Suiza llama a proteger las remesas en favor de los más pobres
Las remesas internacionales triplican la Ayuda Oficial al Desarrollo a nivel global. La pandemia las ha puesto en jaque. Suiza y Gran Bretaña exhortan al mundo a evitar su descalabro. ¿Cómo afrontan los principales actores de este sector este desafío monumental?
Discretas y constantes, las remesas internacionales han logrado lo que no han podido hacer los gobiernos: paliar paulatinamente la pobreza. Los fondos que envían los migrantes a sus países de origen alimentan familias, construyen casas y escuelas, erigen comercios y compensan la creciente desigualdad en el mundo. Pero el coronavirus podría cambiar radicalmente las cosas.
“En crisis pasadas, las remesas fueron un factor anticíclico y estabilizador. Pero esto no sucederá en esta ocasión, y una caída drástica en 2020 podría tener un impacto muy significativo”, advierte Elisa Raggi, portavoz del Ministerio suizo de Asuntos Exteriores (DFAE, por sus siglas en francés).
Raggi destaca que las remesas son vitalesEnlace externo para cientos de millones de personas en el mundo. Sin embargo, este año podrían caer un 20%, según previsiones del Banco Mundial, privando a los países más necesitados de 110 000 millones de dólares. “Esto causaría dificultades a muchas familias y comunidades, y generaría un impacto macroeconómico muy adverso para países en desarrollo y emergentes, además de más migración”, afirma.
Cruzada suiza para apuntalar
las remesas
Los Gobiernos de Suiza y Gran Bretaña lanzaron un exhortoEnlace externo al mundo a finales de mayo para evitar el desplome de estos fondos. Una propuesta que ha sido bien acogida por organismos como el Banco Mundial y por países como Egipto, México, Paquistán, El Salvador, Ecuador, Nigeria, Jamaica, Jordania, Ruanda, Turquía o Panamá.
El desafío es titánico: conseguir que las remesas se mantengan lo más cerca posible de los 554 000 millones de dólares que alcanzaron en 2019, un nivel históricamente alto.
“¡Removamos las barreras que existen! Las remesas son importantes y durante la pandemia se ha tornado difícil enviarlas. Las nuevas tecnologías pueden ayudarnos”, expresó el ministro suizo de Asuntos Exteriores, Ignazio Cassis, al hacer el anuncio.
Pero para conseguir este objetivo se necesita algo más que buenas intenciones.
Aunque es poco sabido, Suiza es uno de los cinco principales emisores de remesas en el mundo.
“Suiza envió remesas por 27 100 millones de dólares en 2019, según la Balanza de Pagos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Estos flujos provienen de los salarios ganados por trabajadores no residentes [en Suiza] de Francia, Alemania e Italia, entre otros”, confirma Pierre-Alain Eltschinger, portavoz del Ministerio helvético de Asuntos Exteriores.
“Además, Suiza tiene un número importante de migrantes que envían remesas a sus países de origen por el equivalente a 7 500 millones de francos suizos en 2019, según las cifras del Banco Nacional Suizo”, precisa Eltschinger.
El destino de estos fondos, además de los países que comparten frontera con Suiza, son España, Kosovo, Bélgica, Portugal, Austria, Serbia y Hungría.
Las condiciones indispensables
Frenar la caída de las remesas internacionales requiere el apoyo de tres actores fundamentales: políticos, reguladores y empresas dedicadas al envío de remesasEnlace externo, afirma Dilip Ratha, economista principal del Grupo de Migración y Remesas del Banco Mundial y director de KNOMAD, grupo de expertos en remesas y migración vinculado a la institución de Bretton Woods, con sede en Washington.
“Los responsables de hacer las políticas deben considerar las remesas como un servicio financiero esencial y apoyar medidas que beneficien el envío de remesas promoviendo el desarrollo de canales digitales para estos envíos”, dice a swissinfo.ch.
El 75% de los migrantes del mundo trabajan en países donde se han registrado tres cuartas partes de los casos de COVID-19.
De estos países se envían el 90% de las remesas anuales.
En 2019, las remesas totales sumaron 554 000 millones de dólares.
En 2020, las remesas podrían caer a 110 000 millones.
Los fondos totales destinados a la ayuda al desarrollo suman exclusivamente 152 800 millones de dólares.
Fuente: KNOMAD y Banco Mundial
Los reguladores deben exhortar a los bancos a seguir ofreciendo sus servicios durante la pandemia a las empresas dedicadas al negocio de las remesas, poniendo énfasis en el empleo de medidas de debida diligencia para conocer bien a sus clientes, algo especialmente relevante cuando se usan servicios financieros digitales, añade Ratha.
Y las empresas proveedoras de servicios de remesas “deben explorar medidas para ayudar a los migrantes [como reducir los costos de las transferencias], invertir en capacitación y conciencia financiera, y promover sistemas que permitan ofrecer productos financieros centrados en los migrantes”, refiere el portavoz de KNOMAD.
Los países más afectados
KNOMAD señala que los países más afectados por el retroceso de las remesas serían Tayikistán, Kirguistán, Lesoto, Haití, Nepal, El Salvador, Honduras, Montenegro, Sudán del Sur y Tonga. Países en donde es común la falta de documentos de identidad oficiales, de conciencia financiera, acceso a las tecnologías y a la alfabetización digital.
El riesgo, según KNOMAD, es que cuando se debilitan los canales formales de envío de remesas en tiempos difíciles se fortalecen los informales, que no son los más indeseables.
“Esencialmente, los canales informales de remesas permiten transferir dinero fuera de los sistemas financiero y bancario regulados, o de forma paralela”, explica Ratha.
Estas vías informales suelen suponer problemas para el receptor de los fondos como tasas de cambio que no le favorecen o pérdida de recursos al pasar de una mano a otra.
“La entrega de pagos de remesas de mano en mano, a través de amigos, familiares, correos y comerciantes, sigue siendo sorprendentemente persistente en el envío de remesas en todo el mundo, y no solo en los países más pobres”, subraya el director de KNOMAD.
Como consecuencia de la pandemia de COVID-19, la economía global retrocederá un 3%Enlace externo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). En teoría, esto equivaldría a hacer desaparecer las economías de Japón y Alemania.
El impacto será distinto según la región. En las economías desarrolladas, el PIB caerá en promedio un 6,1% en 2020. En los países emergentes y en desarrollo, la caída media será del 1%.
Pero el mundo se enfrentará, sin duda, a la peor crisis observada desde la Gran Depresión.
Remesas baratas las 24 horas
El compromiso de las empresas dedicadas al envío de remesas es fundamental en el marco de este esfuerzo global por apuntalar estos fondos. La empresa emergente Monito, que fundaron en 2015 en Lausana François y Pascal Broid, surgió como parte de una inquietud personal de estos hermanos por reducir el pago de comisiones para el envío de fondos.
Desde muy jóvenes, los Broid apoyaban a una oenegé de Camerún y se enfrentaban recurrentemente al pago de comisiones excesivas cuando transferían fondos. Años después, después de estudiar carreras relacionadas con la tecnología financiera y la banca, los hermanos se asociaron con Laurent Oberholzer para crear una empresa que busca minimizar estos cobros.
“Las remesas son esenciales siempre, pero aún más en el marco de la pandemia”, enfatiza François Broid, director general de MonitoEnlace externo.
Broid suscribe el contenido de la iniciativa suizo-británica y la visión de KNOMAD sobre la necesidad de coordinar esfuerzos entre gobiernos, reguladores y empresas para que estos fondos no retrocedan este año.
Para lograrlo, también es vital que los migrantes que mandan fondos tengan acceso a los servicios digitales de envío los siete días de la semana, las 24 horas. “Y también debe trabajarse en materia regulatoria para obligar a los bancos y a los operadores de remesas a revelar siempre el tipo de cambio que utilizarán, antes de cualquier transacción. Esto ayuda al consumidor a entender el costo real de sus transferencias”, dice.
Considerando que las remesas llegan a las poblaciones más pobres y que Suiza apuesta por la tecnología, ¿qué pasará si los migrantes o sus familias no están bancarizados o tienen un acceso tecnológico limitado?
“Pienso que un gran número de migrantes sí está bancarizado, pero los familiares a los envían fondos en sus países de origen no lo están. Los servicios de transferencia digital de dinero deben ofrecer alternativas fáciles y rentables que permitan recoger el dinero en un lugar específico en el país de destino”, responde Broid.
El beneficiario de los fondos no tendría que estar obligado a contar con un teléfono inteligente para recibir el dinero. “Los fondos deben depositarse directamente en su cuenta bancaria, poder ser recogidos en la ubicación de un agente o recibidos en una billetera móvil que puede usarse desde teléfonos normales en muchos países”, añade.
En busca de los ODS
El interés de Suiza por facilitar el envío des remesasEnlace externo no es nuevo, pero la pandemia lo ha fortalecido.
“La iniciativa [para proteger las remesas internacionales] forma parte de un compromiso de larga data [desde 2017] de la cooperación internacional suiza en el área de la migración, especialmente con respecto al acceso a los servicios financieros para los migrantes”, confirma Elisa Raggi, portavoz del DFAE.
Y las cifras internacionales dejan claro por qué es importante cerrar filas con Suiza y Gran Bretaña en este esfuerzo por proteger las remesas. La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) sumó 152 800 millones de dólaresEnlace externo a nivel global en 2019, es decir, apenas una tercera parte de lo que suman las remesas internacionales cada año.
Suiza seguirá trabajando activamente en este objetivo en los próximos meses, porque a la luz de la perspectiva económica que tiene el mundo nadie se atreverá a objetar que “la migración y las remesas que envían los migrantes son importantes para la estabilidad de las economías con bajos ingresos, pero también son vitales para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas”, puntualiza Raggi.
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