”.
El diario ‘La Liberté’, de Friburgo, también evoca con beneplácito su enfoque colegial de la política y recuerda su constante deseo de mantenerse como un ‘señor normal’.
“Esta normalidad muy suiza fue su fuerza y su debilidad”, asienta el periódico.
En 2014, tuit de Burkhalter en espera el tren para dirigirse a sus labores en Berna desde la estación de Neuchâtel, al igual que cualquier otro trabajador.
Interesting photo of the President of the Swiss Confederation Didier Burkhalter waiting to take a train to work. pic.twitter.com/5EoEsUKzyjEnlace externo
— Capital in the Morn (@984inthemorning) September 10, 2014Enlace externo
¿Didier qué?
Otros artículos son más mordaces con el político del Partido Liberal Radical, de centro derecha.
“¿Didier qué?”, escribe el tabloide ‘Blick’. “Incluso después de años, Burkhalter no parecía haber asumido realmente su papel … internacionalmente hizo un buen trabajo, pero no logró explicar en Suiza su política exterior. Fue marginado en el Gobierno cuando luchaba en favor de un acuerdo institucional con la UE que nadie quería”.
El ‘Basler Zeitung’ lo describe como un “estadista tímido”.
“Ha estado en la política durante 30 años … pero no le gusta luchar por una causa y no le gusta explicar las mismas cosas 100 veces”, escribe ‘Der Bund’ de Berna.
La ‘Tribune de Geneve’ se hace eco: “Didier Burkhalter gobernaba con energía, clase y honestidad, pero sin gran carisma o estatura ni argumentos convincentes”.
Próximos pasos
Burkhalter dejará su puesto de ministro de Exteriores a finales de octubre. El Parlamento deberá elegir a su sucesor en el seno del Gobierno multipartidista, en septiembre. De acuerdo con una regla suiza no escrita, su reemplazante debería ser de habla francesa o italiana para asegurar una representación equitativa entre las regiones lingüísticas en el Gobierno (de siete ministros).
Se estima que su partido, el Liberal Radical, podrá mantener sus dos puestos al lado de los miembros del Partido Socialista (izquierda/dos), de la Unión Democrática Suiza (UDC/derecha conservadora/dos) y del Partido Demócrata Cristiano (centro/uno). Sin embargo, los observadores no excluyen una reorganización de las carteras del Gobierno.
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