Suiza cabildea con brío la entrada de Rusia a la OMC
La adhesión de un nuevo país a la Organización Mundial del Comercio requiere el aval de los 153 estados miembros. Georgia veta el ingreso de Rusia. Berna media para lograr un acuerdo bilateral. Esta semana será clave en el proceso de conciliación.
Marcelo Kohen, profesor de Derecho Internacional del Instituto de Altos Estudios Internacionales y del Desarrollo de Ginebra, explica la importancia de la labor suiza.
La ruptura de las relaciones diplomáticas entre Rusia y Georgia tuvo lugar en 2008. Desde entonces, Suiza representa los intereses de cada uno de estos gobiernos frente al otro.
En 2011, la mediación de Berna podría escribir un capítulo de conciliación parcial de intereses entre Moscú y Tiflis de cara a la Organización Mundial del Comercio (OMC), un organismo clave para la economía mundial.
Rusia trabaja desde hace 18 años en su incorporación a la OMC –organismo sucesor del GATT- y solo le queda un obstáculo por vencer: el veto de Georgia a su candidatura.
Toda adhesión de un nuevo miembro exige la aprobación de los 153 estados que forman parte de la organización.
Las redes diplomáticas de Micheline Calmy-Rey, presidenta y ministra de Relaciones Exteriores de Suiza, operan con bríos la construcción de un puente que concilie el interés de los dos estados.
La meta: que Moscú reciba luz verde de Tiflis este mes, para formalizar su bienvenida a la OMC en la reunión ministerial que celebrará este organismo el 14 de diciembre.
swissinfo.ch: Profesor Kohen, las relaciones entre Rusia y Georgia son tensas. En sus palabras, ¿cuál es el corazón de esta disputa bilateral?
Marcelo Kohen: El conflicto inicia con el desmembramiento mismo de la Unión Soviética (1991), cuando las repúblicas de Abjasia y Osetia del Sur buscaron la independencia.
Solo las repúblicas socialistas soviéticas –15 en aquel momento- tuvieron la posibilidad de convertirse en estados independientes. Pero luego, al interior de ellas, había regiones o repúblicas autónomas que deseaban también erigirse como estados independientes pero que no lo lograron.
Abjasia y Osetia del Sur se encuentran en este caso, declararon unilateralmente su independencia, pero Georgia las considera como parte de su territorio.
swissinfo.ch: ¿Por qué tomó Suiza un rol de mediadora entre dos estados que se rehúsan a dar pasos rumbo a la conciliación de intereses?
M.K.: Primero, porque Suiza posee una tradición histórica en la mediación de conflictos internacionales, una tarea en la que se ha rezagado durante los últimos años y en la que le han suplido otros países. Ésta es una buena oportunidad de recuperar parte del terreno perdido.
Segundo, cuando dos gobiernos rompen sus relaciones diplomáticas es fundamental el papel que juegan los estados que protegen sus intereses. Suiza también tiene una larga historia al respecto. Representa a EEUU ante Irán, a EEUU frente a Cuba y viceversa, y representó los intereses del Reino Unido frente a Argentina después de la guerra de Las Malvinas.
En el presente, defiende los intereses de Rusia frente a Georgia y a la inversa. Lograr un acuerdo sería muy positivo para Suiza, especialmente considerando que la OMC tiene su sede en Ginebra.
swissinfo.ch: Esto respondería a la pregunta de qué gana Berna si consigue un acuerdo que permita a Rusia adherirse a la OMC. Pero, ¿qué perdería si fracasa?
M.K.: En mi opinión, si fracasa, Suiza no pierde absolutamente nada. Nadie puede reprochar a un país haber hecho un esfuerzo por solucionar el problema entre otras dos naciones. Pero si su trabajo es exitoso, Rusia estaría agradecida con Suiza y ésta es una condición nada despreciable en la escena internacional.
swissinfo.ch: El pasado domingo, la presidenta suiza Micheline Calmy-Rey se reunió su homólogo ruso, Dimitri Medvedev y se dijo optimista con respecto a la consecución de un compromiso bilateral. ¿Hay razones para esa visión positiva?
M.K.: Solo los negociadores conocen los detalles del acuerdo potencial, pero está claro que existen elementos de presión sobre Georgia.
Georgia es un pequeño estado que depende sustancialmente de los estados europeos y de Estados Unidos, y a estos países también les interesa la entrada de Rusia a la OMC. Si la presidenta suiza ha expresado optimismo es porque la posición de Georgia se flexibiliza.
swissinfo.ch: De acuerdo con funcionarios de Georgia, este país le pide a Rusia que comparta los resultados del monitoreo internacional que Rusia realiza en la zona fronteriza entre los dos estados. ¿Qué debemos entender exactamente por ‘monitoreo’?
M.K.: Claramente, es de todo el interés de Georgia obtener información sobre lo que sucede en la zona fronteriza; información que Rusia maneja mejor porque posee medios más avanzados para obtenerla.
En toda negociación existen concesiones. En el fondo, el problema sigue siendo el apoyo que Rusia extiende a Osetia del Sur y a Abjasia. Una condición que afecta a Georgia.
Georgia tiene en su poder pocas armas para proteger sus intereses, y echará mano de ellas. El veto a la entrada de Rusia a la OMC es una muestra de esto.
swissinfo.ch: Si Suiza consigue el respaldo de Georgia para la adhesión de Rusia a la OMC, ¿estaríamos frente a un gesto puntual de buena voluntad, o marcaría el inicio de un ‘antes’ y un ‘después’ en la relación de los dos gobiernos?
M.K.: Sería más bien un gesto para reducir la tensión. No cambiaría la relación de forma sustancial, ya que el conflicto es complejo y de carácter duradero. Pueden resolverse aspectos concretos y darse algún paso, como intercambiar información sobre el monitoreo de las fronteras. Pero el problema de fondo, la situación de Osetia del Sur y Abjasia, seguirá ahí.
La Organización Mundial del Comercio (OMC), con sede en Ginebra, se fundó en 1995 como sucesora del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT por sus siglas en inglés).
Su misión es promover el libre comercio internacional a partir de acuerdos negociados entre sus países miembros.
La OMC es un foro en el que se abordan negociaciones comerciales multilaterales, pero también donde se dirimen controversias comerciales entre dos o más países.
La OMC trabaja en colaboración con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Suiza forma parte de la OMC desde julio de 1995. Georgia se adhirió a este organismo en 2000.
1991. La URSS se disuelve. Georgia declara su independencia.
1992. La mayoría de los habitantes de Osetia del Sur vota a favor de anexarse a Rusia. Las fuerzas georgianas bombardean dicha república. Abjasia también declara unilateralmente su independencia. Georgia se opone por considerar a ambas repúblicas parte de su territorio, e inicia una cruenta guerra.
La independencia de Osetia del Sur y Abjasia no es reconocida por Occidente, pero ambas repúblicas cuentan con el respaldo de Rusia.
1994. Se decide un cese al fuego.
2006. Georgia arresta a cuatro oficiales rusos al culparles de espionaje a su gobierno. Se reaviva el conflicto bilateral con Rusia.
2008. Las fuerzas armadas de Georgia inician la operación ‘Campo Limpio’ para restaurar el orden constitucional en Osetia del Sur, que deriva en un abierto enfrentamiento de Georgia contra Osetia del Sur, Abjasia y Rusia.
Moscú y Tiflis rompen relaciones diplomáticas y Suiza propone representar los intereses de cada estado frente al otro.
2011. Tras 18 años de negociación, Rusia ha cumplido todos los requisitos para adherirse a la OMC. Su candidatura requiere el respaldo de Georgia, quien veta su candidatura.
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