“Suiza no es neutral cuando se trata de violaciones del derecho internacional”
El sello “Suiza neutral” refuerza la credibilidad del país en el mundo, pero Suiza no siempre puede evitar tomar posición en cuestiones difíciles de política exterior. Es lo que sostiene la embajadora helvética ante la ONU, Pascale Baeriswyl, en un artículo de opinión sobre el tema de la neutralidad.
Cuando el secretario general de la ONU António Guterres presentó a la comunidad internacional sus prioridades para 2021, recordó las obligaciones del Consejo de Seguridad y pidió recuperar el sentido comúnEnlace externo.
En una isla como Manhattan, donde se encuentra la sede de la ONU, uno se percata de la importancia que tienen los puentes como elemento unificador. Y aunque parezca un tópico, Suiza sabe cómo tender puentes – en el sentido literal y figurado del término.
Muchos puentes de Nueva York, entre ellos el George Washington, llevan la firma del arquitecto suizo Othmar Ammann. Y al igual que en las obras maestras de Amman, para construir puentes diplomáticos se necesita pericia, apoyo de ambas partes, así como valor y confianza.
La neutralidad suiza puede ser un elemento importante para tender puentes diplomáticos.
«Suiza puede ejercer su neutralidad en el Consejo de Seguridad sin cambios y en su totalidad»
Desde que las grandes potencias de la época la reconocieron en el Congreso de Viena de 1815, la neutralidad es una parte integrante de la cultura suiza. Es parte de la ley, de la historia y de la tradición de nuestro país y desempeña un papel importante en la implementación de la política exterior.
Según la Constitución, la neutralidad no es un fin en sí mismo, sino un instrumento para representar nuestros intereses y valores.
Goza de un alto nivel de apoyo entre la población suiza. Según un reciente estudio de la ETHZEnlace externo [Escuela Politécnica Federal de Zúrich], el índice de aprobación es del 96%.
Sin embargo, las ideas de cómo ponerla en práctica difieren, lo que desencadenó acaloradas discusiones y requirió minuciosas aclaraciones cuando en 2011 Suiza presentó su candidatura a un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad. Un debate que quedó resumido en un informe del ParlamentoEnlace externo del año 2015.
En este informe, el Consejo Federal [Gobierno suizo] declara que Suiza puede ejercer su neutralidad en el Consejo de Seguridad sin cambios y en su totalidad. Y esto porque el Consejo no es parte, sino que actúa como árbitro en una disputa. Su principal cometido es evitar conflictos, es decir, incitar a las diferentes partes a buscar una solución pacífica.
Estos objetivos, que Suiza quiere alcanzar con su política neutral, coinciden con el mandato del Consejo y están en consonancia con la neutralidad. También otros Estados neutrales –como Austria, Costa Rica y actualmente Irlanda – forman parte regularmente del Consejo de Seguridad.
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En el contexto actual de polarización, más que un obstáculo, la neutralidad es una ventaja: Suiza puede asumir con credibilidad el papel de constructora de puentes en determinadas situaciones.
Esto corresponde a lo que revela el citado estudio de la ETHZ, según el cual la población considera que la solidaridad es el aspecto más importante (95%) de la neutralidad. La solidaridad es la base de nuestra centenaria tradición humanitaria, que se refleja en las organizaciones humanitarias con sede en Ginebra.
Además, nuestro país acoge a menudo conferencias de paz, ofrece sus buenos oficios y media en conflictos. Suiza puede reforzar este compromiso ocupando un escaño en el Consejo de Seguridad, ya que la función solidaria de la neutralidad tiene desde hace mucho tiempo un arraigo internacional. Desde que se reconoció en el Congreso de Viena, la neutralidad ha sido entendida como un servicio a la comunidad internacional y desde esa fecha el sello “Suiza neutral” refuerza la credibilidad del país en el mundo.
Sin embargo, esto no significa que Suiza pueda evitar siempre tomar posición en cuestiones difíciles de política exterior debido a su neutralidad. La tensa situación internacional pone a nuestro país frente a constelaciones que desafían su política exterior, pero no solamente en la ONU o en el Consejo de Seguridad, sino también en muchas discusiones bilaterales y multilaterales.
«La neutralidad por sí sola no garantiza el éxito en la construcción de la paz»
¿Puede ayudar la neutralidad de Suiza en estos casos? O, dicho de otra manera: ¿es éticamente justificable como sostienen las voces críticas con la neutralidad?
La neutralidad es también un instrumento político y su marco jurídico está claramente definido y limitado. Y la política de neutralidad es una cuestión de credibilidad.
Según la concepción moderna de la neutralidad, Suiza no es neutral cuando se trata de violaciones del derecho internacional. Desde hace muchos años no solo adopta las sanciones de la ONU, sino que a veces se suma a las de la Unión Europea. El Consejo Federal no se librará en el futuro de tener se sopesar las consideraciones políticas que implica tomar decisiones tan delicadas.
Como potencia económica globalizada, Suiza tiene interés en promover un entorno de seguridad internacional estable. La neutralidad por sí sola no garantiza el éxito en la construcción de la paz. Cuando se dan las oportunidades adecuadas, nuestro país desarrolla el potencial para hacerlo.
Un escaño en el Consejo de Seguridad ofrece a Suiza tales oportunidades. Ahora bien, suponer que de esto pueda resultar una obra monumental como el puente George Washington sería poco realista y presuntuoso.
En la diplomacia, los pequeños gestos, las ideas creativas o las aportaciones innovadoras a veces son capaces de llegar muy lejos. Es lo que necesitamos en la tensa situación que vive el mundo en la actualidad.
Guiado por su neutralidad, nuestro país puede tender la mano para promover el diálogo entre los miembros del Consejo y resaltar lo que les une o, por lo menos – tal y como lo sugirió el secretario general de la ONU – reforzar el sentido común.
Las opiniones vertidas en este artículo son propias de la autora y no reflejan necesariamente las de swissinfo.ch.
Traducción del alemán: Belén Couceiro
En una serie de artículos, los autores invitados expresan su opinión sobre la neutralidad y su justificación ética. He aquí el resto de los artículos de opinión:
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“Tomar partido es veneno para la neutralidad”
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