«La corrupción fue la gota que colmó el vaso»
El Partido Popular lo va a tener muy difícil si no se atreve a hacer un ejercicio de autocrítica interna, opina el historiador Sébastien Farré, director de la ‘Maison de l’Histoire’ en la Universidad de Ginebra y especialista de la historia contemporánea de España. En entrevista con swissinfo.ch sostiene que la corrupción ha sido el factor decisivo que hizo caer al gobierno de Mariano Rajoy.
Por otro lado, vaticina que Pedro Sánchez lo va a tener también muy complicado porque tendrá que gobernar con una mayoría muy débil y fragmentada, y que los principales retos van a ser la cuestión territorial y el problema catalán. Preguntado por las relaciones bilaterales entre España y Suiza, contesta que son bastante buenas y que hay alguna posibilidad para que se rebajen un poco las tensiones debidas, principalmente, a las dos políticas catalanas que actualmente residen en Ginebra.
swissinfo: El pasado viernes fue la primera vez en cuarenta años de democracia que en España prosperó una moción de censura. ¿Cómo se explica usted la victoria de Pedro Sánchez?
Sébastien Farré: Se explica por la situación inédita de equilibrio político entre los cuatro principales partidos que perdura desde el comienzo de la legislatura y que refleja el ocaso del bipartidismo en España. Hay que recordar que en la anterior legislatura Pedro Sánchez fue incapaz de formar gobierno y que en las últimas elecciones generales ganó el Partido Popular [PP] de Mariano Rajoy. Esta incertidumbre existe ya desde hace tres años. La sentencia en el caso ‘Gürtel’ ha provocado que la débil mayoría favorable a Rajoy se decantara del lado de Sánchez, permitiendo la victoria a los socialistas. A pesar de ello, fue un resultado inesperado.
swissinfo: Hasta el último momento le pidieron a Rajoy que dimitiera. ¿Por qué cree que no lo hizo?
España vive un momento histórico. La primera moción de censura en tiempos de democracia hizo caer al Partido Popular y el país enfrenta el reto de poner coto a la corrupción, saldar una importante deuda social y resolver las tensiones independentistas. swissinfo.ch ha solicitado el análisis de diferentes expertos sobre el momento actual del país ibérico.
S. F.: Rajoy siempre ha mantenido la misma línea política. Es un político que ha avanzado siempre a pasos de tortuga frente a las situaciones más adversas. Su gran capacidad de aguante le ha permitido seguir adelante. Jamás en su trayectoria política ha dado un paso atrás y nunca ha aceptado una derrota. Creo que la posibilidad de una dimisión nunca tuvo ningún encaje en su manera de hacer política. Así lo ha demostrado cuando él y otros dirigentes de su partido decían que la victoria de Sánchez se debía a una manipulación o a un golpe de Estado. De esta manera, tanto él como su partido han tratado de retratarse como víctimas en lugar de relacionar la derrota parlamentaria con la situación procesal de su antiguo tesorero.
swissinfo: Esta semana Rajoy anunció su dimisión como presidente del PP. ¿Cree que fue ineludible que diera ese paso?
S. F.: No creo que lo fuera. Desconozco en qué situación personal se encontraba después de tantos años en política, además, con un partido totalmente fracturado que todavía tendrá que afrontar numerosos procesos de corrupción que penden ante la justicia. Seguramente, le resultó más fácil dimitir dejando un balance económico bastante favorable a los ojos de los militantes de su partido. Quizás pensó que después de siete años había terminado su labor y que era mejor dejar el marrón de la corrupción a su sucesor.
swissinfo: Con la dimisión de Rajoy se abre un nuevo escenario. ¿Qué cree que va a pasar?
S. F.: Es difícil preverlo. Pero de lo que estoy bastante seguro es que el PP se encuentra en una situación parecida a la derrota electoral sufrida en marzo de 2004, después de la gestión lamentable que hizo José María Aznar tras producirse los atentados de Atocha. El PP nunca ha aceptado esa derrota. Tampoco hizo ninguna autocrítica. Al contrario, atacó al Partido Socialista [PSOE] de Rodríguez Zapatero, atribuyendo la derrota a un engaño político y a un golpe de Estado mediático. Entonces, el PP se aferró a una política muy agresiva contra el gobierno, haciendo una oposición muy dura. Y lo que veo es que el PP, probablemente, siga en esa misma dirección.
swissinfo: ¿Cree que se va a desatar una lucha interna en el PP?
S. F.: Dentro del PP existe ya desde hace muchos años esa guerra. El PP ha demostrado que sigue siendo un partido muy disciplinado y que puede contar con el respaldo de entre un 20 y un 30 por ciento del electorado. Desde luego va a haber tensiones fuertes hasta que se imponga un nuevo jefe, pero después volverá a la disciplina interna con el objetivo de volver a conquistar el poder. El año que viene habrá elecciones. Por lo tanto, tiene un calendario electoral muy corto por delante y tendrá que ponerse a trabajar para contener el avance de Ciudadanos.
swissinfo: ¿En qué situación se encuentra hoy la derecha española si la comparamos con otros países?
S. F.: La característica de la derecha en España es que durante muchos años ha estado ocupada por un solo partido que aglutinaba todas las sensibilidades. El PP ha aprovechado muy bien esa indefinición política para ocupar todo el espacio de la derecha. Es una situación que dista mucho, por ejemplo, de la de Francia, donde hay un partido de extrema derecha, o de la suiza, donde también hay un partido democristiano. Si bien es cierto que se ha abierto un nuevo escenario con Ciudadanos, también es verdad que las líneas programáticas de las dos formaciones del centro-derecha siguen siendo bastante imprecisas. Por ejemplo, no está claro dónde se ubica Ciudadanos, si está más cerca del centro o de la derecha. Desde que en 2016 negociara con el PSOE para formar gobierno, la formación naranja ha ido adaptando su discurso oficial en función de la situación cambiante del país. Y en el tema catalán ambos partidos del centro-derecha compiten para acaparar el voto españolista.
swissinfo: ¿Es esa indefinición la razón por la cual en España no existe un partido de derecha radical si exceptuamos a Vox, que tiene una relevancia más bien residual?
S. F.: Sí, claramente. El PP ha conseguido absorber todas estas corrientes. Pero también hay otra explicación: y es que en España la cuestión migratoria no forma parte del discurso político. En muy contadas ocasiones se han producido debates parlamentarios sobre la inmigración. Al contrario de lo que sucede, por ejemplo, en Suiza, donde la cuestión migratoria juega un papel fundamental en el posicionamiento de los distintos partidos, o en Francia, donde constituye un eje fundamental del discurso del Frente Nacional. En España, sin embargo, sigue siendo un tabú político al día de hoy.
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«La democracia española necesita más participación ciudadana y más federalismo»
swissinfo: El nuevo Ejecutivo de Sánchez ya está constituido. ¿Qué futuro presagia a este gobierno?
S. F.: En estos momentos es muy difícil preverlo. El panorama ha cambiado mucho. Antes había dos formaciones políticas que competían en el juego parlamentario. Pero ahora hay cuatro partidos en liza, lo que hace que el equilibrio de fuerzas sea muy frágil. Lo que sin duda se puede decir es que la derrota de Rajoy ha suscitado una reacción muy positiva en la opinión pública de la izquierda española. Se han olvidado rápidamente las tensiones que hubo entre Podemos y el PSOE. Sánchez es un superviviente político. Su llegada al gobierno ha sido casi un milagro si consideramos todas las derrotas sufridas en el pasado. Ahora bien, el problema de Sánchez es gobernar con un partido que está muy dividido. Si bien es cierto que podrá conseguir avanzar en materia de igualdad, también parece que no tiene ningún proyecto claro que aborde el tema de la articulación del Estado o la gestión del asunto catalán.
swissinfo: ¿Cuáles son los principales desafíos que tiene que afrontar el gobierno?
S. F.: En primer lugar tendrá que definir el modelo territorial. Sánchez tendrá que decidir si quiere seguir con una política autonómica, si quiere proponer un modelo federalista o si quiere negociar un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Creo que sobre esta cuestión tendrá que tomar una decisión en los próximos meses. Porque el problema en Cataluña no tiene salida de momento, aunque la situación sea menos tensa que hace algunos meses. En segundo lugar tendrá que hacer un esfuerzo para contribuir a la regeneración democrática del país. En España hay problemas muy profundos como el clientelismo o la corrupción. Además, tendrá que hacer una redistribución de las riquezas. En los últimos meses Rajoy ha tenido que hacer frente a importantes manifestaciones de los jubilados. También existe un fuerte descontento por parte de los jóvenes trabajadores titulados. Son muchos retos que tendrá que superar en muy pocos meses con un apoyo parlamentario bastante frágil, además de tener enfrente a un PP que sin duda va a hacer una política de obstrucción y una oposición basada en la tensión y la recriminación.
swissinfo: En su opinión, ¿cuál es el mejor camino para solucionar el conflicto en Cataluña?
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Tarradellas: “Un problema político no se resuelve en los tribunales”
S. F.: Antes que ofrecer ningún modelo territorial hecho a medida, lo que tendrá que cambiar es el ambiente político y social en España. Habrá que intentar volver a construir un discurso que visualice los puntos de unión entre catalanes y españoles y a renunciar a una política de confrontación basada en las emociones y la simbología de los nacionalismos. Se tendrán que tender puentes, tanto entre los catalanes en Cataluña como entre los catalanes y el resto de España. En este sentido, también habrá que poner de relieve que Madrid no se reduce al PP y al posfranquismo y que Cataluña puede jugar un papel importante en las futuras relaciones territoriales. El éxito de este proceso de transición dependerá también de las personas que lo van a dirigir. Está claro que Rajoy no era la persona indicada para liderar ese cambio de contexto y de clima social necesario para la reconciliación.
swissinfo: ¿Qué papel desempeñó la corrupción en la caída del gobierno del PP?
S. F.: Un papel fundamental. La sentencia en el caso ‘Gürtel’ pone de manifiesto que hubo una caja b y, por tanto, una financiación irregular en el PP. Eso, evidentemente, puso a Rajoy en una situación muy difícil y al final fue la gota que colmó el vaso. Un cúmulo incesante de procesos y de crisis políticas colocaba al PP constantemente en el foco de la corrupción. La corrupción afecta a todos los partidos, también a socialistas o a la antigua Convergència i Uniò, pero ha sido especialmente fuerte en el seno de las élites del PP. Francamente, después de la sentencia la situación era ya insostenible. Sin esa sentencia no creo que Sánchez hubiese logrado la mayoría en la moción de censura.
swissinfo: El dirigente de Podemos, Pablo Iglesias, dijo que lo primero que debía hacer Sánchez era retirarle la medalla de honor al policía franquista conocido como ‘Billy El Niño’. ¿Qué papel juega en la política española el legado franquista?
S. F.: Juega un papel importante sobre todo para grupos como Podemos. Pero también es un tema recurrente en Cataluña, donde aparece con frecuencia en los discursos de los nacionalistas. Por ejemplo, un argumento utilizado por los independentistas para construir la república es acabar precisamente con ese legado franquista del Estado español. Se trata, por lo tanto, de un asunto muy importante. Y el gobierno actual podrá jugar un papel parecido al de Zapatero que aprobó las leyes a favor de la memoria histórica. También es un tema problemático dentro del PP, que no ha sido capaz de aclarar su relación con el régimen franquista. En cierta manera se ha quedado anclado en su postura de finales de los setenta, porque los populares siguen afirmando que es mejor no remover el pasado y abrir viejas heridas para no provocar división entre los españoles. Esta ha sido siempre su línea argumentativa. Creo que es necesario construir una memoria común entre todos los españoles para asumir de una vez por todas las responsabilidades del franquismo por lo ocurrido durante la guerra civil y la dictadura. Es un asunto que contamina el ambiente político, sobre todo entre Podemos y nacionalistas, por un lado, y la derecha española, por otro.
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¿Se han resentido las relaciones entre Suiza y España?
swissinfo: Usted es un reconocido especialista de la historia contemporánea de España y de Suiza. ¿En qué situación se encuentran actualmente las relaciones bilaterales?
S. F.: Creo que en estos momentos mantienen unas relaciones bastante buenas, aunque es verdad que existe un pequeño foco de tensión por culpa de las políticas “exiliadas” que se encuentran en Suiza. El modelo político suizo ha sido evocado por los nacionalistas catalanes, especialmente por Carles Puigdemont, quien el pasado marzo dijo en el Foro de los Derecho Humanos en Ginebra que Suiza podría ser un modelo para reivindicar el derecho de referéndum y construir una Cataluña nueva, evocando a la vez el caso del Jura que se separó del cantón de Berna en 1978. En los medios catalanistas, Suiza es presentada como modelo democrático a seguir para reconfigurar la política en Cataluña.
swissinfo: ¿Y cómo van a evolucionar ahora las relaciones con el nuevo gobierno?
S. F.: Dependerá seguramente de cómo va a evolucionar el tema catalán. Se verá si España ejercerá alguna presión por las políticas imputadas Marta Rovira y Anna Gabriel que residen en Ginebra. Me imagino que con el nuevo gobierno hay posibilidades de que se rebajen un poco las tensiones. Pero en lo fundamental no creo que la llegada al poder de Sánchez cambie mucho las futuras relaciones entre ambos países.
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