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Suiza debe mejorar su seguridad nuclear

Mühleberg, abierta en 1972, es la más antigua de las centrales nucleares suizas. Ex-press

El informe sobre seguridad nuclear en Suiza, divulgado la víspera, destaca lagunas en el sector que, si bien no representan un peligro inmediato, alimentan la inquietud respecto a esa fuente de energía. La prensa de este viernes subraya esos déficits.

Solicitado luego del accidente nuclear en Fukushima, el informe de la Inspección Federal de Seguridad Nuclear (IFSN) fue publicado el jueves (06.05). El texto no preconiza la suspensión de las plantas más antiguas – como exigen los Verdes y la izquierda-, pero revela que los cinco sitios tienen puntos débiles.  

Como era de esperar, las plantas de Beznau y Mühleberg son las que acusan más flaquezas. En ambos casos, el sistema de enfriamiento de la piscina de los ensamblajes combustibles está “insuficientemente protegido contra los sismos y las inundaciones”. Y las medidas de urgencia para restaurar el enfriamiento en estos casos son “incompletas”.

Más recientes, las centrales de Leibstadt y de Gösgen solamente tienen problemas de indicación del nivel de la temperatura de la piscina de almacenamiento. Los operadores disponen hasta el 31 de agosto para introducir medidas de mejoramiento.

 Riesgos Políticos

Mientras tanto, la prensa suiza presenta y comenta este viernes el informe. En particular, los medios de expresión alemana.

Para el Neue Zürcher Zeitung, una de las lecciones a retener es que “la energía nuclear supone un riesgo residual, que debe ser reducido, pero que no puede ser totalmente eliminado. Por lo tanto, los políticos deben decidir si el riesgo es aceptable”.  

Pero las semanas recientes han dejado algunas dudas sobre la capacidad del Parlamento y de los partidos políticos para asumir estos problemas. Algunos, como las adaptaciones a las plantas, son de carácter puramente técnico. Para el diario de Zúrich, “ahora que las autoridades de seguridad han identificado los riesgos técnicos, corresponde a Doris Leuthard, ministra de Energía, reconocer los riesgos políticos y tomar las cosas en mano”.

¿Tranquilizador o preocupante?

El informe de la IFSN “no oculta sus intenciones: tranquilizar a los suizos después del accidente de Fukushima”, dice 24 heures. Sin embargo, no logró realmente el objetivo. De hecho, al leerlo se tendría “la desagradable impresión de que los expertos han mezclado los resultados científicos y las conclusiones políticas”, sostiene el diario de Lausana.

Sin embargo, de los expertos “se espera primero que nada imparcialidad y rigor. Al tratar de tranquilizar con tanto afán el informe solamente puede alimentar sospechas. Y no apaciguó el debate”, agrega..

Para el Tages Anzeiger, “se podría decir, desde un punto de vista fríamente tecnológico, que Fukushima va a mejorar la seguridad de las instalaciones nucleares en Suiza”. Y estas mejoras son esenciales, porque el mantenimiento en buen estado del parque nuclear, durante el mayor tiempo posible, será “decisivo para el futuro de la política energética”.

“Incluso los adversarios de la energía nuclear no pueden exigir seriamente la suspensión inmediata de todo”, escribe el rotativo de Zúrich. “Por el contrario, aquellos que realmente quieren dejar la energía nuclear deben preocuparse por que la corriente atómica continúa fluyendo bastante tiempo. Solamente así podrán formarse las mayorías políticas necesarias para aprobar las fuentes alternativas”.  

Y ¿en cuánto tiempo podría lograrse ese ambicioso objetivo? Para el Tages Anzeiger, es claramente una cuestión de “décadas”.

¡Inmediatamente!

Mucho más radical, el Blick subraya que las lagunas en materia de seguridad que destaca el informe tienen que ver con los sistemas de enfriamiento, precisamente aquellos que fueron la principal causa del desastre de Fukushima. Así, “estamos sentados en una bomba que puede explotar en cualquier momento”.

Para el cotidiano zuriqués, es urgente entonces desconectar de inmediato las centrales que ofrecen riesgos hasta que cumplan los criterios de seguridad. “Y si no son capaces de hacerlo, que su funcionamiento siga suspendido”.  

Para el Blick, a más largo plazo las cosas están claras: “Nunca podremos estar  seguros con la energía nuclear. El próximo desastre está asegurado. Es hora de dejar esa fuente de energía”.  

Los Verdes lanzaron una iniciativa popular para pedir el abandono de la energía nuclear.

Los Verdes liberales se pronuncian por la introducción de un impuesto a las energías no renovables.

Los socialistas hacen campaña por una energía respetuosa del medio ambiente.

Los demócrata- cristianos

pidieron una revisión de la política energética y apoyan el abandono de los proyectos de nuevas centrales nucleares.

Los liberales-radicales parecen dispuestos a reconsiderar sus políticas energéticas.

Los demócratas del centro

(UDC, derecha conservadora)estiman que la catástrofe nuclear no tiene ningún impacto en Suiza y que es inútil cambiar la política.

Traducción, Marcela Águila Rubín

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