¿Seguirá Bolivia los pasos del Brasil de Bolsonaro?
Los disturbios persisten en Bolivia después de que Evo Morales partiera al exilio y fuera reemplazado por Jeanine Añez Chaves, senadora autoproclamada presidenta interina. Miembro de la Alianza Bolivariana para las Américas, ¿el país andino seguirá el mismo camino que el Brasil de Bolsonaro? Elementos de respuesta de Marc Hufty, especialista en la región del Graduate Institute de Ginebra.
Jeanine Añez Chaves, reconocida por el Tribunal Constitucional de Bolivia, la Unión Europea, Estados Unidos, Brasil y Rusia como presidenta interina, quiere actuar con rapidez. La abogada de 52 años ha designado a once ministros para formar un nuevo gobierno. También se propone nombrar una nueva autoridad electoral para convocar rápidamente nuevas elecciones.
Para ello, el nuevo equipo directivo consideraría, según la agencia France Presse, cerrar el Parlamento y gobernar por decretos presidenciales, con el Congreso y el Senado dominados por representantes electos del MAS (Movimiento al Socialismo), el partido del expresidente que había obtenido el 61,4% de los votos en las elecciones parlamentarias de 2014.
A pesar de los llamamientos a la calma, entre otros por Evo Morales desde México, la situación sigue siendo tensa. Los partidarios de Evo Morales no tienen la intención de aceptar el giro a la derecha propuesto por sus adversarios políticos, muy enojados con el primer presidente amerindio del país.
Una derecha vengativa
“La política latinoamericana siempre ha funcionado en oleadas”, señala Marc HuftyEnlace externo, profesor del Graduate Institute (IHEID) de Ginebra. Después de la ola socialista que se produjo en una América del Sur dominada por dictaduras militares durante la Guerra Fría, una derecha dura blandiendo su cristianismo parece ahora en posición de recuperar el terreno perdido.
Entonando el mismo estribillo que el presidente brasileño Jair Bolsonoro, Jeanine Añez Chavez exclamó a las puertas del palacio presidencial: “Dios permitió que la Biblia regresara al Palacio. Que nos bendiga”, dos días después de la renuncia del muy laico Evo Morales a la cabeza del país durante 14 años.
“Acostumbradas a dirigir el país, las familias de la élite ‘blanca’ (en realidad mestiza) fueron profundamente desestabilizadas por la elección en 2005 de Evo Morales, un sindicalista aymara (el principal pueblo indígena en Bolivia con los quechuas)”, subraya Marc Hufty. Esas élites no aceptan la distribución de la riqueza y el poder, un problema recurrente en toda América Latina».
Un estado de ánimo que no augura nada bueno para el futuro de Bolivia, si no se alcanzan compromisos entre el nuevo gobierno y los partidarios del expresidente, principalmente los sindicatos y los pueblos indígenas del Altiplano, que representan más del 55% de los 11 millones de habitantes de Bolivia.
El modelo Lula
Incluso antes del exilio a México de Evo Morales, la Alianza Bolivariana fundada en 2004 por el venezolano Hugo Chaves y el cubano Fidel Castro no era más que una sombra de sí misma. Sin embargo, Bolivia no ha seguido a Venezuela o Nicaragua, dos países que hoy están al borde de la ruina.
“Morales siguió los pasos del brasileño Lula al llegar a un acuerdo con la comunidad empresarial”, subraya Marc Hufty. Eso ha ayudado a calmar a la región de Santa Cruz, la capital económica del país en rebelión más o menos larvada desde que Evo Morales llegó al poder.
“Con su elección, todo un pueblo de excluidos fue reconocido. Al aumentar a 80% las regalías pagadas al Estado por el gas, el presidente boliviano pudo luchar contra la pobreza, mejorar el sistema de salud, la educación y las carreteras”, detalla Marc Hufty. El crecimiento económico ha sido superior al 4% por primera vez después de más de 10 años y la tasa de pobreza pasó del 60% en 2007 al 34% en 2018, según el Banco Mundial.
Un golpe fatal
Los problemas comenzaron con la caída de los precios del gas exportado desde Bolivia. “La disminución del presupuesto del Estado, pero también la corrupción, el nepotismo y cierto autoritarismo han desviado a una parte de los votantes, más allá de una base electoral que se mantiene en torno al 50%”, estima Marc Hufty.
La reducción del presupuesto universitario, por ejemplo, ha afectado directamente a la pequeña clase media que finalmente tuvo acceso a la educación. De hecho, fueron los estudiantes universitarios quienes comenzaron a manifestarse en contra de Morales, después de su disputada elección para un cuarto mandato”.
El especialista también destaca la adhesión al presidente por parte de la Central Obrera Boliviana, el principal sindicato del país: “¡Hablar de un golpe, como dicen sus partidarios, es un poco corto!”
Mayor dependencia de las materias primas
Con el auge de China, las necesidades de materias primas y los precios despegaron a principios de siglo. “En la década de 1980, la participación de las exportaciones de materias primas era del 27% para América Latina, llegando al 40% en 2010. Bolivia no es una excepción, mientras que el 60% de sus exportaciones están compuestas de gas, mineral y soja. China también se ha convertido en su principal socio económico”, puntualiza Marc Hufty.
La caída de los precios de las materias primas a mediados de la década fue aún más dolorosa, tanto en Bolivia como en otros países exportadores de la región.
Mostrar más
Suiza pide nuevas elecciones en Bolivia
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.