Suiza apoya las negociaciones de paz en Colombia

Miembros de las FARC en Colombia. Keystone / Rodrigo Abd

Suiza apoyará el nuevo proceso de paz en Colombia como país garante, junto a Irlanda, Noruega y Venezuela en particular, según anunció el martes el Ministerio de Asuntos Exteriores. Estará presente durante las negociaciones y prestará apoyo político y asistencia técnica.

El Departamento Federal de Asuntos Exteriores se congratula de la apertura el lunes de las negociaciones de paz entre las autoridades colombianas y el grupo rebelde Estado Mayor Central de las FARC-EP (EMC).

Activa en Colombia desde hace muchos años, Suiza ha asumido, a petición de ambas partes, un mandato oficial como país garante de las negociaciones.

La creación del EMC se remonta a la conclusión del acuerdo de paz de 2016 que una parte de los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se había negado a firmar.

Cuando se iniciaron las negociaciones, ambas partes firmaron un acuerdo de alto el fuego con efecto inmediato. Este último, decretado provisionalmente por tres meses, tiene por objeto mejorar la situación humanitaria en las regiones donde actúa el EMC.

El Gobierno colombiano pretende, en el marco de su política de paz, implicar a todos los grupos armados, si es posible, en el establecimiento de la paz total.

Desde noviembre de 2022, Suiza también forma parte del grupo de apoyo a las conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Presta asesoramiento en cuestiones como el cumplimiento del alto el fuego, la participación de la sociedad o la protección de la población civil.

Colombia lleva varias décadas marcada por los conflictos armados. Según estimaciones, han causado hasta ahora más de 200.000 víctimas, en su mayoría civiles, y han desplazado a 8 millones de personas.

En 2016 se alcanzó un acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC-EP. Sin embargo, algunas regiones del país experimentaron posteriormente una intensificación de los combates en los que participan otros grupos armados, lo que complica la aplicación del acuerdo de paz, en particular el desarrollo de las regiones rurales afectadas por la violencia.