Reducen pena a guardia involucrado en caso de mortinato
Un tribunal militar de apelación confirmó el veredicto contra un guardia de fronteras suizo que había sido declarado culpable de negligencia. El caso se remonta a 2014 cuando el funcionario escoltaba de vuelta a Italia a una refugiada siria embarazada y cuyo bebé nació muerto.
El martes (06.11), el Tribunal Militar de Apelación de Zúrich sentenció que el hombre (58 años) era culpable de causar lesiones corporales simples por negligencia y de no cumplir con los términos de su servicio militar. Sin embargo, rechazó la acusación de tentativa de homicidio presentada por el fiscal.
El tribunal confirmó en parte la sentencia dictada el pasado mes de diciembre por un tribunal militar de Berna, que había declarado al guardia de fronteras culpable de causar lesiones corporales por negligencia, intento de interrupción del embarazo e incumplimiento reiterado de las condiciones de su servicio militar.
La pena total del guardia fronterizo se redujo: el tribunal retiró la pena de siete meses de prisión suspendida que había recibido, pero su multa suspendida se incrementó de 9 000 francos a 22 500.
El guardia había negado cualquier responsabilidad en el nacimiento de un mortinato.
El caso data de julio de 2014, cuando la mujer siria, su marido y su hijo de dos años viajaban con un grupo de unos 30 migrantes que intentaban pasar por Suiza en un tren de Milán a París. La mujer estaba embarazada de siete meses en ese momento.
Detenido en Vallorbe, cerca de la frontera francosuiza en el noroeste helvético, el grupo recibió la orden de regresar a Italia escoltado por una unidad de guardias fronterizos suizos. El grupo fue transportado inicialmente en autobús de Vallorbe a Brig en el cantón del Valais. En la estación de tren de Brig, donde los migrantes tuvieron que esperar dos horas y media, la salud de la mujer se deterioró.
Dolorida, tuvo que ser llevada a un tren en Brig para ser transportada luego a Domodossola (en la frontera italiana). Durante el trayecto la mujer rompió aguas prematuramente y comenzó a sangrar. Sus peticiones de ayuda, así como las de su marido, fueron ignoradas por el guardia, indicó la fiscalía.
La mujer finalmente se desmayó en el andén del tren en Domodossola y su bebé nació muerto en un hospital italiano. Los expertos dijeron que el feto ya había muerto antes de la parada en Brig.
El inculpado, un sargento mayor, dijo a la corte que inicialmente no había notado que la mujer estaba sufriendo y que solamente había advertido su condición cuando la llevaron al tren. Indicó que había informado de inmediato a sus colegas italianos de que una persona en el tren necesitaba asistencia médica.
Sin embargo, el fiscal argumentó que, al tener a su cargo a la mujer, el guardia era responsable de ella y tendría que haber solicitado inmediatamente asistencia médica. Subrayó que era incomprensible que no le hubiera preguntado ni una sola vez cómo se sentía.
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