Suiza abandona Haití, pero sus ONG luchan por quedarse
Suiza ha suspendido la ayuda bilateral al desarrollo en Haití. Aunque esto no impide que las ONG helvéticas continúen su labor mientras la isla caribeña se encamina hacia el colapso.
El inicio de este curso escolar en Haití no se parece a ningún otro de los que ha vivido el país en los últimos tiempos. Tras varias semanas de retraso por la violencia de las bandas, las escuelas, por fin, abrieron sus puertas en octubre, solo para convertirse en blanco de saqueos de los grupos armados. Como fue el caso de un instituto de Pétion-Ville, un suburbio de la capital, Puerto Príncipe.
La coordinadora en Haití de la ONG suiza Terre des Hommes (Tierra de Hombres) Guerty Aimé recuerda que “los niños estaban sitiados”. Y dice que las clases solo podían impartirse esporádicamente, aunque —a pesar del riesgo— los padres prefirieron seguir enviando a sus hijos a la escuela. Dado que los grupos criminales reclutan activamente a menores, no hay mucho donde elegir: “O vas a la escuela o te unes a una banda”, indica Aimé.
Las bandas se han hecho con el controlEnlace externo de más de la mitad de la capital y también han invadido otras partes de la isla, por lo que la violencia armada contra las escuelas se ha multiplicado por nueveEnlace externo en el último año, según Naciones Unidas. Barrios enteros viven atemorizados. Los asesinatos y los secuestros aumentan. El brote de cólera de octubre, junto a la agitación social generalizada alimentada por el descontento con el Gobierno, no ha hecho más que empeorar las cosas. “La gente negocia la supervivencia a diario”, afirma Aimé.
En medio de esta precaria situación, Suiza —el sexto donante estatal del país— una vez que en 2020 decidió acabar la ayuda bilateral al desarrollo en América Latina y el Caribe, sigue con sus planes de retirarse de Haití. Incluso está acelerando su retirada de Haití por el riesgo sobre el terreno: la financiación acabará a finales de 2023, un año antes de lo previsto.
“Los logros en reducir la pobreza se echan a perder”
“Esto implica que los recursos económicos que Suiza pone a disposición del desarrollo de Haití van a reducirse considerablemente”, reconoce Elisa Raggi, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores suizo.
En 2020 el Gobierno sugirió que centrarse en menos regiones —África subsahariana, Asia, Norte de África y Oriente Medio, y Europa del Este— implicaría utilizar de una manera más eficiente la ayuda al desarrollo. Aunque hubo quienes expresaron su preocupación —incluido el Relator Especial de la ONU sobre el Derecho al Desarrollo— por el hecho de que las decisiones de financiación de Suiza se basaran en intereses a largo plazo y no en el objetivo de reducir la pobreza.
Decenas de proyectos bilaterales que —en ámbitos como la productividad agrícola, las reformas económicas y el buen gobierno— en 2023 Suiza financia en Haití con 10 millones de francos (10,2 millones de dólares) están en juego.
Suiza ha sido el sexto donante estatal de Haití, por detrás de Estados Unidos, Canadá, Francia, España y las instituciones de la Unión Europea. En 2021, Francia decidió aumentar su ayuda al desarrollo hasta alcanzar el 0,55 % de su PIB y reorientar esa ayuda, entre otros países, hacia Haití, su antigua colonia.
Haití recibe al año unos 1 000 millones de francos de ayuda exterior en total, pero los resultados han sido desiguales, según la agencia suiza de desarrollo.
Desde el terremoto de 2010 que devastó gran parte del país, la situación en Haití es frágil, aunque ha empeorado desde el asesinato de su presidente, Jovenel Moïse, en julio de 2021. Se calcula que unos 200 grupos armados se dedican a distintas actividades delictivas, como la intimidación, la extorsión, el tráfico de drogas y el blanqueo de dinero.
Fuentes: COSUDE, Política Exterior
Para satisfacer necesidades inmediatas, como alimentos y agua y mejorar la respuesta a las catástrofes, a partir de 2024 su compromiso bilateral pasará de la ayuda al desarrollo a la ayuda humanitaria. De hecho, la embajada en Puerto Príncipe ya ha sido sustituida por una oficina de ayuda humanitaria. Pero esta ayuda no igualará su presupuesto de desarrollo: los fondos humanitarios para 2024 serán de 5,9 millones de francos; poco más de la mitad del presupuesto de desarrollo de 2023.
La retirada suiza se produce en un momento en que la economía haitiana —tras tres años consecutivos de contracción— atraviesa graves dificultades. Los grupos de ayuda advierten de que Haití —el país más pobre del hemisferio occidental— está al borde del colapso. Para el Banco MundialEnlace externo, la crisis actual significa que “los logros alcanzados en la reducción de la pobreza se han deshecho”. Incluso la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) reconoce en un informe que los posibles efectos de la ayuda internacional al desarrollo —que representa alrededor del 10 % del PIB de Haití— “son difíciles de ver”.
Pero Suiza insiste en que no abandona al pueblo haitiano. La COSUDE se ha comprometido a una salida gradual y “responsable”. Según Raggi, seguirá financiando el desarrollo de Haití a través de canales multilaterales, aunque no ha querido revelar en qué cantidad. Raggi dice que Suiza también seguirá siendo miembro del consejo de administración del Banco Interamericano de Desarrollo, la principal fuente de financiación multilateral para los países más vulnerables de la región.
Capacidad de recuperación a largo plazo
Para Cáritas Suiza —que gestiona en Haití varios proyectos financiados por Suiza—, dadas las múltiples crisis a las que la población haitiana se enfrenta, el cambio de enfoque de Suiza no necesariamente está fuera de lugar.
“Mantener una presencia humanitaria es absolutamente esencial y bienvenido”, declara Conor Walsh, director de la ONG en Haití. Pero Cáritas, que realiza tanto labores humanitarias como de desarrollo, cree que lo uno debe llevar a lo otro. “La labor humanitaria siempre debe tener una perspectiva más a largo plazo en el fomento de la capacidad de una comunidad para recuperarse, reconstruir y, en última instancia, recuperar su bienestar económico y social”, cuenta Walsh.
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El terremoto que marcó para siempre a Haití
Uno de los proyectos que dirige Cáritas ofrece formación profesional y refuerza las normas de calidad, en el sector de la construcción, sobre todo. Con la financiación suiza llegando a su fin, la organización rediseñó el programa para que acabara este año —tras poco más de cuatro años—, en lugar de continuar dos fases más, tal y como en un inicio estaba previsto.
Para financiar las próximas fases, además de otro proyecto que ayuda a la población del noroeste del país a aumentar su productividad agrícola y a producir cultivos más sostenibles, la organización sin ánimo de lucro busca nuevos donantes. La COSUDE se ha ofrecido a apoyar a la ONG en su búsqueda de fondos, facilitándole el acceso a posibles fuentes de financiación, al igual que está haciendo —según Raggi— con otros proyectos que ha financiado hasta ahora.
Para la ONG Terre des Hommes, que promueve el acceso a la educación en Haití, el fin del compromiso suizo no tendrá ningún impacto en el día a día, ya que recibe financiación de Berna para su paquete de programas en todo el mundo, y no para proyectos o países concretos, observa su secretario general, Christophe Roduit.
Difícil entorno operativo
Pero, aunque los fondos de la ONG no se vean afectados por la retirada suiza, Terre des Hommes sigue teniendo problemas financieros en Haití. Con una inflación del 40 %Enlace externo y escasez de combustible —lo cual agrava la interrupción de la cadena de suministros— el precio de los productos de uso cotidiano se ha disparado, hasta el punto de que resulta cara incluso la alimentación escolar, explica Aimé, de Terre des Hommes.
“Así que, aunque seguimos recibiendo apoyo [económico] para nuestros programas, digamos que las necesidades han cambiado y se han multiplicado”, señala.
No obstante, y a pesar de estos retos, la ONG persevera. Para mantener abiertas la mayoría de las 17 escuelas que ayuda a gestionar, ahora depende más de sus socios locales. Su prioridad es la seguridad del alumnado camino al colegio y una vez ha llegado a los centros escolares.
Aunque su labor se ha visto afectada no solo por la retirada suiza, sino también por la continua violencia, Cáritas también está decidida a quedarse y Walsh dirige las operaciones desde la vecina República Dominicana. Las 35 personas locales que emplea la organización acuden a la oficina de Puerto Príncipe solo cuando las condiciones de seguridad lo permiten. Por lo demás, cuando hay internet y electricidad trabajan desde casa. Asimismo, los colaboradores locales de Cáritas se vieron afectados durante los persistentes saqueos del pasado mes de septiembre: “Les robaron absolutamente todo de sus oficinas y tuvieron que volver a empezar”, relata Walsh.
A pesar de estas dificultades, el proyecto del grupo en el noroeste ha visto cómo se construían carreteras y los agricultores seguían produciendo cultivos, gracias, sobre todo, a la resistencia de estos últimos y del personal local, aclara Walsh.
Pero también se está retrasando, pues —por dificultades para conseguir materiales a tiempo— el equipo ha tenido que abandonar partes del proyecto, cuenta Walsh. Debido a la agitación social y a los controles que las bandas armadas establecen, para desplazarse fuera de la capital solo puede utilizarse la vía aérea.
Demasiado vulnerable por sí solo
Ante todos estos obstáculos y las necesidades crecientes, la ONU y sus socios han duplicado —respecto a 2022— el llamamiento de fondos para Haití, hasta los 715 millones de dólares, y piden a la comunidad internacional que no abandone a la isla a su suerte.
“No podemos ver la luz al final del túnel de esta crisis y eso puede provocar una cierta fatiga [de donantes] y frenar la generosidad”, dice Roduit.
“Eso es totalmente comprensible. Pero necesitamos actuar, precisamente quizás porque estamos en la parte más oscura de este túnel”. Aunque muchos de los problemas que tiene el país son difíciles de resolver, para Walsh una cosa está clara: “Haití es demasiado vulnerable para dejarlo solo”.
Texto adaptado del inglés por Lupe Calvo
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