Ningún tratamiento especial para la V Suiza
Para los suizos en el extranjero resulta cada vez más difícil abrir una cuenta bancaria en Suiza o conservar la que poseen. La Organización de los Suizos en el Extranjero (OSE) se ha comprometido a defender sus intereses, pero solo puede ofrecerles soluciones parciales.
“Imagine que tiene una cuenta de ahorros con un saldo de 1 000 francos suizos y que en menos de dos años dichos activos han sido devorados por completo por las comisiones bancarias. ¡Esto es algo inaceptable!”, explota Roland Rino Büchel, legislador de la Unión Democrática de Centro (UDC/derecha conservador) e integrante de la Organización de los Suizos en el Extranjero (OSE)Enlace externo.
“Aumentar las comisiones es una forma eficaz de quitarse de encima a los suizos en el extranjero. No les cancelan sus contratos, pero les aumentan las comisiones a tal grado que ya no pueden permitirse una cuenta en Suiza”. Roland Büchel, diputado UDC
Y así es, resultado de la crisis financiera global iniciada en 2008 y de los profundos cambios que ha vivido la banca estadounidense (que afectan a los bancos suizos que operan en esta nación), las reglas del sector financiero se han endurecido en términos generales. En 2017, por ejemplo, entrará en vigor el temido intercambio automático de información (IAI) y, en general, el cumplimiento de estas nuevas reglas supondrá un aumento en los gastos de los bancos, que repercutirá a su vez en los clientes extranjeros y en los suizos que habitan en el exterior.
En 2016, por segunda vez, la OSE realizó una encuesta entre los bancos suizos Enlace externopara conocer las condiciones de los contratos que ofrecen a los suizos expatriados y para aquellos que están interesados en abrir una cuenta. Los resultados obligan a la reflexión: “Para los suizos en el extranjero es difícil abrir una cuenta en Suiza en el presente”, dice Sara Mastantuoni, codirectora de la OSE.
“Casi todos los bancos solicitan presentarse personalmente y no todo mundo está en capacidad de pagarse un viaje a Suiza solo para abrir una cuenta bancaria. Además, con la entrada en vigor del IAI el año próximo, la situación empeorará en materia de comisiones bancarias, ya que prácticamente todos los bancos han confirmado que van a aumentarlas”, refiere.
Pero también hay casos positivos, destaca Sara Mastantuoni, como los de los bancos Postfinance, Swissquote, Valiant Bank y algunas entidades financieras cantonales que se han mostrado abiertas y sensibles a las necesidades de los suizos fuera de sus fronteras.
Elevadas comisiones
Sin embargo, contra todo pronóstico, fue justamente el Postfinance (filial bancaria de La Poste, que es operada por el Gobierno), quien anunció recientemente a sus clientes domiciliados en el exterior un incremento de 15 a 25 francos suizos en la comisión mensual que les cobrará por gestionar sus cuentas a partir del 2017. Una decisión que detonó una ráfaga de críticas, muchas de ellas, virulentas: “Para justificar el pago de una comisión de 300 francos anuales, mi asesor bancario tendrá que venir visitarme una vez por semana a Francia”, escribió un molesto cliente en un blog en el que se debatió el tema. Otro más expresó: “Esto es más de lo que puede soportarse. Y otra clienta que habita en Francia y cuyo ingreso es modesto expresó a swisinfo.ch que este repunte en las comisiones le afecta en lo más profundo.
Sarah Mastantuoni destaca que la OSE ha intervenido de forma directa pidiendo una audiencia con el presidente de La Poste, ya que en la mayoría de los casos el banco administra cuentas que registran pocos movimientos. “Aquellos que cuentan con pocos activos en sus cuentas y que deberán pagar cada mes 25 francos, ya no tendrán casi nada después de un año”, dice. No obstante, pese a sus buenas intenciones, la OSE no ha recibido ninguna respuesta de La Poste hasta el momento.
Para Roland Büchel, el repunte en los cobros bancarios “es una forma eficaz de quitarse de encima a los suizos en el extranjero. No se cancelan sus contratos, pero aumentan las comisiones a tal grado que ya no pueden permitirse una cuenta en Suiza”.
Acciones políticas
Aunque se han presentado diversas manifestaciones políticas al respecto, ninguna de ellas ha conseguido cambiar el panorama antes descrito. El Consejo de los Suizos en el Extranjero (CSE), como portavoz de la Quinta Suiza, y algunos parlamentarios, han exigido al Gobierno una resoluciónEnlace externo que cree las condiciones necesarias para que todos los suizos expatriados puedan abrir una cuenta en el Postfinance.
El Ministerio del Medioambiente, Transporte, Energía y Comunicación (DETEC) ha respondido que “se compromete, en la medida de lo posible, a que Postfinance mantenga una posición abierta ante los suizos en el extranjero (especialmente en materia de operaciones de pago)”, afirma Sara Mastantuoni. Pero admite que no se han obtenido resultados contundentes.
En 2012, el diputado Roland Büchel pidió mejorar las condiciones bancarias de los suizos que habitan fuera del país. Pero su mociónEnlace externo fue rechazada por el Gobierno y el Senado suizos. “Nos encontramos en una suerte de impasse”, reconoce Büchel, quien en 2015 acometió de nuevo con otra mociónEnlace externo en la que solicita que los bancos sistémicos (es decir, cuya quiebra potencial podría afectar a la economía dado el tamaño de la institución de crédito) estén obligados a garantizar que todo suizo en el extranjero pueda abrir una cuenta en sus sucursales. Pero la propuesta aún no ha sido debatida y votada.
No obstante, el Gobierno recomendó al Parlamento rechazar la moción. Asimismo, existe un postuladoEnlace externo presentado por Konrad Graber, senador de centro izquierda del Partido Demócrata Cristiano (PDC), quien solicitó beneficiar a los suizos en el extranjero de un derecho que hoy tienen los helvéticos que viven en Suiza de “abrir una cuenta para realizar transferencias y pagos” a través del Postfinance. En este caso, el Gobierno y el Senado recomiendan apoyar la iniciativa, pero ésta aún no es sometida a debate en la cámara baja.
Apelando a la libertad económica
Los suizos en el extranjero han interpuesto numerosos recursos para denunciar que sus cuentas no reciben el mismo trato que las de los helvéticos que habitan el país. “Tenemos conocimiento de algunos casos”, dice el ombudsman adjunto de la banca, Rolf Wüest, cuya misión es actuar como mediador entre las entidades financieras y los clientes. Añade que algunas de estas denuncias se encuentran referidas en el Reporte de Actividades 2014Enlace externo del citado ombudsman.
Añade que la Autoridad Federal Supervisora de los Mercados Financieros (FINMA) ha exhortado a los bancos a analizar los riesgos legales y de reputación que les supone no ofrecer el mismo trato a todos sus clientes, conminándolos a eliminar todo trato discriminatorio aplicando las medidas necesarias para ello.
Medidas de los bancos
De acuerdo con el ombudsman adjunto de la banca suiza, Rolf Wüest, las instituciones de crédito han tomado medidas en cuatro áreas relevantes tras la crisis financiera de 2008 y el endurecimiento de la reglamentación bancaria en EEUU. Y estas medidas afectan, en mayor o menor medida, a los clientes suizos en el extranjero:
1. Comisiones: cobro diferenciado según el lugar de residencia del cliente.
2. Corrección de estrategias: reorientando las relaciones de negocios para concentrarse preponderantemente en los clientes de Suiza, dadas las cargas financieras que supone cumplir con reglamentaciones extrajeras.
3. Limitar prestaciones: ofrecen menos asesoría de inversión a los clientes que habitan fuera de Suiza y se limitó o eliminó el otorgamiento de tarjetas de crédito.
4. Estrategia del dinero limpio: todo cliente extranjero de la banca suiza debe demostrar que ha informado a su fisco local sobre los haberes que tiene en la plaza financiera helvética, para evitar problemas de cara al Intercambio Automático de Información que iniciará en 2017.
Sin embargo, en respuesta, los bancos han recurrido a diversos medios para que los clientes sean los que cierren sus cuentas por decisión propia. Por ejemplo, utilizan el argumento de la honestidad fiscal pidiendo a sus clientes que aquellos que no hayan resuelto satisfactoriamente este tema con la autoridad fiscal finalicen la relación de negocios que tienen con su banco suizo. “Estas medidas aplicadas por la banca, que incluso fijan plazos específicos para que los clientes definan su situación, ha derivado en quejas e interposición de recursos”, confirma FINMA.
Las comisiones también se utilizan como herramienta disuasoria. Y dado que éstas pueden ser fijadas en el nivel que el banco elija debido al principio de libertad económica que existe en Suiza, el ombudsman no está en posición de interceder por los clientes bancarios ante al sistema financiero. “El defensor no puede intervenir cuando lo que se reprocha al banco es un mal comportamiento con sus clientes como, por ejemplo, el cobro retroactivo de comisiones”, admiete Rolf Wüest.
Por su parte, Thomas Sutter, portavoz de la Asociación Suiza de Banqueros (ASB) defiende la posición de las instituciones de crédito y destaca que el cobro de comisiones es una prerrogativa de cada banco. “Los costos y riesgos han aumentado enormemente durante los últimos 10 años para los bancos. Es lamentable para los clientes, pero aún existen suficientes bancos que sí aceptan los activos de los suizos en el extranjero”, dice. Y confía en que “la ley de mercado existe y esto significa que, donde hay demanda, siempre habrá un prestador de servicios”.
La codirectora de la OSE, Mastantuoni, tiene la esperanza de que las cosas mejorarán. “Esperamos que los bancos vuelvan a mostrarse más abiertos una vez que el IAI se normalice y la presión internacional disminuya”.
¿De regreso a Suiza?
De acuerdo con el diario ‘Neue Zürcher Zeitung’ (NZZ), el intercambio automático de información para mejorar la transparencia en materia fiscal podría provocar un retorno de suizos a casa en los años por venir, al menos de forma temporal.
Solo en noviembre, Suiza firmó acuerdos de transparencia fiscal con Argentina, Brasil, México, Uruguay, India y Sudáfrica, lo que intensifica la presión en este ámbito. Información bancaria sensible será intercambiada entre gobiernos, dejando al descubierto muchas cuentas que aún se mantienen en la opacidad.
“Los suizos en el extranjero que deben pagar impuestos en su país de acogida, pero que tienen activos no declarados en un banco suizo, se verán afectados de forma directa por estos acuerdos. Y cada vez conoceremos más casos de éstos”, refiere el NZZ.
Según el diario zuriqués, los suizos en el extranjero “temen los impuestos” que tendrían que pagar, así que “para resolver el problema sin tener que tributar al fisco o pagar multas, simplemente regresarán a vivir a su país provisionalmente”. Lo anterior en virtud de que Suiza no les cobraría impuestos a sus ciudadanos “porque no han violado ninguna legislación suiza”, advierten el NZZ.
Traducido del francés por Andrea Ornelas
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